La escritora

13 1 0
                                    


-¿De dónde?- preguntó misterioso el joven.

-¿De dónde, ¿qué?- preguntó la escritora, sonriendo.

-¿De dónde sacas tus ideas?-

Un rayo atravesó la habitación apenas iluminada y la escritora hizo una pausa como saboreando la atmósfera previa a los truenos.

-¿Alguna vez te dije que yo no solía escribir?- preguntó en respuesta.

-¿Ah no?- comentó con sorpresa.

-No.- aseguró - Yo solía ser una musa de reyes. Una de las mejores, de hecho.- Sonrió al ver el estremecimiento del joven al oír los truenos. 

-¿Y a qué reyes inspiraste tanto?- preguntó altanero.

-Bueno, a nadie realmente digno de mencionar esta noche.- contestó seductora.

El joven se acerco lento pero seguro para besarla lentamente en la espalda.

-Pero si puedo decirte esto- continuó pensativa. - El día que me cansé de inspirar a otros, fue el día que tuve mi mayor inspiración.-

La lluvia comenzó a caer con fuerza, mientras el muchacho continuaba sus besos incesantes, quitando poco a poco la costosa lencería del cuerpo agitado de la escritora.

-¿Por qué ser fuente de inspiración para otros si tengo todo lo necesario para crear por mi cuenta?- sigió ponderando para sí misma, sin importarle la indiferencia de su interlocutor. -Lástima que para lograrlo, debo ser un poco más humana cada que lo intento.- 

Terminó y giró hacia el joven, besándolo con tanta calidez y desprecio que lo dejó un tanto confundido.

Otro rayo atravezó la habitación, que ahora parecía en penumbras. 

La escritora volvió a hacer una pausa, como saboreando esos segundos de ahogado silencio y sin más, engulló al joven por completo en el mismo instante en que los truenos hacían temblar la habitación.

Relamiéndose, la escritora de enderezó en la cama con aire pensativo y acto seguido se dirigió al escritorio frente a la ventana adornado con plumas y pequeñas coronas doradas donde, sobre la superficie lisa, se escontraba una resma de hojas blancas con una fina marca de agua que rezaba:


De la mano de Calíope.


Historias cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora