2. Habitaciones separadas no es obstáculo.

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AU.

*

Lo había hecho a propósito. Meliodas lo sabía, tenía cómo un sexto sentido para descubrir cosas, era un don. Y él estaba completamente seguro de que Diane lo había puesto en una habitación separada de Elizabeth totalmente a propósito.

¿No están entendiendo nada? Les explico: Meliodas y Elizabeth son novios, se sabe. Llevan seis meses de relación y creo que es más que obvio que en esos siete meses ya han tenido relaciones, a fin de cuentas tienen diecinueve malditos años, ¡No son unos niños! ¡Tienen derecho a hacer lo que les venga en gana! Están los suficientemente grandesitos para saber lo que están haciendo. Pero aparentemente Diane no entiende eso.

Meliodas y sus amigos estuvieron un mes entero planeando una grandiosa salida a la playa, donde se quedarían en la casa de playa de la familia de Gelda (La novia de su hermano menor), y Diane, muy humildemente (Que se note el sarcasmo), se ofreció para ordenar todo, literalmente TODO. Así que al llegar a allí justo cuando todos estaban organizándose para compartirse los cuartos, ella da la noticia de que ya los ordenó de la siguiente manera:

Ban y Gowther (Ban se quejó quince minutos enteros de eso).

Escanor y Estarrosa (Ambos se quejaron porque se odian).

Zeldris y Meliodas (Él y su hermano se quejaron porque deseaban estar con sus novias).

Liz y Elaine (Esas dos nunca se han dicho ni hola)

Merlín y Nadja (Al menos éstas pueden hablar de libros, pero también estaban disgustadas)

Gelda y Elizabeth (Ninguna puso queja porque se agradan, pero se notaba en su mirar que querían estar con sus novios)

Y Diane con King (Ah, pero ella si puede dormir con su novio).

Cuando ella se autopuso con su novio todos soltaron sus quejas y Meliodas deseo que se les rompiera el condón y tuvieran cuatrillizos. Así de enojado estaba.

Todo el mundo comenzó a decir que si ellos estarían juntos entonces cada quién se iría con su pareja, pero después de la mirada que Diane les dio se les quitaron las ganas de seguir protestando. Así que cómo ya era de noche (El viaje duró varias horas) cada quién se fue a acomodar en su habitación sin muchas ganas. Al menos tendrían parte del día para estar junto a sus parejas, ¿No? La esperanza es lo último que se pierde.

Pero, la verdad es que al menos él no le hizo caso a la pobre Diane.

Veinte minutos después de que todos se fueran a dormir, Meliodas se escabulló de su habitación, tocó con suavidad la puerta y ésta fue abierta por la dueña de sus suspiros, quién ya estaba en su pijama. Elizabeth le sonrió, pero antes de decirle algo más miró hacia atrás, segundos después Gelda salió de la habitación directo a la de Zeldris. Al entrar, Meliodas se dio cuenta de que la habitación ya estaba llena de ese olor adictivo que tenia Elizabeth.

Él ama ese olor.

—Diane puede ser cómo una mamá junior aveces, ¿No? —Se quejó, mientras se sentaba en la cama, al tiempo que Elizabeth se sentaba a su lado y tomaba su mano.

—No la puedes culpar, la última vez que hicimos un viaje en grupo y cada quién durmió con su pareja, Margaret quedó embarazada y tuvo que dejar la universidad por eso. A Diane le da miedo que nos vuelva a pasar algo así, ella nos quiere y por eso no quiere que arruinemos nuestra vida —Meliodas suspiro, ¿Por qué Elizabeth tiene que ser tan buena y verle el lado bueno a todos? Bueno, esa fue una de las cosas que lo enamoró de ella. Eli supo ver el lado bueno en él.

—Bueno, no le funcionó, ¿O si? A fin de cuentas yo estoy aquí —Elizabeth rió ante eso y él sólo la admiró porque amaba oírla reír.

—No deberías estar aquí...

M de MeliodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora