Al día siguiente, Inko Midoriya y Shoto Todoroki tocaron la puerta de la guarida de All for one. Encontrarla les había llevado un par de días. Shoto le había pedido ayuda a su padre. Sabía que debía tener alguien que conociera dónde encontrar al dios maldito entre sus múltiples contactos. Enji Todoroki había estado un tanto reticente a ayudar a Shoto al enterarse de que Izuku Midoriya había desaparecido. Al fin y al cabo, para él representaba un rival menos en el futuro. Sin embargo, su hijo no iba a permitirle que su beneficio particular se antepusiera al bienestar de su mejor amigo. Después de amenazarle reiteradamente con volverse contra él públicamente, Enji había accedido a ayudar. Horas más tarde, habían conseguido la dirección exacta.
Shoto apretó los puños mientras esperaba a que abrieran la puerta. Había perdido un tiempo valioso. Al comprobar que Izuku no había entrado en clase, lo primero que había pensado era que se había marchado a casa, ofendido. Había decidido que se acercaría a casa de los Midoriya tan pronto como acabaran las clases, y así lo había hecho. Pero Izuku no se encontraba en casa. Ni Inko ni Hisashi lo habían visto desde aquella mañana.
—Es culpa mía —dijo el chico—. Le presioné demasiado. No le dejé tiempo para pensar.
—Tranquilo, Shoto-kun. No es tu culpa. Yo le dejé sin salidas cuando vacié el lago de detrás de casa sin consultarle. Solo pensábamos en lo que era mejor para él. Nunca pensé que llegaría tan lejos para estar junto a ese humano.
—Ellos fueron a buscarlo. De alguna forma, se enteraron de lo que le ocurría a Izuku y fueron a por él aprovechando su debilidad.
—Son unos...
Se escucharon unos pasos tras de la puerta y esta se abrió con un chirrido. Una chica de pelo rubio les sonrió abiertamente enseñando unos afilados colmillos.
—Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí? Un chico muy guapo y la mamá del enamorado. Tiene usted los mismos ojos que mi querido Izuku.
—¿Dónde está mi hijo?
—Él no está aquí. Llegáis demasiado tarde.
—¿Qué le habéis hecho? —masculló Todoroki.
—Si queréis saberlo, podéis entrar. Mi amo os atenderá con gusto.
La sonrisa de esa chica era lo más siniestro que Todoroki había visto en mucho tiempo. La muchacha abrió la puerta y los invitó a pasar a un pasillo oscuro y tétrico. Inko lo tomó de la mano y dio un paso al frente. Tan pronto como la chica cerró la puerta tras ellos, Shoto se sintió angustiado, como si se hubieran metido de lleno en la boca del lobo. Sin embargo, eso no les iba a impedir seguir adelante.
Anduvieron hasta un despacho igualmente lúgubre y la joven los presentó ante el mismísimo One for all. Shoto tragó saliva. Se preguntó cómo se habría sentido su amigo al realizar ese mismo recorrido totalmente solo, sin una mano que lo sostuviera.
—Bienvenidos—. One for all los recibió con una máscara negra sentado en un sillón de cuero—. Supongo que usted será Inko Midoriya. Toga tenía razón: tiene los mismos ojos que Izuku. Y tú debes de ser Shoto Todoroki. Conozco bien a tu padre... y a tu hermano mayor.
Shoto contuvo la respiración. Hacía años que no veía Toya, su hermano mayor. Después de una fuerte discusión con su padre, se había marchado de casa y nunca lo habían vuelto a ver. Las malas lenguas habían difundido el rumor de que se había puesto al servicio de All for one, pero nunca habían querido creerlo.
—¿To-Toya está aquí?
—Así es —confirmó All for one—. Trabaja para mí. Pero creo que no habéis venido por él, ¿cierto?
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Parte de tu mundo (Bakudeku)
FanfictionIzuku tiene apenas seis años cuando conoce al amor de su vida, Katsuki Bakugo, pero todo un mundo lo separa de él. Al fin y al cabo, Izuku es un dios y Katsuki, un humano. (BAKUDEKU)