Pamela.
Estoy atravesando una parte innegable de la vida, su fin. La parte que nos trae de la fantasía en la que vivimos a la realidad, ese punto al que tememos llegar y encarar. Hoy le tocó a mi padre, y siento como si me hubieran quitado todo por dentro, ya no tengo lagrimas para llorar solo siento un vacío que no logro rellenar.
Trato de ser fuerte por mi madre, ya que ella está muy mal y no ha dormido nada, la perdida de mi padre trae a mi mente los recuerdos de mi niñez y no puedo evitar llorar, para una hija su padre siempre será como su caballero y super héroe, el cual cuida de su princesa, la culpa me invade al pensar en si fui buena hija, en si disfruté cada mañana al verlo, me reprocho no abrazarlo y besarlo y decirle lo mucho que lo amo cada día, salgo al patio, veo el cielo y caigo de rodillas gritando Te amo Papá tan fuerte como puedo, rogándole que nunca me abandone porque su niñita aún necesita de él, mi madre me abraza por detrás diciéndome que ahora mi padre será ese ángel de la guardia, —nunca estarás sola, él no nos va a desamparar y juntas como una sola saldremos adelante y superaremos ese dolor.
Quisiera ser más fuerte, pero esto duele como una apuñalada en el pecho, es una quemada que no sana y no sé si estoy preparada para irme y dejarlo en el cementerio, ya que hoy es el entierro, no tengo ganas ni fuerzas para vestirme, pero a cómo puedo lo hago. Salimos con un vacío en el alma mi madre y yo, la abrazo y trato de animarla, pero el dolor puede más que nosotras.
Al llegar al cementerio veo a mis amigos, Austin y Ariel me llevan hasta una sombra donde están las otras chicas quienes me abrazan y me dan fuerzas, pero eso solo me lleva a la realidad, a una realidad para la que no estoy lista, solo quisiera abrazarlo, grito entre sollozos, nunca pensé que esto doliera tanto.
María me da un papel y me explica que era una carta de mi padre, la cual él le había dado para que la escondiera y así dármela en mi cumpleaños, María dice que es bueno que la lea, sé que me destrozará lo que diga ese papel, pero a su vez sé que será como un calmante que me llenará de paz, por lo que la abro y la comienzo a leer.
Mi Pequeña niña
No logro entender como ya pasaron 18 años desde que Dios me dio el regalo más preciado para un padre, una princesita para cuidar y amar cada día de mi vida, eres mi mayor bendición y orgullo.
Tengo que entender que ya creciste y que no hay nada que pueda hacer, más que orar por el futuro de la niña de papá, debo dejarte ir porque ya eres toda una mujer, pero siempre que tengas miedo, problemas o solo necesites un abrazo, nena papá está acá, siempre estaré para guiarte en lo que me parece correcto y aconsejarte para que sigas siendo una muchacha de bien.
Lloro al escribir esto, pero son lágrimas de felicidad, al ver en todo lo que te has convertido y los logros que has adquirido en tu historia, haces nuestros días más felices por ser tan buena hija.
Siempre serás mi niña
Te ama Papá
Ernesto Chavarría
Solo puedo ver al cielo y gritar con mis fuerzas:
¡Claro que siempre seré tu niña bonita, gracias por tanto amor papá, nunca me dejes porque necesitaré de tí siempre!
No pude decir más porque exploté en lágrimas, nada será igual sin mi padre, mi corazón y mi alma no lo asimilan aún, me siento sola, con miedo, solo un abrazo es todo lo que necesito.
El entierro terminó y estoy sola en mi cuarto con lágrimas en mi rostro, al ver una foto que tengo con él, mi cuarto siempre ha sido alegre, y hoy se ve oscuro, pero una suave brisa pasa y siento como si él me abrazara, sé que es él.
Entre lágrimas, le pido que no me deje, que lo necesito y que lo amo. Repito esto hasta quedarme dormida sumergida en el dolor y la tristeza de no tenerlo a mi lado.
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LA PANDILLA
Teen FictionUna cárcel emocional en la que habita el ser humano, amores gratificantes, pero imposibles, despedidas dolorosas pertenecientes a una vida que ya está escrita y el soporte de un buen amigo. Son todas etapas y emociones propias de nuestra existencia...