06: No estás solo.

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Las búsquedas alrededor de todas las hectáreas del parque Cold Spring habían comenzado, con más de 50 voluntarios, y Shinichiro tenía que estar en un pequeño punto de control con unos oficiales, al pendiente de cualquier situación.

Shinichiro observaba incrédulo al padre de Naoto, que lo miraba con desprecio. Justo en aquel parque, donde la vida de su hijo había sido arrebatada.

— Alguien me dijo que te vio. ¿Qué demonios haces aquí?  —Masato Tachibana, el padre de Hinata y Naoto, era un oficial de policía de un carácter fuerte y manipulador, que perdía la paciencia rápidamente; y en ese momento, simplemente su paciencia no existía.

— ¿Y dónde más estaría? —respondió Shinichiro, Masato estaba siendo hostil con él, y ¿el que sabía? Nada.

—Le dije. Que quería otro fiscal. —Tachibana miraba con odio a Sano, quien solo podía mirarlo con una expresion imperturbable. — Alguien que no se quede con los malditos brazos cruzados.

Shinichiro suspiró cansado. — Señor Tachibana, no sé qué he hecho para molestarlo pero… —Shinichiro se vio interrumpido por el “Tsk” de emitió Masato.

— Eso ya no importa. Te sacarán del caso. —Tachibana Masato estaba molesto, ardiendo en ira. Mientras que Shinichiro sentía que tenía un montón de signos de interrogación en la frente.

— ¿Disculpe? —la confusión de Shin aumentaba ¿de qué carajos estaba hablando este tipo? Dios.

— ¿No me crees? Llama a tu jefe. Anda. —continuó Tachibana, mirando a Shinichiro con desprecio, cosa que al ojinegro le molestó en sobremanera.

— ¿Hablaste con Keizo? —preguntó Shinichiro, ¿Qué mierda le sucedía a la gente hoy?

— Estás fuera, Sano. Gracias al puto cielo, estás fuera. —Y con esas últimas palabras, masato le dio la espalda y comenzó a alejarse.

— Oiga. ¡Oiga! —llamó Shinichiro, pero aun así Tachibana siguió caminando, ignorando por completo los llamados del ojinegro, quien se apresuró a llamar a su jefe.

El teléfono fue atendido después del segundo tono. — Oficina de Keizo Arashi.

— Habla Shinichiro Sano. —contestó él, tenía un mal presentimiento de lo que sucedía.

— Si. Un minuto. —Shinichiro esperó unos segundos, hasta que por fin, la voz de su jefe y amigo resonó. — Hey, Shin.

— Benkei, Hola. Escucha, yo… —Shinichiro se vio interrumpido por Benkei, su jefe.

— Necesito que vengas de inmediato. Debemos hablar en persona. —el tono severo con el que habló Benkei asustó a Shinichiro.

Dios, esto era malo.

Así que sin decir nada más, Shinichiro se dirigió a su auto, solo para cumplir la orden de su jefe. Porque no entendía que sucedía, sabía que probablemente el caso no estaba avanzando lo suficientemente rápido, pero ¿sacarlo del caso? Eso le parecía imposible.

Al llegar a aquel edificio grisáceo, se encontró con dos oficiales que al parecer estaban esperándolo.

— Señor Sano. El fiscal nos ha pedido que lo escoltemos. —habló uno de los hombres. Okay, la situación le ponía cada vez más los pelos de punta al pobre pelinegro.

Siendo escoltado por ambos hombres entra al edificio, saluda al guardia de turno con amabilidad, mientras que mentalmente solo desea irse a casa y dormir. Una vez dentro de la oficina observa a Benkei y Taiju y suspira cansado.

— ¿era necesario todo esto? ¿Qué crees que haré,  saltar de la ventana? —preguntó Shinichiro, entre enojado y confundido.

— Es por protocolo. —respondió Benkei con simpleza, Shinichiro elevó una ceja.

He is InnocentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora