Capítulo 9 - Batalla oficial inesperada

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En ciudad Nacrene.

(Con Víctor)

Me sigo preguntando... ¡¿cuándo llegaron a ver nuestra batalla?! ¡¿Acaso quieren hacer algo con nosotros? ¡¿O acaso quieren saber algo de nosotros?! Oh genial, ahora me dio desasosiego de ver tanta gente amontonada. Saqué rápidamente mi pokeball para absorber a John y a Ocelot. Ahora en este preciso momento todos ellos se estaban acercando con intenciones de hostigarnos.

- ¡SEÑOR VÍCTOR! – gritaba una reportera mientras me ponía un micrófono cerca de mi boca. - DÍGANOS A LAS CÁMARAS, ¿QUÉ FUE LO QUE TE MOTIVÓ A SALVAR A ESA POBRE ZORUA?

- Yo, espera... ¿qué? - intenté hablar, pero no podía.

- SEÑOR VÍCTOR, ¿ES CIERTO QUE LO HICISTE POR AMOR? – gritó un reportero que estaba al lado mío.

- Bueno, en realidad...

- JOVEN, ¿ES CIERTO QUE HICISTE ESTO POR AUMENTAR SU REPUTACIÓN?

- ¿Reputación? – dije extrañado.

Y de inmediato nos acorralaron a todos del sitio.

- No, no, NO, NO, ¡NO! – decía mientras giraba a los demás con desespero. Bajé mi cabeza para ocultar mi semblante preocupado en las cámaras.

- ¡BUENO...! - intervino Marco. - ¡YA ES SUFICIENTE! ¡NOSOTROS NO RESPONDEREMOS A SUS PREGUNTAS! – en eso mi amigo me sujeta el hombro. – ¡TENGAN UNA BUENA TARDE A USTEDES!

En eso que dijera eso le dijo a mi hermano que usara teletransportación, pero como estaba cansado por la batalla anterior sólo le dijo, en voz baja a su oído, que los sacará en unas cuadras lejos de este punto. Percato desde abajo que Sofía me salta encima de mí para que yo la tomara de mis brazos. Todos nos acercamos hacia él y ejecutó el movimiento desapareciendo de la escena en un parpadeo.


En alguna parte de la ciudad.

Aparecimos en un parque un poco más alejado de la ciudad. No era el más llamativo, pero nos servirá para alejar de esas personas. Desde el parque hasta donde estamos era unos 7 kilómetros de distancia.

- Gracias Alex... - dije para mirarlo y ver cómo se cae a espaldas impactando el piso. – Oh cierto.

- Bueno... - decía un poco cansado Baltasar mientras miraba lo que pasaba. – el pendejo creo que se pasó un poco con la distancia.

- Pero... al menos estamos a salvo. – dijo Marco. – Bueno, entonces – en eso mira los alrededores. – no hay nadie en esta bonita tarde. No hay nadie en este lugar, estamos solos... sí. Mejor vamos caminando a casa.

- De acuerdo. – respondí. En eso miro a ella. – Por cierto, Sofía, te pondré en mi hombro para ayudar a mi hermano.

- No hay problema. – dijo ella elevando una sonrisa.

Seguido de eso, lo posiciono en mi hombro izquierdo y ella se sujeta con todas las fuerzas. Luego me acerco a mi hermano y le ayudo a levantarse ya que no le traje su pokeball, tenía en posesión mi abuela. En fin, lo aseguro en mi lado libre del hombro y veo que Marco, mirando de lado, guarda a Baltasar en su respectiva pokeball que estaba en el suelo cansado.

- ¿Te doy una garrita Víctor? – dijo Sofía.

- Estoy bien Sofía, - en eso acomodo a Alex. – y no uses ilusión, no quiero que gastes energía innecesaria, gracias. – Miro a mi compa. - Bueno Marco, vamos.

- Dale. – me responde con mucho ánimo.

Partimos a nuestra casa.


Zoroark y el renacer del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora