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¿Había algo más molesto que tener que ir a trabajar cuando llovía a mares? Realmente lo odiaba

cuando perfectamente podía estar recostado en su cama, tomando un café y volver a dormir.

Odiaba la vida de adulto responsable

Vio como el semáforo cambio de verde a rojo y decidió cruzar, viendo los rostros serios de los conductores, cuando iba a mitad del camino su teléfono sonó, el ritmo de la música haciendo que las demás personas le mirasen

- ¿Qué quieres? -contestó cerrando sus ojos para así mitigar la vergüenza

"¿Esa en la manera en la que hablas a tu jefa? ¡Cielos! ¿Por dónde estás? Vas tarde y el café está lleno"

- ¿Por qué me molestas? Te estoy ayudando y me estás recriminando – contestó haciéndose a un lado tras abrir los ojos-, además aún puedo volver a mi casa, recuerda que yo hoy no trabajo...

"Deja de decir estupideces, te esperaré otro poco"

- ¡Ya estoy por llegar! ¡Uy! Lo lamento... - dijo tan de pronto como sintió chocar con alguien, levantó el rostro y vio que era otro chico, vio la sombrilla en el suelo y estando avergonzado la recogió por él – enserio lamento haber chocado contigo, estaba hablando por teléfono, lo siento nuevamente

Observo al chico, pero este tenía una mirada extraña, no le tomó importancia ¿Estaría enojado?

Bueno ¿Quién no estaría enojado? Él lo estaría si alguien chocará con él y hiciera caer algo suyo, exclusivamente su paraguas haciendo que se mojara. Debía de irse antes de que este chico le diera un golpe

Uno nunca sabe...

"¿Paso algo? Oye Isias ¿Estás bien? ¡Dime qué no te has roto una pierna! ¡!te necesito!! Te pagaré más si vienes con tu pierna rota"

Alejándose rodó los ojos, sinceramente debía de reconsiderar renunciar a ese trabajo dónde le explotaban. Terminando de cruzar volvió al teléfono

- Ve a abrirme la puerta de atrás... Olvidé las llaves en mi otro abrigo... - soltó colgando- ¡Cielos!

Se paró debajo del techo, dónde se sacó aquel impermeable y lo sacudió, viendo como las gotitas de agua le salpicaban, se sintió observado y miro a su alrededor, nadie. Cuando estaba por revisar los alrededores la puerta fue abierta, dejando ver a una pelirroja que le sonríe enormemente, pareciendo lunática o vendedora de algún producto.

- ¡Mi querido! Pensé que te tardarías aún más ¿Puedes creer que Veronica y Antonio no han venido? – grito fingiendo molestia, quito de las manos el abrigo al pobre chico y le entregó el delantal negro- entra... Te resfriaras, ve a atender las mesas por favor

Definitivamente reconsidera si quedarse y laburar

...

Al pasar el tiempo sin haber nada de clientela las campanas sonaron, haciendo que Isias levantará

la cabeza, sonriendo en automático por qué: "no pagaré a un trabajador que no sonríe a sus

clientes Isias", palabras dichas por su jefa, amiga y prima

Se sorprendió cuando reconoció al chico que había entrado.

- ¡Oh! Eres el chico de hace rato, lo siento nuevamente – habló, viendo detalladamente el rostro contrario, por causas extrañas se volvieron a encontrar - ¿Qué piensas ordenar? Oye estás mojado ¿Estás bien?

Pregunto siendo lo más agradable y amable, observó curioso las prendas del otro, empapadas por la lluvia ¿Eso no lo hizo él, ¿no? La sombrilla cayó solo un tiempo corto, no era posible que le hubiera mojado demasiado

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