- sí que hay mucha gente hoy, demasiada diría yo, tratemos de no alejarnos. ¿Dónde deberíamos comenzar? ¿Qué prefieres Derek? – Pregunto Isias muy contento, le fascinaba estos lugares en donde ponías tu vida en un par de fierros oxidados y viejos- o... ¿quieres comer algo primero? ¿qué tal si subimos a ese? Tiene muy poca fila
Isias apunto a un juego en donde habría talvez unas quince personas formadas, y el juego no tenía mucha ciencia; un redondo en donde los asientos eran a los alrededores y la maquina se movía de un lado a otro a gran velocidad.
- A donde tú quieres hay que subirnos ¿quieres subir a ese juego? Entonces subamos – respondió solamente
La fila avanzo muy rápido, pues los asientos eran muchos así que lograron entrar, Isias estaba como un niño: sonreía en todo momento. El juego comenzó lento, subía y bajaba lentamente
- Ya está un poco rápido...
Isias frunció el ceño, sujetándose negó. Derek por otro lado estaba un poco ansioso, él solo tenía confianza en sí mismo, podía ir a una guerra sin miedo por que confiaba en sí mismo, pero en estos momentos no confiaba en los fieros y de aquel señor detrás de su teclado que manejaba el juego. Casi se infarto cuando oyó el grito de Isias
- ¡ey! ¡¿no puedes aumentar la velocidad?! Esto es para un bebé, no hace ni cosquillas ¿no lo crees? – Los ojos de Isias fueron a los de Derek, notando un brillo curioso, dándose cuenta del temor que tenía- oye tu...
Pero no pudo terminar ya que el juego arranco haciendo que se sujetara con más fuerza, el juego había aumentado la velocidad a gran medida, su trasero apenas manteniéndose en el asiento, sentía como su equipo de seguridad se removía queriendo abrirse. Dios santo, nadie le hacía caso, pero aquel señor al parecer si, apenas y veía.
El juego giraba y giraba incluso escucho como alguien lloraba, se quiso reír pero no pudo. Entonces el juego se detuvo, de a poco iba recobrando los sentidos, viendo primero a Derek que se llevaba la mano a la cabeza y parpadeaba sin cesar, santo cielo
- ¿estas... bien? – fue lo primero que pregunto Derek apenas, sus ojos rojos- ¿no te lastimaste?
Isias le vio, porque... ¿Qué es eso que siente en su pecho? Ciertamente Isias era alguien...
- no... ¿estás bien? Debiste decirme que tenías miedo –dijo Isias levantándose del juego- ¿no sabes hablar o qué?
Pero Derek sonrió un poco negando
- aparte que te hago subir a esa cosa no me preocupo por ti, diablos... ¿no quieres hacer otra cosa? Esas máquinas esta para mierda y además hay demasiada filas
- no te pongas mal, mejor vamos a otro lugar, conozco un lugar donde venden hamburguesas aquí cerca - Derek tomo la mano de Isias mientras esté maldecía al lugar- ¿No quieres ir a sentarte en el columpio?
Isias miro frunciendo el ceño, siguiendo de mala manera a Derek
Isias se sentó a esperar viendo como Derek luego de un tiempo de irse volvía con bolsas sonriendo, había ido por algo de comer, le dio una al castaño para luego sentarse en el otro columpio. Ambos sentados en el lugar se quedaron en silencio comiendo, hasta que Derek puso música, una melodía tranquila haciendo que el ambiente se colocará cómodo de igual manera
- ¿Esta es tu cita ideal? - soltó Isias sin pensarlo dando una mordida a la hamburguesa ¿Cómo Isias supo que no le gustaba el tomate y lechuga?
Cuando se dio cuenta de lo que había dicho no quiso girar la cabeza para verlo, no quiso decir eso ¡Enserio! Solo salió, sintió como aquel pedazo bajaba lentamente por su cuello hasta su estomago
- ¿Cita? ¿Lo quieres llamar cita? Creí que era el único que lo pensaba de esa manera - se burló Derek y entonces Isias quiso hundirse en la tierra. Como un avestruz -, pero cada momento es grandioso si estás aquí, así que si: está cita es ideal
¡Dios!
¡No es justo que Derek tenga tan buena labia!
¡ni siquiera Isias coqueteaba tan bien como lo hacia él!
- la verdad no sé nada de museos - decidió decir avergonzado, debe de cambiar la conversación rápidamente o si no la comida no sabría muy buena -, la única pintura que conozco es de la yoconda y la ciudad estrellada
Oyó la risa baja de Derek, se volteo a verlo, con la mirada angustiada
- noche estrellada cariño - corrigió Derek
Se carcajeo, Isias amaba esto: estar en el columpio escuchando una tenue canción siendo acompañando.
A decir verdad, Isias siempre fue alguien solitario, el único amigo que tenía era Melody y August, y eso que el segundo no contaba por qué era su primo
Nunca fue bueno haciendo amistades, tenía grupos de amigos, primero todo iba bien, se juntaban de aquí para allá, pero luego actuaban distintos: cuando Isias no podía salir ellos salían sin él para luego ya no invitarle, hacían planes sin contarlo o simplemente no le avisaban. Era sociable pero nunca conseguía amigos
- Derek ¿Te irás? - pregunto de pronto, ganándose la mirada de Derek- ¿Qué pasa si no soy Patroclo? O si lo soy y simplemente te olvido ¿Te irás? ¿o seguirás siendo amigo mío?La verdad con Derek se sentía un poco en paz, sentía que ahora por fin tendría con quien salir aparte de August o su hermano.
- no, yo me quedaré ¿Por qué? - pregunto bajando el volumen de su teléfono, dejando de columpiarse un poco para prestarle toda su atención- ¿Quieres que me valla?
- No
- perfecto porque, aunque me hubieras dicho que sí, no lo hubiera echo
- ¿Qué te parece si seguimos saliendo? Como amigos... claro, olvidemos de ese beso ¿puedes hacer eso? –pregunto Isias con mucho nerviosismo-, creo que ya me acostumbré a esta rutina.
Aunque no se lo dijo a Isias le gustaba cada que Derek llegaba a la cafetería y pedía su café, luego le preguntaba si había alguna novedad para luego sentarse en la mesa de al fondo y quedarse en silencio esperando a que Isias acabará para llevarlo a la universidad.
Amaba como Derek hablaba de la mitología griega, aunque Isias no tuviera idea de ello, él sabía que Derek lo hacía para que recordará, pero eso a él no le importaba, escucharía esas historias ficticias solo para no quedarse solo.
¿era triste no?
- claro, hagamos eso...
- Me gusta quedarme aquí, cuéntame de tu museo - pidió viéndolo
Derek negó
- no es mío, es de mi familia - le respondió - pero no es la gran cosa, solo son pinturas hechas por artistas de esta ciudad, también tenemos algunas réplicas que son exhibidas y algunos trabajos de estudiantes de la universidad de arte
- hice que trajeran una pequeña estatua de mármol de ti - contó entonces, haciendo que Isias frunciera el ceño-, es decir de Patroclo, la mandé a hacer, me gustaría que la vieras y me dieras tu opinión
- ¿Y cómo es?
- Magnífico – respondió sin dudarlo- es igual a ti
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COMO LA ÚLTIMA VEZ...
RomanceLuego de su muerte, vagaba por las los campos elíseos, sientiendose solo, tocando la lira clamando a Zeus que le diera permiso para ver a su amante que se le fue arrebatado, rogando a Hades para que le dejase salir. hasta que sus cantos y suplicas f...