Capítulo 1

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Seis semanas de embarazo.

Quede atónito cuando leí estas palabras en el informe del ultrasonido. De todo modos solo lo hicimos una vez,¿como fue posible quedar embarazado tan fácilmente?

¿Que debería hacer?

Si compartiera el resultado con Mew, ¿ detendria el proceso del divorció al enterarse? No, definitivamente no; al contrario pensaría que soy despreciable y que trató de usar al niño para amenazarlo.

Dejando la preocupación de lado guarde el informe y salí del Hospital.

Habia un brillante automóvil Maybach color negro estacionado afuera,  con las ventanas entre abiertas se podía entrever la mirada fría y distante del hombre en el asiento del conductor.
Obviamente, muchos transeúnte fijaron su mirada en aquel guapo hombre que manejaba ese automóvil lujoso.

Mew Suppasit siempre había sido conocido como un hombre rico y atractivo;sin embargo después de estos años ya me había acostumbrado a su apariencia. Sin fijarme en las miradas de los transeúntes me acomode en el asiento del pasajero.
El hombre al volante que inicialmente estaba descansando con los ojos cerrados fruncido el seño levemente y sin habrir los ojos me pregunto -listo? -
-¡Sí!- asentí, le entrege el contrato firmado por el hospital, y dije -El Sr. Hammer te envía saludos!-.
Inicialmente, el contrato de hoy iba a ser firmado solo por mí, pero me encontré con Mew en el camino y decidió enviarme.
-Estarás completamente a cargo de esto-, dijo Mew, que no era muy comunicativo. Luego de su tajante comentario, puso en marcha el vehículo, sin siquiera dignarse aceptar el contrato.
Asentí y me quedé callado. Aparte de ser obediente y seguir sus órdenes, no sabía qué más hacer.
Nos dirigíamos al centro y ya era de noche. Si no deseaba volver a casa, ¿a dónde planeaba dirigirse? Aun cuando tenía mucha curiosidad, permanecí callado durante todo el viaje, ya que nunca me inmiscuí en su vida.
El informe de la ecografía era lo único en lo que podía pensar, pero no sabía cómo contárselo. Lo miré con el rabillo del ojo, y observé que estaba pendiente del camino. Como de costumbre sus ojos eran incisivos y fríos.
-Mew-, dije; la mano, que sostenía mi bolso, estaba algo húmeda de traspiración, seguramente por mi nerviosismo.
-¿Qué quieres?- Las dos palabras que salieron de sus labios eran frías sin denotar emoción alguna.
Como siempre me había tratado de esta manera, empecé a aceptarlo después de un tiempo.  Reprimí la inquietud en mi corazón, tomé un respiro y dije: -Yo ... -
Solo debía pronunciar tres palabras, sin embargo, en ese momento sonó su celular, así que me vi obligado a tragarme mi osadía.
-Teddy, ¿qué te pasa?-, dijo Mew. En algunos casos, la gentileza de uno está aparentemente enfocada solo a una persona, ya sea debido a un afecto profundo o a una emoción especial.
Como era obvio por la conversación entre ambos, la gentileza de Mew estaba orientada solamente hacia Tedyy Burton.
Era un misterio lo que Teddy había dicho al otro lado del teléfono, sin embargo, hizo que Mew frenase repentinamente. -Está bien-, la consoló, -llegaré pronto. Quédate allí-.
Concluida la llamada, su semblante nuevamente se tornó frío y severo. Mientras me miraba, dijo, -¡Bájate del auto!- Era una orden tajante, que no admitía réplica.
No era la primera vez que se comportaba así conmigo. Asentí con la cabeza y me tragué todas las palabras que había querido decir; abrí la puerta y salí del auto.
El matrimonio entre Mew y yo fue un accidente, más que un destino; no hubo amor de por medio. En el corazón de Mew solo estaba Teddy, mientras que yo era un adorno o peor aún, un obstáculo.
Hace dos años, el abuelo de Mew sufrió un infarto y tuvo que hospitalizarse; desde su cama de hospital, insistió en que su nieto se casara conmigo.
Aunque Mew se mostró reacio, aceptó para agradar a su abuelo. Mientras el viejo maestro siguió con vida, Mew ignoró totalmente mi existencia; ahora que había fallecido, estaba ansioso por contratar un abogado y divorciarse.
Cuando regresé a la casa, ya había oscurecido. La mansión estaba tan vacía, que lucía siniestra. Probablemente debido al embarazo, no tenía apetito, así que enfilé a la habitación para acostarme.
Casi al momento de quedarme profundamente dormido, escuché débilmente proveniente del patio, el sonido de un motor que se apaga.
¿Era Mew?
¿Estaba acompañado por Teddy?
Antes de que pudiera llegar a una conclusión, la puerta del dormitorio se abrió. Él estaba empapado y fue directo al baño, sin mirarme siquiera; luego, escuché el sonido de la ducha.
Una vez que Mew regresó, no pude seguir durmiendo; me levanté, me puse la bata, saqué su pijama del armario y lo acerqué a la puerta del baño, antes de salir al balcón.
Era la estación de invierno y lloviznaba. A medida que el cielo se oscurecía, se oía el débil sonido de las gotas de lluvia que golpeaban el techo.
Al escuchar un ruido detrás mío, volteé y vi a Mew salir del baño; tenía solamente una toalla de la cintura para abajo. Su musculoso cuerpo estaba cubierto de gotas de agua, que le caían desde su cabello mojado. A esta escena la llamaré “el encanto de un hombre”.
Probablemente, se dio cuenta de que lo estaba mirando, frunció el ceño levemente y empleando un tono carente de emoción exclamó:-¡ven aquí!-
Como de costumbre, obedecí; al acercarme, me arrojó la otra toalla que tenía en la mano y me ordenó en voz baja: -sécame-.
Estaba ya acostumbrado a su forma de tratarme. Al verlo sentado en el borde de la cama, me subí, arrodillándome detrás de él, mientras le secaba el cabello.
-Mañana es el funeral del abuelo. Tenemos que ir a la vieja mansión lo antes posible-, dije, sin intención de iniciar una conversación. Al pensar solamente en Teddy, podría olvidarse, si no se lo mencionaba.
-¡Bien!- respondió él, tajante.
Recordando cómo reusó hablarme antes, no deseaba comentar nada más. Finalmente, después de secarle el cabello, me recosté en la cama nuevamente, acomodándome para dormir.
Después de su baño, Mew solía quedarse en el estudio hasta la medianoche. Sin embargo, en esta ocasión, se recostó sobre la cama después de ponerse el pijama.
Aun cuando su comportamiento era diferente, no deseaba hacer más preguntas. De repente, me rodeó con sus brazos, me atrajo hacia su pecho, y me besó suavemente.
Quedé atónito por un momento. Me aferré a sus brazos que exploraban todo mi cuerpo y levanté la barbilla para mirarlo, ya que no sabía que hacer.
-Mew, yo ...-
-¿No lo deseas?- preguntó. Sus ojos negros, tan negros como la noche, estaban fríos y salvajes.
Bajé la mirada... él tenía razón, no lo deseaba, sin embargo, la situación estaba fuera de mi control.
Preocupado por el bebé de seis semanas, le pedí, -¿Puedes ser un poco más amable?- Sería peligroso si Mew no tuviera el cuidado necesario.
Frunció el ceño sin decir nada. Simplemente se dio la vuelta y actuó salvajemente. Me acurruqué de dolor e hice lo posible para proteger al bebé, tanto como la ocasión lo permitía..
La lluvia arreció a la par que su desenfreno. De repente, un relámpago marcó nítidamente las sombras. Pasado un buen rato, se levantó y fue al baño.
La interacción fue tan dolorosa, que estaba empapado en mi propio sudor frío. Al principio pensé tomar calmantes, pero decidí no hacerlo por la salud del bebé.
"Ring ..." sonó el celular de Mew que estaba sobre la mesita de noche. Miré el reloj en la pared y me di cuenta que ya eran las once.
La única persona que llamaría a Mew tan tarde, era Teddy
El sonido del caño se detuvo y Mew salió con una toalla secándose las manos y contestó. A decir verdad, no tenía idea de quien llamaba.

Mew frunció levemente el ceño y dijo: -Teddy, no hagas un escándalo-..
Acto seguido, colgó y se cambió de ropa para salir. En el pasado, ante una situación así, hubiera fingido que no me importaba. Pero esta vez, de repente, me aferré a él y le rogué en voz baja: -Por favor, quédate conmigo esta noche-.
Mew frunció el ceño, me dio la espalda y respondió con estas palabras frías e hirientes -¿Ahora si quieres?-
Me quedé atónito, y sin poder evitarlo, encontré divertido el comentario. Lo miré y le dije: -Mañana es el funeral del abuelo. Aunque te preocupes por él, deberías saber cuál es tu obligación, ¿no?-
-¿Me estás amenazando?- replicó, entrecerrando los ojos y, de repente, tomó mi mandíbula, pronunciando con voz profunda y fría: -Gulf Kanawut eres más valiente ahora, ¿eh?-.

¿Me amarás algún día? ➷❃TERMINADA❃➹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora