09: Ni tus amigos más cercanos.

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Las cosas no podían empeorar, Shinichiro se sentía acechado en su propio hogar, llamadas incesantes desde números desconocidos; amenazas de muerte directas e incluso vandalismo en su casa. El hogar de los Sano era un desastre ese día, y todos aquellos acontecimientos se habían dado el mismo día que Mikey volvió a casa. Y Takemichi, el pobre chico seguía sin entender cómo llegó sano y salvo a casa. Estaba preocupado por el estado de Mikey, ya que no había podido comunicarse con el rubio desde que se lo llevaron. Era injusto que comenzaran a tratarlo de aquella manera sin pruebas contundentes.

Las noticias mostraban la reciente salida bajo fianza de Mikey, y como era de esperarse Shinichiro apagó molesto aquel televisor.

Esas personas no sabían nada acerca de su hermano. ¿Quiénes se creían para estar juzgándolo de aquella forma?

Wakasa desde el sofá lo miró con intranquilidad.

— ¿viste lo que dicen de él en redes sociales? Dios, no quiero ni imaginar cómo se sentirá. —Wakasa se preocupó por el bienestar de Manjiro, porque para ella era como su hijo y haría cualquier cosa por él.

— Waka. Tenemos que hablar. —el tono de voz de Shinichiro preocupó a Wakasa.

— ¿qué? —respondió Wakasa de manera casi automática.

Solo recibió silencio por parte del ojinegro, cosa que la alertó aún más. Shinichiro se pasó ambas manos por el rostro, tratando de calmarse.

— Debo decirte algo. Algo que saldrá pronto a la luz. —Shinichiro se sentó en el reposabrazos del sofá, justo al lado de Wakasa.

— ¿sobre Manjiro? —preguntó ella, cada palabra que salía de la boca de Shinichiro aumentaba su preocupación.

— Sobre mí. Mi familia, mi padre. —Shinichiro parecía perdido en sus pensamientos, recuerdos de aquel hombre que hizo a su madre vivir un infierno le revolvieron el estómago.

— El murió en un accidente ¿no? —Wakasa cada vez entendía menos, ¿acaso el difunto padre de Shinichiro tenía algo que ver con toda esta situación?

(...)

Aunque sonara dramático, todos los días lucían grises desde la muerte de Tachibana Naoto. La vida de Mikey se había arruinado desde el momento en el que encontró el cuerpo sin vida de Tachibana.

Mikey resopló molesto.

Se encontraba junto con Wakasa y Shinichiro en la oficina de su abogada, Akashi Senju.

— Manjiro, antes de que iniciemos, debo dejar el claro algo. —Senju llamó la atención de ambos hermanos Sano, que parecían estar perdidos en sus pensamientos. — Tú eres el cliente aquí. Lo que quiere decir que, en casi todo, tú tomas las decisiones. No tus tutores, no yo. Tu. Las decisiones que quieras dejar a cargo de tus tutores son comprensibles ¿Okay?

— Está bien. —fue lo único que respondió Manjiro, se sentía mareado y bastante estresado por toda la situación.

Senju explicaba detalladamente que, un joven de 15 años como el sería juzgado como un adulto según la ley. Y que por lo tanto, ella haría el mayor esfuerzo por tratarlo como tal.

Mikey sintió ganas de llorar en el momento en que notó que no podría volver a la escuela, lo que significaba que no vería a sus amigos, ni a Takemicchi. Le pareció injusto que lo mirasen con odio cuando él no había hecho absolutamente nada malo.

— La teoría principal es que Naoto Tachibana te molestaba. Conseguiste un cuchillo, y cuando tuviste la oportunidad, te vengaste. —explicó Senju, Mikey se tensó ¿enserio pensaban que él se ensuciaría las manos con la sangre de Naoto?

He is InnocentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora