LA PANDILLA

25. DE FUEGO A LÁGRIMAS

María

    Para ninguno de nosotros ha sido fácil; la noticia de la partida de Pamela nos ha tomado por sorpresa, ella era como una hermanita para todos nosotros, y seguramente tendrá una mejor vida allá, pero dejar ir nunca ha sido fácil. Y para peor, Yendry ha estado muy afectada por la forma en que se fue Rodrigo, simplemente parece que hubiera muerto y el no saber nada de él la está matando por dentro, pero volviendo al tema de Pamela, esto no era algo que veíamos venir, todos forman una parte muy importante de nuestras vidas...

    Aunque seguramente esto es el doble de duro para Ariel, estoy segura que él la quiere como pocos, es bien conocido que cuando una persona fría expresa su cariño con lindos gestos, es porque realmente es sincero y Pamela logró sacar la mejor versión de él. Ya hace dos semanas desde que ella se fue, todas las noches hacemos una video llamada para vernos y ver como se encuentra todo. Desde el día en que Pamela se fue Ariel quitó su foto de perfil, no ha publicado nada en redes sociales, hace cuatro días fuimos a verlo y no subió ni una sola foto de las que tomamos, sé que está devastado; en clases siempre prestaba atención, y ahora lo ves viendo en todas las direcciones menos hacia al frente o peor aun simplemente no asiste a la clase.

    Todos estamos bastante preocupados por él y es de mucha importancia que se centre, ya que estamos próximos a hacer exámenes finales, y debe salir bien. Hoy en la tarde me dirijo a su casa para ayudarle con los trabajos y tareas que tenemos esta semana, pero antes debo ir a entregar unos papeles a una empresa de modelaje para la cual hice audiciones hace algunos días y estos son los últimos papeles que debo entregar, aproximadamente en dos o tres meses me dirán si entré o no, es un proceso largo, y la empresa se quedó sin personal por lo que tardan bastante.

    El día está horrible, se está haciendo un calor del asco y yo soy muy blanca, por lo que me pongo muy roja, es incómodo para mí, pero ni modo. Ya voy camino a casa de Ariel, le compré una malteada de chocolate para que se refresque de este calor tan exagerado que se siente hoy.

    Cuando llego, la puerta la abre la mamá de él, ella siempre ha sido un amor conmigo, me invitó a pasar y a ponerme cómoda, con un abrazo me agradece por haber venido, además me comenta lo preocupada que está por él; también me dice que debe irse por un rato a comprar unas cosas que necesita, que espere a Ariel abajo, que no tarda en bajar. Como niña obediente espero sentada en el sofá que está junto a una mesita mientras reviso mi Facebook a ver que chismecitos encuentro, no es que sea chismosa, para nada, solo me gusta estar informada de los aspectos más y menos relevantes del momento.

    Pero ¿Qué pasa con él? ¿Por qué no baja?  Después de un rato me decido por subir a ver que está haciendo. Cuando llego a su habitación está prácticamente desnudo, acostado en su cama, solo traía un bóxer negro puesto, tenía su mano dentro tocándose ¿Hay algo más excitante para una mujer que ver la cara de excitación de un hombre? Obvio NO y más si ese hombre es Ariel, cuerpo perfecto, cara perfecta, este mae lo hicieron los dioses mínimo.

    Cuando se percató que yo estaba ahí, no hizo por donde detenerse, al contrario, me ignoro por completo. Yo me hice la sorprendida y quité mi cara, con voz de indignación le dije que se vistiera y que bajara para empezar con lo que debíamos estar haciendo.

—¿Estás segura? ¿No quieres venir a ayudarme con esto primero?

    Mi mente se bloqueó y no supe que hacer ni que decir al oír eso, menos moverme, lo intenté pero juro que quedé paralizada con su voz. Cuando menos lo pensé, tenía su respiración detrás de mí, y podía sentir el roce que estaba haciendo con su amiguito en mi cuerpo, sabía que si me volteaba no habría vuelta atrás por lo que traté de ser fuerte, pero cuando me giró hacia él no pude más, lo besé como si de ese beso dependiera mi vida, sus manos viajaron a mi espalda para bajar el zíper de mi vestido y soltar el broche de mí brasier, después de esa majestuosa jugada, no pensé en Pamela, no pensé en nada que no fuera en comermelo...

    Me cargó con sus brazos hasta su cama, donde fue cuestión de segundos para estar completamente desnudos los dos, verlo ponerse el condón es de las mayores satisfacciones que he podido sentir, pero antes de comenzar, apagó la luz del cuarto y prendió unas luces rojas que hicieron que mi nivel de excitación subiera hasta el máximo punto, pero esta vez sería yo quien hiciera con él lo que quiera, me levanté de la cama y me coloqué sobre él. No hubo besos, ni orales, ni nada, yo me empecé a mover sobre él lo mejor que pude, pero su cara me pide más velocidad, más fuerza y yo le cumplo, llegó a un punto en el que se giró y me colocó a mí abajo, empezó una muy buena combinación, fuerte, semi lento y excitantemente rico.

    No logro controlar mi respiración y él tampoco. En el momento qué ambos terminamos, él prende las luces y se comienza a vestir. Inmediatamente hago lo mismo, tiene una cara de arrepentimiento que me hace sentir muy mal, pero en el momento que veo que salen lágrimas de sus ojos, solo pienso en abrazarlo.

    Después de que se calmó un poco, lo consuelo, y lo escucho pedirme perdón por usarme.

—Han sido días de mucho estrés para mí, no pensé lo que hacía, perdón por usarte de nuevo.

    Yo solo le digo que no se preocupe, lo dejo llorar y desahogarse, me siento como la peor amiga por haber hecho esto, pero creo que él lo necesitaba para liberar todo lo que lo estaba hostigando.

    Luego le llevé un vaso de agua y bajamos para empezar a hacer los trabajos. Lo vi concentrado y prestándome atención, amo ver esa mirada viéndome mientras le explico matemáticas, a mi mente llega un mensaje de mi amigo mental el cual me recuerda que no puedo volver a enamorarme de él, poco después llegó su mamá y nos dio limonada con galletas de chocolate, hechas por ella misma, hay que decir que las galletas de la madre de Ariel son las mejores que hay, finalmente logramos acabar con todo. Ha sido un día cansado para los dos, pero me voy con la satisfacción de que.... Ajá, y de que podrá presentar todos los trabajos esta semana. HICISTE UN BUEN TRABAJO MARÍA.