Nueve

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Después de estar tan estresados por las últimas tareas y proyectos que tenía que entregar, por fin les habían dado vacaciones.

Decidieron pasar algunos días en casa de los padres de Donghyuck. Ellos no estarían y la casa estaba cerca de la playa, por lo que era la mejor idea.

Llevaban ya dos días allí, se quedarían por una semana y apenas habían hecho las primeras actividades programadas. Por ejemplo, el día anterior habían visto películas hasta la madrugada.

Renjun estaba con Jeno y Jaemin en uno de los cuartos, simplemente pasando el rato mientras el resto veía televisión en la sala.

Jaemin estaba contándoles uno de los altercados que había tenido con uno de sus profesores, estaba hablando con su expresividad característica y movía sus brazos exageradamente, haciendo reír a los otros dos. Jeno estaba sentado en la cama y Renjun estaba acostado en la misma, con los pies en dirección a la cabecera y apoyando sus brazos en el colchón.

—Al final recuperé la nota, pero creo que ya no le agrado a ese señor.

—¿En serio crees eso? ¡Literalmente le llamaste viejo decrépito enfrente de todo el salón! —recordó Jeno sin poder aguantar la risa.

—¡Él se lo ganó!

Renjun tampoco podía parar de reír, pero como ya Jaemin había dejado de hablar, decidió distraerse en sus redes sociales por un rato.

Jaemin suspiró y se tiró encima de su amigo, recibiendo una queja por parte de Renjun.

—¡Jaemin! ¡Pesas mucho!

Jaemin solo lo ignoró y se acomodó mejor. Renjun rodó los ojos mientras Jeno reía por la actitud infantil del pelinegro.

—¿Cuando iremos a la playa? —preguntó Jaemin, con la voz amortiguada por la almohada.

—Mañana, hoy no podemos salir —respondió Jeno.

—¿Y eso por qué?

—Donghyuck le prometió a sus padres que limpiaría la casa, lo llamarán más tarde para comprobar.

Jaemin hizo un puchero y Renjun solo negó no estando muy sorprendido por la irresponsabilidad del moreno.

Al rato entró Jisung junto a Chenle a la habitación, ambos estaban vestidos como si fuesen a salir.

—Oigan, saldremos a comprar comida, Donghyuck hyung dice que bajen para que lo ayuden a limpiar —dijo Jisung, sin moverse del marco de la puerta. Chenle miró hacia dentro desde atrás de Jisung.

Jaemin bajó de la espalda de Renjun, lo que le hizo suspirar de alivio, y se acercó al menor para tomarlo de las mejillas.

—Cuídate y cuidas a Chenle.

Chenle rodó los ojos y fingió arcadas. Jisung, por su parte, solo sonrió dulcemente mientras su novio se acercaba a darle un beso.

Chenle exageró más sus arcadas, haciendo que ambos se separaran.

—Ay, ya, Chenle. No es para tanto —dijo Jisung yéndose en dirección a la escaleras—. ¿Vienes?

—Ya voy —respondió Chenle, viendo luego cómo el menor desaparecía de su vista.

Jaemin volvió a donde estaba antes, pero Renjun se levantó antes de que el pelinegro pudiese acostarse encima de él de vuelta.

—Iré por un vaso de agua.

—Nosotros bajamos en un rato —dijo Jaemin, con su cara enterrada en el colchón.

Renjun asintió y salió del cuarto. Al estar afuera vio a su novio y cerró la puerta detrás de él con una sonrisa.

—¿No que ibas a comprar?

—Estaba esperando a que salieras.

Renjun no necesitó más palabras y se acercó al menor para dejar un corto beso en sus labios.

—¿Ya?

Renjun no se esperó que Chenle le agarrara por la camisa y lo acercara bruscamente a él para darle un beso mucho más largo y profundo, en el que ambos se fundieron completamente.

Chenle se separó y le sonrió a su novio.

—Ahora sí —y se fue.

Renjun quedó estático y luego de unos segundos volvió en sí, para después tocar el lugar en el que habían estado los labios del menor hacía solo un rato.

No supo por qué sonrió como bobo, pero tal vez era el efecto Chenle que lo había traído mal desde su niñez.

Definitivamente solo él podía dejarlo así.

–Moon

R U D E | RenleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora