Sujeto 63

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No me separé de Billy durante toda la noche.

Steve no me dejó sola ni un solo segundo.

Max durmió a mi lado, teniendo pesadillas cada cinco minutos.

Los chicos se fueron a la habitación de Steve para no escuchar los gritos de Max o mis sollozos.

Todo estaba mal.

Los ojos de Billy se abrieron lentamente y su mirada se encontró con la mía.

Eran sus ojos verdes de siempre.

- ¿Billy? -pregunté con miedo.

- Maddy. -dijo él analizando mi rostro.

Maddy.

No diablita.

Maddy.

Algo iba realmente mal.

Max se despertó y se aferró a mi brazo, mirando a Billy con miedo.

- Billy, ¿todo bien colega? ¿sabes quiénes somos? -le preguntó Steve colocando su mano sobre mi hombro, preparado para cualquier cosa.

- ¿Qué ha pasado? -preguntó Billy con la voz rasposa.

- Nos atacaste, querías matar a Maddy. -le soltó Max.

- ¿Qué? -preguntó Billy y sus ojos se abrieron de par en par mirándome a mi.

- Estoy bien, solo no sabemos que te pasó, ¿qué te hicieron ahí abajo cuando nos separaron, Billy? -le pregunté y coloqué mi mano encima de la suya.

Estaba helado.

Frío como el maldito hielo.

Billy siempre tenía la piel caliente.

- Hace calor. -dijo de repente.

Yo me giré hacia Steve con cara de pánico.

Steve me apretó el hombro.

- Billy, ¿qué mierda te está pasando? -le gritó Max agobiada.

- No me grites si no quieres que te mate. -le soltó Billy con una voz que no se parecía en nada a la suya.

Max retrocedió unos pasos y lo miró con miedo en los ojos.

Yo me levanté y fui con ella rápidamente.

- Encárgate de él. -le dije a Steve y salí de ahí con Max.

Cogí las llaves del coche de Billy, que seguía aparcado ahí y Max me siguió.

Me metí en el coche y ella subió a mi lado.

- ¿Dónde vamos? -preguntó cuando arranqué el coche a toda velocidad.

- A buscar respuestas. -dije sin más.

Max suspiró y se limpió las lágrimas que le quedaban en las mejillas.

Conducí a toda velocidad hacia el centro comercial.

Me habían quitado a mi Billy.

Nos lo habían arrebatado.

Algo le habían hecho.

Y yo no pensaba quedarme de brazos cruzados.

Aparqué en el centro comercial y entramos.

Había gente por todos lados, como de costumbre.

Fuimos directas a la parte trasera y la puerta seguía abierta.

El ascensor bajó sin problema.

Desierto.

No había nadie.

Lovely 2 - Steve Harrington +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora