Dieciséis

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—Estoy empezando a creer que lo que haces ahora es presumir —se quejó el moreno, cruzándose de brazos.

Chenle llevaba ya media hora observando el anillo que usaba orgullosamente en su dedo anular, maravillado.

Jisung río bajo.—Puede que lo esté haciendo, pero no puedes culparlo.

Mark, quien se había quedado con ellos a pasar el rato, suspiró, cerrando el libro que había estado leyendo hasta que empezaron a hablar de nuevo sobre el reciente tema que involucraba a sus dos amigos.

Los tres, Donghyuck, Chenle y Jisung, habían quedado en una heladería después de clases y Mark se les unió después al terminar las suyas. Del resto no se supo mucho, ellos tres se desaparecieron sin decir a dónde y entonces los demás tuvieron que ver qué hacer con sus vidas.

—¿Cómo van con eso? ¿Ya tienen fecha? —preguntó el mayor de todos, llevándose la atención del grupo.

Chenle, por fin saliendo de su trance, sonrió.

—No queremos apresurarlo, ¿saben? Probablemente no nos casemos pronto.

Donghyuck casi se ahoga con su propia saliva.

—¡¿Entonces por qué se comprometieron en primer lugar?!

Jisung rió por el escándalo de su mayor mientras Mark suspiraba, sobando su cien. Chenle, sin embargo, no cambió su expresión.

—Es algo que no entenderías, hyung.

Donghyuck se dejó caer en su asiento.—Si el amor es así, entonces no quiero entenderlo.

Chenle bufó, mirando mal a Donghyuck, Jisung, por su parte, solo negó divertido.

—¿Qué haremos ahora? Todavía no quiero volver a los dormitorios —volvió a decir el moreno.

Ya se habían terminado sus helados hacía unas horas, y viendo que los tres que faltaban todavía no daban señales de vida, necesitaban ver qué harían para matar el tiempo.

—¿Y si vamos al arcade? Creo que todavía no han cerrado —propuso Jisung, para luego revisar la hora en su celular.

Concordando en que era la mejor idea, todos decidieron salir de la heladería hacia el arcade al que solían ir cada vez que tenían tiempo ya que era el que quedaba lo suficientemente cerca de la universidad.

En cuanto llegaron, no tardaron mucho en buscar el hockey de mesa, el cual se encontraba al fondo del lugar, en donde las luces neón pegaban con menos intensidad.

Donghyuck y Chenle tuvieron una ronda muy reñida y divertida de ver para Mark y Jisung. Ambos gritaban cada vez que le daban al disco o cuando éste se acercaba a la portería, llamando la atención del resto de personas en el local pero sin importarles mucho. Jisung y Mark les dijeron varias veces que bajaran la voz, pero tampoco hicieron caso.

Después de tres rondas seguidas, cansados y con sus voces totalmente desgastadas, Chenle y Donghyuck dejaron de jugar.

—¿Ustedes van a jugar? —preguntó Donghyuck, con la voz parcialmente ronca.

Mark negó.

—Ya son casi las 7, deberíamos volver al campus.

Jisung asintió, estando de acuerdo con su mayor.

—Ya qué —soltó Chenle, encogiéndose de hombros.

Llegando al campus despues de caminar unos veinte minutos, a Donghyuck le llegó una llamada de Jeno, lo cual le hizo subir las cejas al por fin saber algo de él.

—Chicos —llamó, deteniendo su paso, el resto hizo lo mismo—, es Jeno.

—Pregúntale en dónde están —dijo Mark.

Donghyuck atendió la llamada, llevándose el celular a la oreja.

Los otros tres esperaron pacientemente, escuchando solo lo que preguntaba el moreno sin escuchar la voz del peliazul al otro lado de la línea.

—Dice que nos están esperando en la entrada del campus, y nos apuremos porque Renjun le tiene una sorpresa a Chenle.

—¿Más? —preguntó Jisung, sorprendido.

Chenle sonrió.

—¿Qué será esta vez?

Los cuatro siguieron caminando después de eso, haciendo chistes y comentarios con alguna que otra risa.

Sin embargo, al estar solo a unos metros de la entrada, Chenle dejó de caminar abruptamente, desconcertando a sus tres amigos.

—¿...Chenle? —cuestionó Jisung, y como el mayor no le respondió, su mirada siguió la de él, hasta llegar a donde estaba viendo y la razón de su cambio de humor.

Jisung, Mark y Donghyuck abrieron la boca levemente, sin poder moverse.

En la esquina de la calle que quedaba antes de llegar a la universidad estaban los tres chicos que faltaban, mirándolos expectantes, pero no estaban solos.

Allí, con una sonrisa nostálgica que revolvió el estómago de Chenle, estaba su madre.

—¿E-ella no es...? —logró articular Donghyuck, dentro de toda su impresión.

Mark asintió sin decir nada.

—¿Por qué...? —murmuró Jisung, sin entender nada.

Chenle seguía sin moverse, no creyendo a quien estaba viendo, una mujer que no se había molestado en tratar de comunicarse con él en los últimos tres años.

¿Esa era la sorpresa de Renjun? Que decepción.

Chenle, por primera vez desde que había empezado su vida con el mayor, se sintió realmente herido.

Cuando no pudo soportar más el pesado ambiente que se había formado, Chenle salió corriendo de allí en dirección a la entrada a la universidad, pasando de los cuatro que lo miraban con incredulidad, y perdiéndose de allí en adelante.

—¡Chenle! —gritó Jisung, yendo tras su amigo.

Renjun se quedó perplejo, sin embargo, sabiendo que su novio actuaría de esa manera al ver a su progenitora.

La mujer, salió detrás de su hijo, dejando a los tres chicos que le habían llevado hasta allí solos.

Mark y Donghyuck llegaron a donde estaban ellos, el mayor con una mueca de disconformidad y el moreno aparentemente irritado.

—Que forma de cagarla, Renjun —comentó Donghyuck.

Renjun resopló, notablemente frustrado, pero no arrepentido.

—La señora Zhong tiene algunas cosas que hablar con Chenle. Yo tampoco quise dejarla verlo al principio, pero esto es serio.

Mark, aún confundido por la actitud de Renjun, asintió, sabiendo que el rubio no sería capaz de lastimar a su novio sin una razón lógica detrás.

—Deberíamos ir por él, seguro Jisung ya lo encontró —dijo Jaemin, afectado por la situación.

—Necesitará apoyo por esto... —Renjun suspiró, y fue cuando todos entraron al campus.

Chenle y Jisung no deberían estar tan lejos.







–Moon

R U D E | RenleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora