Promesas y despedidas

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Estuve durmiendo tres días seguidos en casa de Billy, junto a Max.

Las dos nos metimos en la cama de Billy y no nos movimos de ahí para nada.

No parábamos de llorar.

No éramos capaces de estar bien o dejar de pensar.

Lo chicos venían a vernos.

Mi madre se estaba quedando en casa de Billy para ayudar a sus padres y apoyarlos.

Al único al que no había visto era a Steve.

Robin me contó que llevaba tres días saliendo a fiestas y bebiendo hasta perder la conciencia.

Ese día, alguien tocó a la puerta, yo estaba sentada en la cama de Billy, mirando por la ventana, viendo como el día iba oscureciendo.

Max se estaba duchando.

Abrieron la puerta y la cara de Steve se asomó por ella.

- Steve.. -susurré al verle y mis ojos se llenaron de lágrimas.

- Madds. -dijo él.

Su voz era ronca y torpe.

- ¿Estás borracho? -le pregunté sin creérmelo.

- Solo un poquito. -se acercó a mi y intentó besarme.

- Steve, vete. -le dije sin poder mirarle.

- ¿No quieres que me quede? podemos hacer algo aquí.. -dijo insinuando cosas que no me gustaron nada.

No me creía.

Abrí mucho los ojos.

Steve me miraba con una sonrisa y a mi me resbalaban las lágrimas por las mejillas.

- Vete de aquí, Steve. -me levanté de la cama, enfrentándome a él.

- Madds, no me eches. -dijo él.

- ¡Que te vayas! -grité con la voz rota.

Mi madre entró en la habitación corriendo, seguida de Max y sus padres.

- ¿Qué pasa, Madison? -preguntó mi madre al verme llorando.

No dije nada.

Max vino corriendo a mi lado.

- Chico, creo que es mejor que te vayas. -le dijo el padre de Billy.

Steve volvió a mirarme y a mi se me rompió el corazón aun más de lo que ya estaba.

No podía aguantar todo esto.

Los padres de Max y Billy sacaron a Steve de la habitación, quedándome a solas con mi madre y Max.

- Madison, cariño, tenemos que hablar. -dijo mi madre sentándose a mi lado.

- Luego vuelvo. -dijo Max y salió de la habitación, dejándonos solas.

- ¿Qué pasa, mamá? -me limpié las lágrimas.

- Vamos a irnos lejos, Madison, tu no puedes estar así y estando aquí no vas a sanar, no vas a poder pasar página, mañana salimos, tus maletas están hechas. -dijo mi madre y yo abrí mucho los ojos.

- No puedo irme, mamá, no puedo dejar a Max. -le dije.

- Max ya lo sabe, ella te quiere y sabe que es lo mejor para ti. -dijo ella calmándome.

- Necesito despedirme. -me levanté y salí corriendo, ignorando los gritos de mi madre llamándome.

Corrí con todas mis fuerzas.

Tenía que ver a Robin y a los demás.

Corrí mientras el sol seguía desapareciendo y la oscuridad se apoderaba de todo.

Llegué a casa de Robin y toqué la puerta con urgencia.

Robin no tardó en abrir y al verme se sorprendió.

- Maddy, ¿qué pasa? -preguntó dejándome pasar.

Los chicos salieron del salón, estaban todos ahí.

Todos menos Steve.

Miré a Robin y ella me entendió.

- Hay una fiesta en el barrio de al lado. -explicó ella y no necesitó decirme nada más.

Los chicos se acercaron a mi y me sonrieron con cariño.

- ¿Todo está bien, Maddy? -preguntó Dustin.

- Me voy, mañana me voy y no creo que vuelva nunca. -solté sin más.

Ninguno respondió, estaban quietos, mirándome sin entender nada.

El primero que corrió hacia mi y me abrazó fue Dustin, seguido de los demás.

Robin lloraba en silencio.

- Prométeme que si te vas, estarás bien. -me dijo ella.

- Prométeme que cuidarás de todos, cuida de Steve, por favor, sacadlo de todo esto. -le pedí y ella asintió.

- Te lo prometo. -me sonrió con tristeza.

- Y dile que le quiero, y que lo siento mucho. -añadí con una sonrisa nostálgica.

- Se lo diré. -aseguró ella.

- Chicos, espero que cuidéis de Robin y Steve. -les dije con una sonrisita.

- No te vayas. -susurró Mike contra mi brazo.

- Te echaremos mucho de menos, Maddy. -dijo Will.

Me separé de ellos y les sonreí a todos.

Abracé a Robin y salí por la puerta.

Ahí me di cuenta de todo lo que iba a dejar atrás.

Volví a correr a casa de Max.

Y me metí en la cama de Billy, Max estaba ahí.

- Te echaré de menos, muchísimo. -susurró ella en la oscuridad.

- No creo que sea capaz de seguir con todo esto sin ti o los chicos. -admití.

- Tienes que salir de esto, Billy habría querido que tu fueses feliz. -dijo ella y yo supe que estaba llorando, porque yo también lo estaba haciendo.

Cerré los ojos.

A la mañana siguiente, a las seis de la mañana mi madre vino a despertarme y yo me levanté sin hacer ruido para que Max siguiera durmiendo.

Cogí un trozo de papel y le dejé una pequeña nota diciéndole lo mucho que la quería.

Y salí de esa habitación en donde había pasado la mitad de mi vida con mi alma gemela.

Mi platónico.

Mi mejor amigo.

Subí al coche con mi madre.

Y lo dejé todo.

Me rompí y mi madre me acarició el brazo, pero no paró el coche.

Pasamos por la casa de Steve y miré, esperanzada de verlo, pero no había nadie.

Lloré como nunca.

Hasta que traspasamos el cartel que indicaba que habíamos salido de Hawkins. 



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LO SIENTO DIOS MIO, PERO AHORA ID A LEER LOVELY - EDDIE MUNSON

ESA ES LA CONTINUACIÓN DE ESTA HISTORIA Y OS PROMETO QUE TIENE BUEN FINAL

OS AMO A TODAS LAS QUE HABÉIS LEÍDO ESTO PARA ENTENDER MEJOR LA OTRA HISTORÍA.

GRACIAS UNA VEZ MÁS POR ESTAR A MI LADO Y PRONTO TENDRÉIS OTRA HISTORIA, OS QUIERO MUCHO MUCHO

HE SUBIDO UN TIKTOK CON UN PEQUEÑO SPOILER DE LA NUEVA HISTORIA QUE VOY A SUBIR CUANDO LLEGUEMOS A LOS 800 SEGUIDORES, CORRAN A VERLOOO Y SALUUUDENME EN COMENTARIOS, LAS SIGO DE VUELTA CHICAS

MI TIKTOK: LIZZBETBOOKS

Lovely 2 - Steve Harrington +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora