[09 de septiembre de 1973]
[En unas tierras áridas de la ciudad de Beit Shemesh, Israel. 14:56 horas.]
Gran día en lo que se mostraba la humilde ciudad de Israel con el cielo parcialmente despejado y con probabilidad de lluvia. En medio de las calles transitada por varias personas y Pokémon, se encontraba caminando un alborozado hombre, de unos uno con siete, de pelo negro, con ropa islámica y tiene un cuerpo de un atleta; en lo que miraba sus alrededores. Observaba comúnmente a gente de la ciudad siguiendo con sus vidas cotidianas en varios edificios compuestos de una arquitectura más variada y común en la zona como las madrazas islámicas, edificios modernistas y de hormigón, iglesias islámicas y templarios.
—Tengo que apurarme...
El hombre, que era un joven de unos dieciocho años, va a entrar a una pequeña tienda casi descuidada. El momento que entró, vio como todo el lugar estaba completamente sucio. Las repisas casi vacías, el piso completamente pegajoso y el ambiente emitía desconfianza al tener baja intensidad lumínica, pero para el joven se siente con mucha seguridad, como si conociera de pies a cabeza el local. Él reanudó su recorrido para ir a uno de los estantes del medio y encontrar lo que quería.
—Veamos... —pensaba el joven con su rasgo de desazón al no poder encontrar el producto adecuado—. No... —se mueve lateralmente siguiendo la longitud del pasillo—. ¡No necesito dulces! —se detiene un momento para tomar uno de los productos, resultando de que era aceite de oliva—. ¡¿Y qué hace esto aquí?! ¡¿No debería ir en la sección de aceites y conservas?! —lo reposiciona para continuar—. Dónde..., dónde... —se detiene abruptamente para ver a más en detalle—. ¡Ahí está! —expresó contento para acercar el producto con uno de sus manos—. Canela, y justo... —vuelve a mirar la repisa—. Hay orégano — lo agarra con calma—. Aprovecharé esto.
Después de buscar su elección, va de retorno al principio para ir a la caja registradora en donde se encontraba un cajero mayor mirando una revista.
—*יום טוב!* —expresa el joven con aires de amabilidad al cajero que seguía muy concentrado en la revista—. *הא... סליחה...?*
El cajero baja un poco la revista para verlo con una mirada de aburrimiento.
—Sorry, I only speak English —denotaba arrogante el señor mayor—, and good afternoon.
—Oh... I see... Sorry about that. Good afternoon, men. I come to pay for this —dijo para dejar los productos en la cinta que se encontraba sucia.
—Ok... —deja la revista a un lado para tomar las cosas y dejarlas en una bolsa plástica—. It's a hundred pounds for the products.
El joven saca el dinero de su bolsillo izquierdo y se lo entrega con mucha alegría en su rostro.
—Thanks a lot —dijo el joven para tomar la bolsa e irse a la salida muy contento.
—You're welcome. Now get out of here! —expresó el cajero siguiendo con su arrogancia.
—Se nota que su vida está en el ocaso —dijo en su cabeza mientras contemplaba el comportamiento del mayor luego de que se detuviera de caminar—. Okey..., easy, man. I'll leave.
El joven se retira del local para volver a contemplar el día del exterior y de la gente que seguía con su vida en común.
—Bueno... Antes estaba alterado... ahora estoy... muy tranquilo.
El joven de dieciocho años va a dar trotes cada vez más rápidos, ya que se notaba a lejos se notaba el apuro. Siete minutos habían pasado para que el joven se aproximara a una casa que tenía una inspiración en la cultura Inca hecho de hormigón. Él va a la entrada que tenía una puerta de madera refinada, y al centro estaba posicionado una albada de hierro con la figura bien detallada de una upupa epops, también conocida como el ave abubilla. Se avecina para tomarla y golpearla cuatro veces.
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Zoroark y el renacer del amor
ActionUn científico, en el pasado, teoriza los origenes de los Pokémon. En el presente, comienza la historia con un humano puro llamado Víctor que vive en la región de Unova conviviendo con la familia. Decidió seguir la escuela y ya está en su último año...