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En cuanto el sol se comenzó a poner los hermanos Sano regresaron a su casa, pasando por el abuelo y preguntando sobre como le había ido en su salida.

Después de una plática no muy larga, los tres menores y el mayor de la familia se quedaron profundamente dormidos dejando el auto en un completo silencio, algo que no molestaba a Shinichiro, los suaves murmuros que hacían sus hermanos al dormir siempre lograban sacarle una sonrisa.

Aún recuerda cuando ellos eran unos bebés, siempre fue lindo cuidar de ellos, cargarlos y verlos dormir, pero en cuanto todos crecieron a él se le comenzó a hacer más difícil el hecho de estar a su lado, tener que mantener una casa, llevar comida y dinero para otras cosas realmente lo mantenían agotado.

Suspiro mientras se estiraba un poco, esos tres remolinos andantes lo habían dejado demasiado exhausto, parecía que nunca se les acababa la energía, pero al menos logro consentirlos antes de volver a iniciar una larga jornada de trabajo.

Estiro su mano para encender la radio, quería escuchar un poco de música pero a bajo volumen para no despertar a nadie, en cuanto la encendió cambio de estación hasta la que era su favorita, pero en lugar de escuchar el programa de las ocho solo había estática.

Frunció el ceño y volteo a ver la pequeña pantalla del dispositivo y en el de veían los número de la estación, era la correcta pero no había ningún programa, el azabache pensó que tal vez ese día lo habían tomado de descanso y por eso no había programaciones, así que simplemente lo dejaría pasar.

Cuando estuvo a punto de apagarlo noto algo por el rabillo del ojo, volteo rápidamente a la carretera viendo una figura más o menos de su estatura, era un hombre pero estaba cubierto de sangre.

Antes de que pudiera pisar el freno sintió como golpeó a esa persona haciéndolo caer y quedar debajo del auto y frenando de golpe, provocando que todos los demás despertarán algo alterados.

-¿Qué te pasa, idiota? ¿Nos quieres matar o qué?

Habló Mansaku mientras se volteaba a ver a su nieto, quería regañarlo pero el chico se veía mal, estaba muy pálido y se veía asustado.

-¿Shinichiro?

El azabache no respondió y solamente desabrochó su cinturón de seguridad y salió rápidamente del auto acercándose a la parte delantera, pero no había nadie ahí, no había sangre ni mucho menos una persona lastimada, solo estaban ellos ahí.

Shinichiro volteo para todos lados asustado y sintiendo que su corazón saldría de su pecho, no sabía ni que decirle a su abuelo, no quería decir esto enfrente de sus hermanos, lo único que quería evitar era que las pesadillas de Emma regresarán y que Manjiro e Izana terminarán teniendo miedo.

Se giro asustado al sentir una mano en su hombro, encontrándose con el peliblanco y otros tres pares de ojos mirándolo desde dentro del auto, todos lucían preocupados.

-¿Shin, estás bien?

La voz de Izana lo hizo regresar a la realidad, parpadeando un par de veces y volviendo a mirar alrededor.

-Si... Estoy bien, entra al auto, por favor.

El menor asintió entrando al auto, era la primera vez que veía a Shinichiro de esa forma, él siempre se había mostrado fuerte aunque fuera una mierda peleando, pero su carácter y personalidad lo hacían ver más grande que los demás, por eso era extraño verlo de esa forma.

Mientras tanto el mayor de los hermanos Sano se puso en cuclillas, tratando de recuperar la compostura, esto era algo fuera de lo común, y no sabía que explicación darle a este suceso.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2023 ⏰

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