LA PANDILLA

4. EL PLAN

Pamela

    Ok, ¿soy yo o Ariel me acaba de pedir que sea su novia? Eso no lo vi venir ni en mil años, obvio le diré que sí, pero no se lo pondré sencillo.

   — ¡Alo! Sí Ariel, nos podemos ver hoy en el bar restaurante LA LUNA, hay algo que debemos tratar. Además, hoy es su aniversario, seguramente habrá buen ambiente.

— Claro guapa ¿Paso por ti?

— No será necesario, puedo ir sola.

    "¿Ahora qué putas hago?" Necesito algo potente para lucirme hoy, quiero que se muera de ganas de mí, así que llamo a Daniela para que me ayude, ya que esa perra es una experta en moda, seguramente sabrá lucir mi cuerpo muy bien.

1 horas después

    Gracias al cielo llegas Daniela, — necesito de ti con urgencia.

— ¿Vamos a ver, como quieres verte hoy?

    Quiero que alguien que voy a ver hoy se muera de ganas de mí. — Se puede saber, ¿quién será el afortunado? Con vergüenza bajo la cabeza y le susurro al oído, ARIEL.

    No termino de decir el nombre cuando Daniela me ataca con todas las preguntas que podrías imaginar, y no para de pedir detalles, le hablo de la carta y se la muestro. Diablos esa chica está más emocionada que yo, podría apostar que se iba a desmayar al ver la pregunta final.

    Dani parece volver a la normalidad y muy seriamente pregunta por mi decisión, solo le hago saber que hoy hablaré con él de eso, y que no haré spoiler.

    Daniela empieza a hacer berrinche — Yo quería spoiler

    Ella no puede resistirse a un buen chisme y por eso no le digo nada, me gusta hacerla sufrir —¿Necesitas que te lleve? Sí, por favor, porque no quiero decirle que venga por mí, no quiero verme fácil para él, además ya tengo un plan.

    Esta perra de Dani me escogió un vestido blanco bastante perrón, algo corto, pero ella dice que es necesario, veo a Ariel con una camisa blanca también ¡Qué  coincidencia! y un pantalón negro ajustado que le resalta su arma derrite mujeres, pero debo calmarme, así que camino finamente, evito su beso de boca y lo desvío hacia mi mejilla. Hablamos un rato y pedimos un vino para subir la tensión, llega la cena y unos minutos después el me pregunta sobre la carta y mi decisión, yo lo veo con cara intrigante y seductora, — no diré nada acá, acompáñame .

   Él me da una sonrisa pícara bastante sexy que me afloja las piernas, pero resisto. El bar tiene un cuarto que es alquilable para hacer cositas ahí, se necesita ser mayor de edad para alquilarlo, pero el jefe del negocio es muy amigo de nosotros, por lo que me hizo la reserva sin problema alguno.

    Después de comer subimos al cuarto prohibido, y lo empujo sensualmente a la cama —¿Quieres ver una cosita Ariel? El asiente y se quita la camisa dejándome ver ese cuerpo odiosamente marcado, mordiéndose el labio, suelta su faja, el botón de su pantalón, y se lo quitó dejando solo su bóxer. Ahí acostado, está expuesto para mí y debo controlarme porque de seguir así tendré un orgasmo antes de que me toque, soy sensible, no virgen, y esto no se parece en nada a la trilogía de las 50 sombras de Gray, las cuales he visto muchas veces, esto es superior y me encanta. Atrevidamente me lanzo sobre Ariel, y al estar encima de él puedo sentir lo que carga dentro de su ropa interior, lo tomo del cuello y el intenta quitar mi ropa pero lo detengo; — no, no dejaré que me tomes tan fácil querido Ariel.

— ¿Crees que después de ser un idiota conmigo en clase, ignorame y subir fotos semi-desnudo a las historias de Instagram en una lista de mejores amigos en la cual solo entro yo, excitarme y hacer que muriera por ti, iba a caer tan fácil? No idiota si quieres de esto (pongo su mano en mi busto) tendrás que esforzarte por mí, porque si me quieres sabrás ganarte... Todo esto.

    Con todas las ganas del mundo, me paré dejándole semi-desnudo y con una erección.

—¡Alo! Daniela, ajá el plan funcionó, llama a los chicos hoy habrá un party grupal.