Katsuki esperaba con impaciencia en la sala de espera a que algún doctor le explicara cómo se encontraba Izuku. Cuando había vuelto a desmayarse casi había entrado en pánico. Lo había alzado entre sus brazos y había corrido hacia la clínica médica del pueblo.
—Katsuki.
Sus padres acababan de llegar. Se había visto obligado a llamarlos por ser menor de edad. Los enfermeros tampoco parecían muy convencidos por la versión que les había ofrecido. El aspecto desaliñado de Izuku con la ropa destrozada y el pelo revuelto tampoco había ayudado. Katsuki apretó los puños. Sabía la fama que tenía en ese pueblo — una fama, por otra parte, que se había ganado a pulso—, pero él nunca le daría una paliza a nadie.
—¿Qué ha pasado? —preguntó su madre.
Katsuki ni siquiera se levantó de la silla para recibirlos.
—He encontrado a un chico desmayado junto al río. Me han pedido que avise a alguien... más adulto, para que se haga cargo de la situación —explicó con desgana.
—¿Estás seguro de que eso es lo que ha pasado? —preguntó Mitsuki.
Katsuki frunció los labios.
—¿Acaso crees que yo le he pegado hasta dejarle inconsciente? —acusó el joven, clavando su mirada en los ojos de su madre. Su contundencia surtió efecto y vio duda en la expresión de su madre—. Tch... Piensa lo que quieras. La doctora te confirmará que no tiene un solo moratón —dijo, señalando con la cabeza a una mujer con bata blanca que se acercaba hacia ellos.
Esta vez, el rubio sí se puso en pie y se acercó a la mujer seguido por sus padres.
—¿Eres tú el que ha traído al chico desmayado? —le preguntó.
—Sí, y estos son mis padres.
—¿Cómo está el chico, doctora? —preguntó Masaru.
—Se encuentra bien. Le hemos hecho unas pruebas. Tiene un poco de anemia y está algo deshidratado, pero su estado de salud es bueno. No muestra signos de violencia, por lo que su desmayo debe haberse debido a la anemia. Lo que no entendemos es el estado de su ropa.
—Cuando lo encontré, ya estaba así —explicó Katsuki.
—Tampoco llevaba consigo ningún tipo de identificación, por lo que tendremos que esperar hasta que despierte para que él mismo nos aporte información.
—Me dijo que se llama Izuku.
—¿Izuku? —apuntó la doctora en la ficha médica. Después, alzó la mirada por encima de sus gafas—. ¿Te dijo algo más?
Katsuki negó.
—Recobró la consciencia durante apenas unos segundos.
—Bien, daremos aviso a la policía para que difunda su nombre. Deberían poder localizar a la familia en breve. Por ahora, solo podemos esperar. ¿Alguno de ustedes va a pasar la noche con él?
—Me temo que nosotros tenemos que trabajar desde muy temprano —se excusó Masaru. Su mujer parecía haber perdido la voz desde que la doctora había confirmado que Katsuki no había tocado al chico misterioso—. Somos panaderos y...
—Yo me quedaré —lo interrumpió Katsuki.
Sus padres lo miraron extrañados.
—¿Tú... te quedarás? —preguntó Mitsuki.
—Sí —contestó Katsuki con tono cortante.
—¿Tu nombre? —preguntó la doctora.
—Katsuki Bakugo.
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Parte de tu mundo (Bakudeku)
FanfictionIzuku tiene apenas seis años cuando conoce al amor de su vida, Katsuki Bakugo, pero todo un mundo lo separa de él. Al fin y al cabo, Izuku es un dios y Katsuki, un humano. (BAKUDEKU)