Capitulo 11

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MARATÓN 3/5

MARATÓN 3/5

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Turquía, Agosto del 1522

PALACIO TOPKAPI


Los jenízaros que cuidaban las puertas del majestuoso palacio de Topkapi se alertaron al ver como las tropas egipcias llegaban con una mujer en un trono de oro, todo en ellos demostraba poder y, justo en ese momento, vieron que en una parte del convoy estaba aquel general egipcio que los había ayudado en la guerra, no se les hizo difícil unir cabos y darse cuenta que aquella mujer era la reina a la que tanta pleitesía rendían.

En lugar de atacar lo único que hicieron aquellos guerreros otomanos fue colocar su rodilla contra el pavimento con su mano derecha hecha puño se ubicaba en su pecho mientras bajaban la cabeza simulando una reverencia.

—¡Atención, la reina Cleopatra a llegado!- nuevamente la voz de Sumbul retumbó en los oídos de todas las personas que estaban a su alrededor, habían otros guardias que no entendían porque algunos de los suyos se arrodillaban ante una mujer y ya los empezaban a ver como traidores, sin saber todo lo que hizo ella en la guerra.

Los que cuidaban las puertas de palacio los dejaron entrar sin problemas, pero aquellos que no los conocían entraron gritando al lugar causando caos dentro de este y consiguiendo llamar la atención de las concubinas.

—¡Protejan a las sultanas, los egipcios han llegado!- todos los alaridos eran confundidos pues los demás sirvientes pensaban que los egipcios venían encadenados para pedir de rodillas por sus vidas ante el magnífico, causando que la mujeres del harem empezaran a danzar como si estuvieran celebrando.


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APOSENTOS DE LA VALIDE

El sultán estaba con sus mujeres y familia, primero besó la mano de su amada madre, quien pudo recuperar un poco de su paz mental, pues aún no olvidaba como a su hijo lo habían dado por muerto y luego se levantó como el gran león que ellos creían que era, una total falacia puesto que sin ayuda aquel león era solo un gatito.


—Gracias a Allha  estas con vida hijo mío, sabía que ibas a salir victorioso de esa campaña.— el hombre tenía una gran incomodidad creciendo por dentro pues él sabía muy bien que sin los egipcios ahora estaría en lo mas profundo del mar junto a todos su hombres, pero nunca iba a decir nada, pues lo egipcios ya deberían estar muy lejos de Constantinopla.

Pobre ingenuo...


Por otro lado llegaba Gul agha todo agitado a las puertas de la habitación de la Valide sultán, no podía recuperar el aire para pedir permiso y lo único que hizo fue entrar a la fuerza causando un estrepitoso estruendo. Las miradas de todos los presente fueron a dar con el único eunuco presente, pero no importaba que tan jadeante estaba ni sus ojos llenos de pánico que reflejaba pues el sultán lo miró con furia por entrar de esa forma.


— ¿¡Cómo osas entrar así a los aposentos de la Valide!?— aquella voz que trataba de infundir miedo, mientras gritaba al pequeño hombre que aún no podía ni formular palabra, era del sultán.

—S-Su ma-majestad...—Gul agha estaba temblando, su  mente trataba de ordenar todas sus ideas o al menos que soltara algunas palabras.- L-Los  egipcios están dentro del palacio, nos invaden.


Los rostros de todos  los presentes tenían diferentes expresiones, las sultanas reflejaban furia puesto creían que eran demasiados osados para ingresar al palacio del  sultan del mundo a pesar de que él los había derrotado junto con los rodios, en cambio Suleiman estaba completamente blanco, algo habían hecho para que ellos estuvieran ahí y eso no era bueno.


—Al fin vienen para que se arrodillen ante ti hijo mío, tu padre el difunto sultán Selim hubiera estado muy orgulloso de ti con este gran logro.— la valide estaba demasiado lejos de la verdad, parecía que no había escuchado al pobre eunuco cuando decía que estaban "invadiendo" el palacio.


Suleiman sin prestarle atención a lo que decía su madre, salió a paso rápido mientras gritaba que protegieran a sus sultanas, una vez fuera de los aposentos empezó a correr con Ibrahim detrás de él y aunque el sultán del mundo parecía furioso en realidad estaba muy nervioso, algo hicieron para que los egipcios vinieran con todo pero dentro suyo en lo más profundo de su corazón solo pedía a gritos que esta vez vinieran con aquella reina que ellos alababan cual diosa, pero aún así sus pensamientos lo atormentabas con pequeños recuerdos de la guerra para saber si había hecho algo mal.

Oh Allah... ¿en qué me equivoqué?

Fue el pensamiento del monarca mientras que su pasha no pensaba con claridad y por su cuerpo corría una sed de venganza contra el general egipcio que lo humilló, así que apresurando el paso para igualar a su sultán fue sacando su espada pues no desaprovecharía esta oportunidad.

El destino obra de las maneras más extrañas... el sultán sin darse cuenta iba al encuentro de aquella mujer que lo hechizó con un retrato donde ni se veía su rostro, peor lo más importante iba ver a sus hijos que daban por muertos.




Se acerca tu fin, Hurrem Hatun...










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HOLAAAA VOLVÍ 

¿ME EXTRAÑARON?

Espero que se estén cuidando y no olviden que lxs quiero mucho, lamento estar desaparecida y dejar un capítulo tan corto pero quería que tuvieran un pequeño adelanto de lo que se viene. 

Estaré pendiente a los comentarios y trataré de responder todo lo que escriban... 

¡PRONTO PUBLICARÉ LA NOVELA DE DRACO MALFOY!

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