Dos

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Una cosa que tenían que saber sobre Chenle era que a sus padres no les había gustado para nada enterarse de que le gustaban los hombres, fue por eso que la época de su adolescencia fue una de las más duras para él teniendo en cuenta que no pudo presentarles a Renjun como algo más que solo su mejor amigo por muchos años, y la forma en la que se enteraron empeoró todo.

Estaban distraídos y en el mundo que ambos compartían cuando estaban juntos, Renjun se acercó a darle un beso y justamente entró el padre de Chenle.

No gritó, no hizo un escándalo, simplemente preguntó que era lo que estaba pasando, y cuando ninguno de los dos respondió hizo que ambos bajaran y tuvieron una charla ellos y los padres de Chenle.

Allí, ambos no pudieron seguir ocultándolo y más tarde que temprano los señores Zhong se enteraron de la verdad, y no estuvieron muy felices con eso.

Chenle tuvo que aguantar muchos comentarios hirientes, Renjun seguía yendo a su casa pero ahora era mucho más incómodo por la actitud que adoptaron los dos adultos. Tanto fue así que, eventualmente, Renjun decidió dejar de ir y solo ver a Chenle en el colegio.

Claro que Chenle podía ir a la casa de Renjun, pero ahora no tenía permitido quedarse una noche por el miedo de sus padres a que pasara "algo indebido".

Teniendo eso presente, era más que comprensible el que Chenle no visitara a sus padres muy seguido, y era por eso que no dudó mucho en aceptar la propuesta de vivir junto a Renjun.

Aunque no supo si había hecho bien, ya que se vió obligado a acostumbrarse a lo exasperante que era Renjun en las mañanas.

—Dios santo, Renjun. Quítate de encima —se quejó Chenle mientras trataba de quitarse a un Renjun medio dormido de encima suyo.

Compartir cama fue otro de los retos para Chenle.

El pelinegro sacó toda la fuerza que no sabía que tenía y empujó a Renjun para sacárloselo de encima, aunque en el proceso lo sacó de la cama también.

Renjun se despertó por el golpe y empezó a sobarse la cabeza mientras maldecía por lo bajo.

—Buenos días, bebé —dijo Chenle con una sonrisa inocente.

—Buenos días mi trasero.

Renjun se levantó con algo de dolor y se estiró para terminar de despertar sus extremidades.

—Pesas mucho, te dije que te bajaras, no me culpes por actuar con sentido común.

Renjun rodó los ojos mientras se ponía sus pantuflas y volteó a mirar al menor.

—Tuviste que pensar en mi peso antes de salir conmigo.

Chenle también se levantó de la cama para poder empezar su día, y Renjun pensó que lo ignoraría y saldría de la habitación, pero olvidó que se trataba de Chenle.

—Pero si fue eso lo que me enamoró —respondió para después salir, no sin antes darle una nalgada a Renjun que definitivamente el mayor no se esperaba.

Renjun se quedó parado pensando en todo y nada, regresó en sí luego de unos segundos y para ese entonces ya se escuchaba el agua de la regadera.

Chenle sabía cómo hacerlo cambiar de humor en menos de 5 segundos.

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–Moon

R U D E | RenleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora