Lovely 2 - Steve Harrington +18

El ascensor

Al día siguiente Steve y yo teníamos esa cita pendiente.

Estaba arreglándome para ir hacia el centro comercial, habíamos quedado ahí para cenar en alguno de los restaurantes.

Billy llegó y subí a su coche, él iba a llevarme.

- ¿Nerviosa, diablita? -preguntó con una sonrisita.

- Sabes que llevo años queriendo esto. -le dije.

- Y por fin el idiota de Harrington se da cuenta, espero que no la cague. -dijo él mirándome unos segundos.

- Sé defenderme sola, tengo al mejor maestro. -le dije burlona.

- Sigues sin saber pelear bien, tengo mucho que enseñarte aún. -se quejó y yo solté una risita.

Siempre me decía lo mismo.

Los dos sabíamos que yo sabía pelear perfectamente, él se había encargado de eso con todas sus fuerzas, pero si él decía que yo no sabía pelear aún, eso era basicamente una excusa para vernos por las tardes y ninguno de los dos nos íbamos a quejar de eso.

- ¿Entras conmigo a saludar a los chicos? -pregunté saliendo del coche.

Billy salió y pasó un brazo por mis hombros, caminando conmigo hacia la heladería.

- Entro contigo para advertir a Harrington, diablita. -dijo y yo volví a reírme.

Al llegar a la heladería, todos estaban ahí.

- ¿Chicos? -pregunté al verlos sentados en una mesa, incluidos Robin y Steve que en ese momento no tenían que atender a nadie.

- Tenemos un problema. -habló Robin.

- ¿Qué tontería tenéis ahora? -preguntó Billy.

- Hemos grabado una conversación en código de unos rusos. -explicó Max.

- ¿Qué? -pregunté yo, sentándome con ellos.

- ¿Qué se supone que tenemos que hacer nosotros? -preguntó Billy apoyándose contra mi silla.

- Tenemos que descifrar el código. -exigió Dustin.

- ¿Alguien de aquí habla ruso? porque lo veo difícil. -se quejó Steve.

- Yo hablo un poco. -se ofreció Robin.

- Entonces ya sabéis, Robin, tu y Maddy podéis encargaros de descifrar el mensaje, Steve y Billy pueden quedarse con vosotras, nosotros iremos a investigar si encontramos a los rusos por el centro comercial. -habló Mike y los chicos se levantaron, dejándonos a nosotros ahí.

- Se suponía que teníamos una cita, ¿esto es enserio? -se quejó Steve.

- Al parecer tendrás que invitarme de nuevo, Harrington. -le dije riendo y los demás se unieron a mi risa.

- Empecemos con esto y lo terminaremos antes. -dijo Billy.

Robin le dio al play a la reproducción y los rusos empezaron a hablar.

Esto iba a ser más complicado de lo que creíamos.

Horas.

Horas.

Y horas.

Eran casi la una de la mañana y seguíamos en el centro comercial, los chicos se habían reunido con nosotros de nuevo y por fin Robin había descifraro el mensaje.

- Hay que ir a la parte de atrás, en quince minutos. -explicó ella deprisa.

Todos nos levantamos y salimos corriendo del centro comercial.