R U D E | Renle

Uno

Renjun y Chenle se conocieron cuando el mayor tenía 7 años y el menor, 6. Se hicieron muy buenos amigos y empezaron a pasar mucho tiempo juntos, tanto que naturalmente comenzaron a compartir cosas, como la ropa, los juguetes, grupo de amigos, y hasta adoptaron los hogares del otro.

Sus madres no tuvieron mucho problema en que fuesen amigos ya que nunca mostraron signos que mostraran otra cosa, no fue hasta un poco más grandes que empezaron a compartir sentimientos más fuertes el uno por el otro.

La manera en la que empezaron a salir fue algo rara, Chenle tenía 13 y Renjun tenía 14, no sabían muy bien cómo funcionaba una relación pero pronto encontraron su comodidad, llegando a un acuerdo mutuo de que no querían cambiar la manera en la que se trataban hasta ese momento. A sus amigos les sorprendió un poco porque siempre fueron los típicos mejores amigos que parecían más hermanos que otra cosa, pensaban que no durarían mucho y que en unos meses se cansarían de estar así, pero eso nunca pasó.

Los años pasaron y ellos seguían tan unidos como cuando eran niños, a su modo.

Supieron que ya no habría retorno o arrepentimiento cuando ambos comentaron sobre la idea de vivir juntos, que tambien fue rara teniendo en cuenta que los dos hablaron del tema casi que con indiferencia. Su relación era especial, o eso les gustaba decir sus amigos.

La mayoría del tiempo estaban molesándose por tonterías, discutían mucho pero no podían estar molestos más de unas horas sin que alguno de los dos se disculpara, era por eso que se habían ganado el respeto de cualquiera que los conocía.

Si se ponían a analizar, ellos eran la pareja más estable dentro del grupo de amigos, por más increíble que sonase.

Era por eso, y porque eran los únicos que tenían apartamento ya que el resto vivía en el campus de la universidad, que normalmente pasaban el rato en el hogar de los dos chicos, como en ese momento.

Estaban jugando uno en medio de toda la sala mientras bebían cerveza, y Chenle lo único que hacía era quejarse porque Renjun llevaba toda la partida bloqueándole la jugada y lanzando más dos.

—¿¡Puedes dejar de hacer eso!? ¡Tengo casi todo el mazo! —dijo Chenle mientras movía los brazos exageradamente.

Renjun sonrió con cinismo y lanzó un más cuatro, lo que hizo que Chenle le lanzara un cojín que hizo que el vaso de cerveza se le cayera encima.

—¡Chenle! —se quejó Renjun mirando su camisa toda empapada.

Sus amigos solo pasaban su mirada de Chenle a Renjun, algunos aguantando la risa y otro genuinamente preocupados.

—Piensa dos veces antes de lanzarme otro más cuatro, Huang Renjun —respondió el pelinegro amenazadoramente.

Renjun rodó los ojos y se levantó con una cara de incomodidad.

—Chen-

—Tu ropa limpia ya está en el cajón —fue todo lo que respondió Chenle mientras barajeaba las cartas en sus manos.

Renjun suspiró y desapareció por el pasillo.

—¿Vamos a seguir o no? —preguntó Chenle viendo la cara de sus amigos.

Mark se aclaró la garganta y tosió un poco.

—¿No deberías ver cómo está?

Chenle le miró como si estuviera loco y rió sin sentirlo de verdad.

—Nadie le manda a lanzarme un más cuatro, hyung. Así aprenderá.

—Así es, carajo —apoyó Donghyuck ganándose una mala mirada de Mark.

Siguieron jugando hasta que salió Renjun y volvió a sentarse en el mismo lugar de antes, al lado de Chenle.

Chenle volteó a mirarlo con mala cara, Renjun le devolvió la mirada y solo bastaron dos segundos para que el mayor se inclinara a darle un piquito en los labios.

Sus amigos no les estaban prestando atención y por eso Renjun se tomó la libertad de dejar otros dos piquitos más y un corto beso en su nariz.

—No escucho disculpas —dijo Chenle con un puchero.

Renjun rodó los ojos y volvió a su posición original.

—Y tampoco las escucharás.

Bueno, tal vez no se disculpaban siempre.

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–Moon