Capitulo 8

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 FLASHBACK

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FLASHBACK

Mediterráneo, Febrero del 1522

23:30PM

MAR MEDITERRÁNEO

Ya habíamos terminado de comer, estábamos en mi cámara privada a la par del hombre que fue arrojado junto a los pobres angelitos que después de ingerir lo poco que su cuerpo les pedía cayeron ante los brazos de Tutú, Karoma me ayudó a acomodarlos en mi cama para que estuvieran cómodos. Mi semblante volvió a ser neutro mientras me giraba a enfrentar al forastero, mis ojos no dejaban de recorrer cada parte de su cuerpo y rostro puesto quería saber hasta lo mínimo de él , su postura tensa me dio a entender que lo intimidaba cosa que me dio regocijo muy en el fondo de mi corazón.

-Me recuerdas a aquel faraute que vino de tu tierra con una carta del "Magnifico".- de mis labios salió una pequeña risa irónica, aquel hombre que proclamaba ser el rey del mundo no era mas que un príncipe novato tratando de sobresalir de las sombras de sus antepasados.- Así que deduciendo por como haces aquella mueca de molestia y te tensas como tratando de controlar aquella filosa lengua que has de tener, eres alguien de palacio.

La estupefacción resaltaba en su rostro, podía atisbar que trataba de recomponerse de mis palabras, sabía muy bien que él pensaba que por tener una corona en la cabeza sería alguien superficial y zafia. Carraspeó un poco y parecía pensar muy bien lo que iba decir, luego de unos minutos de total silencio me miró titubeante para después proferir.

-Sí soy de palacio, su majestad.- su actitud vacilante se hizo notar demasiado, parecía discurrir en decirme quien era y todo lo que los trajo hasta este punto, rendido ante sus propios pensamientos exhaló con fuerza para persistir.- Mi nombre es Sümbül, soy un Ağa del palacio de Topkapi, aquellos niños que salvó son los hijos del Sultán. Termine en el mar gracias a que me negué a matar a los príncipe, una concubina de mi señor se desquicio por el poder que podía obtener si su hijo fuera el heredero al trono confabulando con sus aliados para inculparme y deshacerse de una vez por todas de aquellos niños que ella consideraba un estorbo para sus planes, le pido protección porque si regresamos sería tomado como traidor y mi destino será la muerte.

Su relato me dejó pasmada, ¿como una mujer podría planear tal atrocidad?, era más que evidente que ellos no podrían regresar sin la protección de Egipto ya que esa mujer era peligrosa, no me cabía duda que esa mujer estaría envenenando la mente del Sultán y esto llevaría a la ruina a los otomanos. Mi mente empezaba a maquinar todos los planes posibles y escenarios alternos con cualquier tipo de decisión que llegara a tomar, el ambiente se volvió tenso los presentes estaban esperando una iniciativa de mi parte, mis ojos dieron con los niños que estaban en un sueño profundo y fue en ese momento donde mi elección fue tomada.

-Estas en territorio egipcio Sumbul, a partir de este momento me perteneces.- sus ojos parecían salirse de sus cuencas, mi guardia sabia que iba a suceder y las sonrisas ladinas no podían ocultarlas.- Tu destino esta en mis manos así que yo decido si mueres o no, por eso en este momento tienes la protección y amparo de Egipto, pero debes recordar que si nos mientes o traicionas dejaras de respirar y nadie recordará que alguna vez exististe. 

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