Capítulo 2

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Sabía claramente que era imposible evitar que se fuera, pero nunca lo comprobaría si no intentaba detenerlo.

Levanté la vista y lo increpé  -Estoy de acuerdo con el divorcio, pero con una condición, debes quedarte aquí esta noche y acompañarme al funeral del abuelo. Firmaré los papeles inmediatamente después de eso-.
Sus ojos negros como boca de lobo se entrecerraron como si se burlaran de lo que acababa de decir.
-Entonces, hazme un favor- contestó, sonriendo ligeramente, suavizando el apretado agarre de su mano alrededor de mi brazo y cerrando los ojos, antes de acercarse a mi oído. -Gulf todo depende de ti; no puedes solamente hablar sin hacer nada al respecto-.
Su voz era ronca y profunda; de alguna manera, supe exactamente lo que quería decir.
Deslicé mis manos hasta su cintura y levanté la cabeza para alcanzar sus labios. La diferencia de altura entre nosotros era tan grande, que me hacía parecer caricaturesco.

No sabía mucho sobre los escarceos amorosos entre hombre y hombre, pero actué por instinto, extendiendo la mano para quitarle el pantalón de pijama, al escuchar su respiración agitada, supe que estaba logrando mi propósito. No podría explicar lo que estaba sintiendo; aplicar ese método para evitar que alguien que me gustaba se fuera, era realmente ... patético.
Cuando el pantalón cayó al piso, moví lentamente las yemas de mis dedos hacia abajo. De repente, él tomó fuertemente mi mano. Miré hacia arriba y vi en sus ojos oscuros una pizca de imperturbabilidad. -¡Es suficiente!- sentenció.

Esas frías palabras me dejaron aturdido por un momento; no entendía su significado. Se vistió nuevamente con el pijama gris informal, pero elegante, que usaba anteriormente.
Me congelé por un momento, y luego me di cuenta: ¿Finalmente, ¿… eligió quedarse?
Sin siquiera tener tiempo para alegrarme por lo que vi, escuché la voz débil de un joven que venía del exterior de la ventana. -¡Mew! ...- llamó.
Me sorprendí. Antes de que pudiera reaccionar, vi a Mew correr al balcón, recoger luego su abrigo y salir con el rostro sombrío.

Mas allá del balcón, afuera, Teddy estaba de pie, en su delgada camisa, mojándose. Su belleza de aspecto frágil se veía aún más conmovedor bajo la lluvia.
Mew lo cubrió con su abrigo y antes de que pudiera interrogarlo, Teddy lo abrazó con fuerza y sollozó en sus brazos.
Al presenciar esta escena, comprendí de repente el por qué los dos años que estuve con Mew no significaron nada, comparados con una llamada telefónica de Teddy.

Mew pretendió llevarlo al primer piso de la mansión; estando ambos empapados. Desde la parte alta de las escaleras, me les puse al frente.
-"Retírate!- Gritó Mew cruelmente, mientras me miraba enfadado.
¿Dolió?
No podía definirlo, pero estaba seguro de que los ojos me dolían más que el corazón; fui testigo de cómo el hombre que amaba, estaba enamorado de otro chico, y me humillaba.
-Mew, al momento de casarnos, le prometiste al abuelo que mientras yo permaneciera en esta casa, no lo traerías- le dije.
Este era el lugar donde Mew y yo vivíamos. Consideré que había sido lo suficientemente permisivo como para aceptar que Teddy pasara innumerables noches con él. ¿Por qué él no respetaba sus límites, cruzando la línea, entrometiéndose en mi territorio?
-Ah!- exclamó Mew de repente, y riéndose con frialdad me empujó, exclamando severamente -Gulf piensas demasiado en ti mismo-.
Qué comentario más satírico. Me hice a un lado, observando, y los vi ingresar al cuarto de huéspedes.
En ese momento, supe que iba a ser una noche miserable.

A causa de la lluvia, estaba con mucha fiebre. Mew lo atendió con esmero y le ayudó a cambiarse de ropa mientras aplicaba una toalla para reducir su temperatura.
Mew me miró con frialdad y dijo -¡Tú, vuelve a la casa vieja!- Probablemente, considerando que los incomodaba, remarcando -Teddy no volverá a su casa en estas condiciones-.
¿Me estaba pidiendo que vuelva a la casa vieja por mi cuenta, a esta hora de la noche? Qué ridículo...
Lo sabía, yo era él que estaba fuera de lugar.
Lo miré fijamente durante mucho tiempo y quise recordarle cuán lejos estaba esa casa y lo peligroso que sería para mí  ir solo hasta allá tan tarde... pero no hallaba cómo expresarme.
Sin embargo, estos temas no le importaban; solamente le preocupaba que mi presencia no molestara a Teddy.
Aguantando mi descontento, dije con calma -Regresaré a mi habitación. ¡No sería correcto que vaya allá ahora!-
Sabía que eso a él no le interesaba, pero al menos no le permitiría ignorarme.

Justo cuando salía del cuarto de huéspedes, me encontré con Josiah Saunders, que entró corriendo, vistiendo un pijama negro sobre su delgado cuerpo, probablemente porque tenía prisa. No se había cambiado los zapatos y su ropa estaba también medio mojada.
Habiendo ingresado a un estrecho pasillo, Josiah se quedó atónito cuando me vio. Se acomodó la ropa y dijo -joven Kanawut, estoy aquí para atender a Teddy-.
Josiah era el mejor amigo de Mew. Un dicho expresa que uno sabe cuánto se preocupaba un hombre por su pareja, tan solo observando la familiaridad con que sus amigos lo tratan.
Sin analizar siquiera su actitud, y solamente escuchando como se dirigía a mí, parecía que siempre 'joven Kanawut' era su única forma de llamarme. ¡Cuán educado y frío!
Bueno, si analizara demasiados detalles al respecto, me la pasaría molesto. Con sonrisa forzada, asentí, -Claro, entra!-

En ocasiones, siento profunda envidia de Teddy; derramando unas cuantas lágrimas, él obtuvo la calidez y atención que yo no obtendría, incluso si me esforzara arduamente por el resto de mi vida.
De regreso al dormitorio, encontré un juego de ropa de Mew sin estrenar; lo tomé y bajé a la sala de estar.
Josiah examinó a Teddy con rapidez; le tomó la temperatura y recetó antipiréticos. Rápidamente, estuvo listo para retornar.
Cuando bajó las escaleras, me vio de pie en la sala de estar y sonrió torpemente. -Es tarde, joven Kanawut, ¿no desea usted acostarse?"
-Ya pronto dormiré- dije y le entregué la ropa que tenía en la mano, agregando -Tu ropa está mojada y todavía llueve; es mejor ponerse ropa seca antes de que te marches, para evitar un resfrío-.
Probablemente porque no esperaba que le ofreciera ropa, Josiah se sorprendió por un momento, sonrió y comentó -Está bien, soy fuerte, así que estaré bien-
Le alcancé la ropa y, casi ordenando dije -Mew nunca se puso esto; incluso tienen todavía el precio. Ya que son de la misma talla, póntelo- Acto seguido, subí las escaleras y regresé al dormitorio.

De hecho, yo no era ese tipo de persona. Cuando mi abuela fue hospitalizada, el cirujano jefe era Josiah, médico de fama internacional. Si no fuera por él abuelo, él no habría aceptado operarla. Supuse que el gesto de la ropa sería considerado como una amabilidad recíproca de mi parte.

El día siguiente, temprano en la mañana, el aire tenía ese característico olor a lluvia, llamado, ‘petricor’. Por otra parte, yo estaba acostumbrado a despertar temprano. Después de ducharme, bajé las escaleras y encontré a Mew en la cocina con Teddy.
Vistiendo un delantal negro, envuelto alrededor de su esbelto cuerpo, él estaba junto a la estufa mientras freía unos huevos. Su aura fría y severa se había transformado en cálida.
Al mismo tiempo, Teddy lo miraba con sus brillantes ojos negros; parecía estar recuperado de su fiebre. Observando de cerca, se apreciaba un ligero rubor en sus mejillas, que le daba un aire atractivo.
-Mew, quiero que mis huevos se quemen un poco- dijo él, mientras hablaba introdujo una fresa en la boca de Mew y continuó -Pero no demasiado, o tendrán sabor amargo-.
Mientras masticaba las fresas, Mew lo contemplaba; aunque no dijo una sola palabra, pude ver desde lejos que había amor en su mirada.
De hecho, era muy dulce presenciar una escena tan cálida y romántica, mostrándose ambos optimistas.
-¿No son perfectos el uno para el otro?- Escuché una voz detrás mío, sorprendido al ver a Josiah. En eso, recordé que anoche estaba lloviendo mucho, y Teddy tenía fiebre alta, así que, definitivamente, Mew no le permitió regresar.
-Buenos días- sonreí y noté que la ropa que llevaba era la que le entregué anoche.
Al ver lo que estaba mirando, levantó las cejas y sonrió -Me quedó bien, gracias-.
Negué con la cabeza y dije -Fue un gusto; las compré para Hendrix, pero él nunca las estrenó- probablemente hablábamos muy alto, distrayendo la atención de Teddy, que nos llamó -Gulf, Josiah… están despiertos. Mew ha frito algunos huevos. ¡Vengan y únanse a nosotros!-
Por su tono, parecía el dueño de la casa.
Sonreí levemente y dije -Está bien. Hay un poco de pan y leche que compré ayer en el refrigerador, puedes servirte más Teddy, ya que estás en recuperación- después de todo, había vivido aquí durante dos años; el título de la propiedad estaba a nombre de Mew y mío.

Sin importar lo débil e indefenso que yo estuviera, no permitiría que nadie se apodere de mi territorio.

¿Me amarás algún día? ➷❃TERMINADA❃➹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora