Un nuevo día se anunciaba y con el uno de los pocos días libres de Shinichiro, hoy no iría al taller y en su lugar pasaría tiempo con sus hermanos y su abuelo.
El azabache había amanecido de muy buen humor, hoy tenía muchas cosas planeadas para hacer con su familia, quería ir a algunos centros comerciales, pasarían todo el día afuera y eso ayudaría a que Emma se sintiera mejor.
El mayor tarareaba una canción mientras preparaba el desayuno, incluso cuando escucho suaves pasitos detrás de él no se inmutó y mucho menos cuando dos brazos rodearon su cuerpo, sonrió ampliamente y estiró una de sus manos para revolver aquel cabello rubio.
-Buenos días, Emma, ¿Dormiste bien?
Una suave risita se escuchó y con ella una afirmación de la menor de los Sano.
-Si, hoy pude descansar más que ayer, hoy si tengo energía así que antes de desayunar iré a regar mis plantas.
-De acuerdo, pero después ve a arreglarte, hoy iremos de compras.
La menor sonrió entusiasmada para luego ir al jardín para poder regar sus plantas mientras Shinichiro se quedaba en la cocina terminando el desayuno de todos.
Emma sabía que las plantas sin agua podrían morir, pero ella esperaba que eso pasara si se quedaban mucho tiempo sin agua, jamás espero lo que sus ojitos veían, sus hermosas rosas se encontraban marchitas, tal y como si hubieran pasados meses sin agua.
Lo debía admitir, se sintió triste ya que había trabajado mucho en hacer que su casa se viera linda, pero había fallado en el proceso.
Regreso a casa desilusionada y captando la atención de su hermano mayor el cual frunció el ceño al verla tan decaída.
-¿Qué pasa, Emma?
-Mis rosas... Tal parece que como ayer no las regué se marchitaron...
Shinichiro frunció el ceño, solo fue un día, no sabe de jardinería pero para él un día no podía afectar tanto. Suspiro y sonrió en dirección a su hermana.
-No te preocupes, linda, hoy compraremos un rosal para que lo siembres y si en algún momento no le puedes dar agua, entonces lo haré yo.
Se acercó para acariciar la cabeza de su hermana y está asintió más tranquila.
-Ahora ve a arreglarte y avísale a Mikey e Izana que también se vistan, por favor.
La rubio salió de la cocina para dirigirse hasta el segundo piso, iba a entrar a la habitación de su abuelo cuando escucho un suave susurró, una voz grave pero suave, había dicho su nombre.
Volteo inmediatamente sin encontrar a nadie, esa voz no era de sus hermanos, era una voz profunda que podría cautivar y como ya venía pasando unos días atrás, nuevamente no tuvo miedo.
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Psicofonía
ParanormalLa familia Sano se muda de casa para poder tener cada uno su privacidad, además de vivir más cómodo, lo que no saben es que a partir de ese día el infierno para ellos comenzará, sobre todo para la menor de la familia, Emma Sano. "Te encontré" •••••...