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Katsuki

Al día siguiente salí a su departamento para aclarar las cosas, supe que no sería fácil.
Laila:¿ qué quieres? - y justo lo que dije - necesito hablar con P…con tu madre - me miró de pies a cabeza - mamá no está, salió - miró el suelo por unos segundos y volvió a mirarme de nuevo - no te miento, si es lo que piensas, pasa -  entre al lugar, me sentía incómodo lo admito, pero no lo demostré, me senté en el sofá y minutos después Laila dejo un vaso de agua y se sentó en el sofá de enfrente - gracias - era lo único que podía decir en éste momento - me es difícil entablar conversación contigo después de todo esto que pasó, intenté adaptarme en todo este año que pasó, ahora estoy en Preparatoria, es sorprendente que los reporteros no estén publicando este tipo de cosas - estoy de acuerdo con ella - tal vez están  buscando el momento apropiado para que se haga publicidad - me recargue de el sofá mientras cruzaba los brazos.

Por otro lado

Una pelinegra de ojos zafiro caminaba tranquilamente las calles, pasaba por un callejón y en ese momento alguien la metió de un tirón a ese lugar cayendo al suelo - hola preciosa, ¿quieres acompañarme en esta hermosa noche? - si, era de noche, y poco faltaba para llegar al edificio donde se hospeda - auch, qué te crees, maldito loco, apártate de mi camino - t/n se levantó y tomó camino hacia la salida, el hombre la volvió a agarrar, tomándola de la muñeca con fuerza - de aquí no te vas perra, tengo cuentas contigo - dijo el hombre haciendo que chocará con la pared, en ese momento sujetó sus muñecas con fuerza y de forma brusca besarla en el cuello, haciéndole mordidas y chupetones a la chica - ¡¡Que haces, suéltame !! - gritó con fuerza, para que alguien le fuera ayudar - ¡¡callate zorra!! - dijo el hombre dándole un puñetazo cayendo al suelo de nuevo, golpeándose la cabeza, estaba ida por el golpe, cosa que para el hombre le hizo fácil su cometido, arrancó las medias de la chica - no, por favor - dijo, intentando con fuerza no desmayarse, espero ese asqueroso suceso, pero no llegó, miró el lugar y el hombre estaba en el suelo siendo golpeado y pateado por alguien. La persona paró de golpear al hombre hasta que dejó de moverse, a paso rápido llegó hasta la chica, teniendo a esa persona cerca supo quién era, veía borroso, pero viendo esa cabellera rubia ceniza reconoció quien había ido por su ayuda.

¡¡PATO, ESTAS BIEN!! - gritaba katsuki histérico, por más que la oji zafiro se esforzaba no podía decir nada, sonrió en respuesta, terminando por desmayarse en los brazos de aquel hombre.

No sabía cuánto tiempo había pasado, recordé el momento en el que katsuki estaba sosteniéndome, gritando mi nombre con desesperación, abrí los ojos, y la luz llegó a dolerme por unos segundos, viendo mejor me doy cuenta que está amaneciendo, mire el techo, tranquilizando me de que ese momento nunca pasó gracias a que katsuki llegó a tiempo, reaccione de inmediato e intente levantarme pero un bulto pesado lo impedía, mire quién era el causante, quedé atónita al saber de quién se trataba

Katsuki

Esperé mucho en que llegará pato, pero no había señales de su presencia, estaba impaciente, mi pierna no paraba de moverse, Laila estaba igual, no paraba de dar vueltas en la sala llamando a pato. Me desespero más y decidí ir a buscarla, tome mi chamarra y salí del lugar diciéndole a Laila que se quedará en el departamento si de momento llegara, no espere su respuesta ya que había cerrado la puerta.
Tome el elevador y presione el último piso que llegaba a la entrada, me desesperaba que tardará en abrirse las puertas, y en cuanto lo hizo salí corriendo del lugar. Pensé lo peor, si no la encontraba rápido, escuché el grito de un hombre en un callejón vacío, me detuve para averiguar que no fuera ella quien estaba en ese lugar, no se le veía el rostro ya que el cabello lo cubría, pero vi algo que me indico que era ella, no sólo era ese irreconocible ojos zafiro, si no que a pesar que se escuchara inaudible pude oír su bella voz pidiendo piedad, al ver detalladamente que el hombre le había rasgado parte de sus medias y ropa interior. No supe en qué momento lo aleje de ella, tampoco cuando estaba golpeando hasta que su cuerpo dejó de moverse, ese instinto de protegerla de cualquier imbécil que se atreva a tan solo tocarle un sólo cabello lo haría pedir piedad por su mísera existencia. Corrí hacia ella torpemente, nombrando su apodó con tanta desesperación y miedo - ¡¡PATO, ESTAS BIEN!! - no era pregunta, era una afirmación de que ella estaba a salvó, llegue a tiempo pero de todas formas estaba mal, no me respondió, sólo me dedico una sonrisa forzada, terminando por desmayarse - ¡¡PATO!! - le grité desesperado, la abracé con delicadeza, termine llorando en su hombro, la tome con cuidado, llevándola hacia el hotel. En cuanto llegue, Laila se asomó y al verla corrió, asustada por lo que pregunto que le había pasado, no pude decirle, estaba tan metido en mis pensamientos que llegue a su habitación, llevándola a la bañera no sin antes quitarle la ropa, metiéndome con ella mientras la limpiaba cuidadosamente, estaba meditando lo que había pasado, al terminar la lleve a su cama, fui cuidadoso al dejarla. La mire por unos segundos para luego salir  y decirle a Laila que la vistiera.

Pasaron los minutos y vi a Laila sentándose a lado mío, no presté atención, estaba aún en shock, ese maldito hijo de puta. Apreté mi puño haciendo que los nudillos quedarán en blanco, de repente sentí un brazos rodear mi torso y parte de mi brazo izquierdo, mire en esa dirección y ví que era Laila la que me están abrazando, sentí como la ira se iba disminuyendo con ese abrazo lleno de un calido y tembloroso cuerpo, me acomode para poder abrazarla mejor, ahora su cabeza estaba en mi pecho, mientras la rodeaba con los míos, una estaba en su cabeza y la otra en su espalda frotandola para tranquilizarla - tranquila, ella está bien, mañana despertará no te preocupes, por ahora esperemos - sentí como si respiración estaba agitado, y poco después reaccione al poder detectar que algo estaba mojando mi camisa, comprendí que ella estaba llorando, por instinto la abracé más fuerte - g-gracias - su quebrada se escuchaba en ese lugar como eco - por estar a-aqui, si no hubieras estado aquí e-ella, e-ella…- acaricie su cabeza para tranquilizarla, dándole por último un beso en la frente. Seguía estando con ella así hasta el día siguiente.

Me había despertado, no sabía qué hora era, mire el techo blanco por unos momentos, cargue a Laila y la lleve a su cuarto. Al dejarla cerré la puerta y me dirigí hacia la habitación de pato, cerré con cuidado, y me acerque a ella con cuidado, y con delicadeza como si se tratara de algo que de un momento podía quebrarse quite algunos cabellos de su mejilla. La mire por un buen rato, me acomodé en la cama sin hacer movimientos bruscos para que no se despertará, me acosté en sus piernas, cerré los ojos por unos segundos, quedé dormido junto a ella.

Sentí un movimiento brusco, no quería levantarme o abrir los ojos, de repente sentí una mano acariciar mi cabellera como se de algo delicado fuera, abrí mis ojos mientras el reflejo del sol lo impedía, teniendo por fin buena vista, mire que t/n me miraba con ternura y se le notaban un pequeño sonrojo en sus mejillas, sonreí juguetón al ver esa escena - si sigues viéndome de esa manera talvez no me contenga en besar esas mejillas de ardilla y esos labios que me incitan a besarlos.

AJA Y? (Katsuki Bakugo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora