ROMINA
He pensado en muchas maneras de huir, pero sin duda esta es la más estúpida y predecible. Aun así tengo éxito. No sé como, pero logro salir a la carretera y avanzar varios kilómetros. Las manos me tiemblan sobre el volante y la vista la tengo algo nublosa, no sé si por el cansancio o por hinchados que están mis ojos de tanto llorar. No soy nada buena conduciendo y menos a tanta velocidad, el volante casi se me sale de las manos mientras acelero, pero tengo suerte de que la autopista está despejada. Pienso entonces en lo que haré de ahora en adelante. Estoy sola y no sé a donde ir. Puedo ir a casa de una de mis mejores amigas de la universidad, pero... ¿es lo correcto? Después de todo lo que ha pasado, ¿son confiables? Es decir, mi mundo entero es acaso confiable. Y si me atrapan, ¿qué haría? Ya no tendría la misma suerte que antes. Ya no encontraría a un desconocido con extrañas habilidades para pelear que me ayudara a huir. Me harían daño, de eso estaba segura. Me llevarían de vuelta a ese lugar tan asqueroso. Me harían sufrir el triple de horrores que les hicieron a esas mujeres. Quizás hasta me asesinarían.
Empiezo a temblar, casi ya sin poder mantener estable el volante.
Mi mente empieza a disparar múltiples destinos.
Evan está en primer lugar. Podría ir a su casa. Podría decirle que me ayude a esconderme. Pero luego me entra la rabia. ¿Por qué no me ha buscado? ¿Lo está haciendo? Y entonces otro recuerdo viene a mi mente. Evan estuvo el día en que me secuestraron. ¿Y si Evan está muerto? ¿Y si lo asesinaron?
Tiemblo más.
Acelero. Ya debo estar lo bastante lejos de ese hombre. Ni siquiera sabía si podría confiar en él. Lo parecía, pero ¿lo era? Solo tenía la intención de deshacerse de mí y de regresar con su novia. Le he hecho un favor dejándolo atrás. Probablemente, ahora se esté regresando a casa, mientras yo estoy aquí conduciendo sin destino. Porque estoy sola. Estoy sola en este mundo, nada de lo que creía es cierto ahora. Todos parecen extraños. Incluso mi padre me ha dejado atrás. Me ha dejado sola en este infierno. La única forma de cuidarme es huyendo y eso estoy haciendo ahora mismo.
No tengo ningún plan y estoy agotada. La carretera empieza a verse oscura de repente. No sé si por la falta de alimento o porque en verdad ya está cayendo la noche. Pero no quiero detenerme por ahora. Necesito encontrar un lugar donde quedarme. Aunque lo único seguro que veo por ahora es quedarme aquí, en el auto. De pronto, por el retrovisor. Veo un maletín en el asiento trasero. Es la recompensa del extraño por llevarme a la estación de tren. Me maldigo. Cómo rayos se me pudo olvidar dejársela. Ahora me perseguirá por ese maldito dinero. Después de todo, es lo que él que quería. Podría regresar y devolvérsela con la condición de que me deje huir sola y que no le diga nada a mi padre, pero... pensándolo bien, yo también necesito ese dinero. Me servirá para sobrevivir mientras ideo la forma de estar segura.
Seguridad, es lo único que se me viene a la mente para definir mi verdadera felicidad por ahora.
MAX
Bien, esta mierda/pesadilla terminó. La chica se ha ido y yo me puedo liberar de la responsabilidad por fin. No tengo el maldito dinero, pero eso ya ni siquiera me importa. A ella le servirá más que a mí si tiene planes de huir. Una chica sola y en ese estado como ella va a necesitar de mucha ayuda.
Sin embargo, ese lado de mierda que no puedo controlar me recrimina lo idiota que fui por dejarla sola en el auto. Confiar en ella fue una metida de pata totalmente reprochable. Y ahora no puedo hacer nada para cambiar lo que está pasando. No sé a dónde quiere ir su loca cabeza, ni tengo idea de cuál es su plan. Si es que tiene uno, claro.
