10: Recuerdos, Revelaciones y Relaciones.

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Shinichiro se preguntaba seriamente si estaba maldito o algo parecido. Comenzando con la muerte de su dulce madre, Sakurako, aquella mujer pelinegra que le dio la vida y que a pesar de todo lo que le hizo pasar Makoto Sano ella permaneció junto a él por sus hijos, años de infidelidades de las cuales salieron Izana y Emma, la mujer los amó a ambos como su fueran suyos propios. Shinichiro odiaba a su padre, y no solo por haber asesinado a su madre, oh no, ahí no terminaba la cosa, Shinichiro veía a su padre como un monstruo desde que era muy pequeño. Y a la edad de trece años sucedió el fatídico hecho que deshizo a su familia.

Un primero de agosto, justo el día del cumpleaños número trece de Shinichiro. Su madre estaba preparando un regalo para él, una pequeña caja con numerosos dulces tradicionales, uno que otro collar de plata, un anillo con forma de dragón y una carta. Cualquiera podría decir que el día iba a la perfección, y es que eso era lo que parecía, pero ninguno de los integrantes de la casa sospecharía el guiño del destino. Justo a mediodía del primero de agosto, mientras Shinichiro jugaba con el pequeño Izana de seis años, Manjiro de tres años dormía junto a Emma de dos, Makoto Sano arremetió contra su esposa, propinándole tres puñaladas en el pecho. La mujer peleó con uñas y garras, negándose a dejar a sus cuatro hijos bajo el "cuidado" de su esposo, gritó con todas sus fuerzas, y fue justo en el momento en que Shinichiro estaba abriéndole la puerta a Mansaku, que llegaba con las compras para celebrar el cumpleaños de su nieto mayor. Mansaku al escuchar el alboroto envió a todos sus nietos a casa de un vecino, Akashi Tadahiro; El mayor de los Sano descubrió a su hijo insultando al cadáver de su esposa, diciendo incoherencias.

— ¡Tú no puedes morir, Sakurako! ¡Sé que quieres dejarme, y no te lo voy a permitir! ¡¿Me oyes?! ¡Nos encontraremos en el infierno! —fueron las palabras de Makoto. Cosa que aun estando en la casa de al lado, Shinichiro pudo escucharlo perfectamente.

Mansaku sin pensarlo dos veces llamó a la policía y salió de casa, su hijo había enloquecido y no era seguro estar cerca de él.

Shinichiro perdió a sus padres el día de su cumpleaños número trece, él era la viva imagen de que ese número, no traía nada bueno consigo. Shinichiro aún guarda la carta que le hizo su madre, es lo único que le queda de ella.

Makoto Sano merecía pudrirse en la cárcel, como la basura infeliz que era.

(....)

Todos en la familia Sano creían que Emma no se enteraba de ninguna de las cosas que sucedían en su hogar, pero a decir verdad ella sabía todos y cada uno de los problemas que por los que estaban pasando en su hogar, y eso le afectaba en sobremanera.

Emma no recuerda a su madre, si sabe cómo es su cara es porque ha visto fotos, solo ha escuchado su voz gracias a videos familiares. Pero jamás sabrá cómo era la calidez de su madre, ni sus palabras de aliento. Emma tiene a Wakasa, pero incluso ella sabe que no es lo mismo, y se siente mal.

Sus padres no están con ella, ahora quieren quitarle a uno de sus hermanos ¿Cómo se supone que debe sentirse?

Izana cada día está más distante y sospechoso, lo ha visto varias veces observando a Mikey con desconfianza. Shinichiro parece estar triste, pero no solo por su trabajo o Mikey, hay algo más que está atormentándolo.

Mikey parece estar en una burbuja, no reacciona como antes, parece un cascarón vacío cuando habla con él, y Emma sabe que Mikey intenta ocultar su estado pero ella es demasiado observadora.

Se siente sola en casa porque todos están demasiado preocupados por Mikey y qué sucederá con él.

La única persona con la que habla de sus problemas es Ken, y Emma sabe que el chico puede estar aprovechándose de su estado vulnerable pero no le interesa, solo no quiere estar sola con su preocupación.

He is InnocentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora