11. Kitty Mel, Prt2
AU donde Meliodas es un gato (No tengo deseos de aclarar esto más de dos veces)
*
Cómo cada mañana Meliodas se preparó para despertar a la tonta adolescente porque estaba tarde y ya tenía hambre. Se subió a su pecho y comenzó a maullar fuerte, con los segundos la morena empezó a moverse y Meliodas juró que lo estaba logrando, hasta que ella lo abrazó con fuerza y se acomodó de lado en la cama para seguir durmiendo, mientras él se revolvía en sus brazos intentando salir de allí.
Tuvo que emplear sus dientes para que lo soltará y despertara de una vez.
Mientras ella cepillaba sus dientes y lavaba su cara Meliodas iba a sus piedritas a... Bueno... Ya saben, hacer sus necesidades.
Minutos después, tal y como era su prioridad, lo primero que hizo su tonta adolescente fue servirle su comida en plato. Meliodas, satisfecho, se la terminó toda en cuestión de minutos y después de tomar su leche fría fue hasta las piernas de ella para acostarse y ver juntos uno de esos programas tan divertidos que, cómo ya era costumbre, veían juntos mientras ella desayunaba y de vez en cuando le pasaba un pedazo.
A la misma hora de siempre la morena se arregló para ir a estudiar mientras él jugaba con una pelota en su cama. Le dió un beso de despedida en la cabeza y salió, dejando a Meliodas sentado frente a la puerta principal.
—Bueno... ¿Qué haremos primero? —Habló para si mismo mirando la casa sola.
(...)
Meliodas aún no lograba entender como había terminado en tal situación.
En un segundo estaba intentando sacar su juguete del contenedor de la basura de la cocina y al otro había caído allí cerrando la tapa en el proceso y quedando atrapado. Había estado maullando durante un buen rato, tal vez tenía suerte y la tonta adolescente llegaba más temprano de lo normal ese día, pero no, no había señal alguna de eso. Al cabo de un rato se había dormido, pero fue por poco tiempo.
Ahora, arañaba tapa intentando abrir, pero joder que era difícil. Se sentía humillado, si, pero mientras nadie lo viera de tal forma no había problema, sólo tenía que salir de allí antes de que la morena llegara y problema resuelto.
Meliodas se puso en posición y con todas sus fuerzas se lanzó a saltar hacia arriba. Su cabeza golpeó contra la tapa, pero por un segundo logró subirla lo suficiente para ver un ratito de luz. Eso le dió esperanza y fuerzas para intentarlo, una y otra vez, hasta que le dolía demasiado la cabeza y se dió por vencido. Incluso Meliodas tenía sus límites. Así que se volvió a acomodar y cayó dormido.
No sabía cuánto tiempo durmió, pero fue el suficiente para que la tonta adolescente llegara y tras buscarlo preocupada por toda la casa lo encontrará allí dormido.
Meliodas finalmente fue libre.
Sin embargo, después de abrazarlo y olerlo, la tonta morena pronunció las palabras que él definitivamente no deseaba oír:
—Creo que tengo que darte un baño.
(...)
Lo había intentado, de verdad que Meliodas había intentado escapar, pero a pesar de que le clavó las garras en los brazos, espalda y manos, la morena no lo soltaba mientras le preparaba el agua para bañarlo. Meliodas incluso comenzó a maullar intentando darle pena, pero no fue suficiente, porque segundos después pudo sentir su cuerpo mojarse poco a poco hasta que cada pelo lo estubo.
—Tranquilo, será rápido, es solo para quitarte ese mal olor.
Y aunque efectivamente fue rápido, Meliodas sintió que duró años en ese tortura. Y sintió un placer inexplicable cuando finalmente lo sacó de la bañera y lo envolvió en una toalla caliente.
Cómo recompensa por haber soportado tal tortura recibió el doble de comida esa noche, una gran vaso de leche, muchos mimos y le pusieron su serie de Netflix favorita. Bueno, era lo menos que se merecía, ¿No?, No cualquier gato habría soportado todo lo que él tuvo que soportar durante unos largos, casi eternos, siete minutos. Así que Meliodas solo pudo pensar en lo valiente que fue.
(...)
Eran las tres de la mañana, y Meliodas decidió que mientras la tonta adolescente dormía él saldría un rato.
Salió por la ventana abierta del cuarto y de allí subió al techo de la casa. En el cielo nocturno se podían ver las estrellas y una hermosa luna llena, sin embargo, sus ojos gatunos se habían fijado en algo mucho más hermoso. En la casa de al frente, en la ventana de un cuarto, estaba ella. La única gata que lo había vuelto loco desde el primer momento en que la vió llegar al vecindario. Con su pelaje blanco y ojos heterocromaticos.
Oh, por todas las Diosas, esa gata era simplemente hermosa.
Meliodas siempre iba al menos cuatro veces a la semana a hablar con ella desde el piso de abajo a esa misma hora. Amaba hacerla reír y ver ese brillo en sus ojos cuando notaba que él si la escuchaba y recordaba todo lo que ella le había contado. Meliodas estaba seguro de que un par de semanas más y definitivamente esa gata sería la que le presentaría a su tonta adolescente y por supuesto también sería la futura madre de sus hijos.
Con cautela, Meliodas comenzó a bajar del tejado hasta llegar a ese sitio en el suelo desde donde siempre hablaba con ella, sin embargo al subir la mirada ella ya no se encontraba en la ventana.
—¿Se iría a dormir? —Susurró para si mismo—. Mmm, ¿Cómo puedo llamar su atención antes de que se duerma?
La idea llegó por si sola. Una serenata. Si, definitivamente le haría la primera serenata desde que se conocían.
Meliodas se aclaró la garganta, cerró los ojos unos segundos y cuando los abrió comenzó a cantar desde el fondo de su corazón. A oídos de cualquier gato la canción de Meliodas hablaba de la gata más hermosa que había conocido, de su bondadoso corazón y del cómo sentía que no la merecía, pero aún así no podía evitar amarla. A oídos de cualquier humado sonaba como un gato maullando con fuerza a una ventana.
Vió como Elizabeth se asomó por la ventana con sus hermosos ojos brillando.
También vió como a los segundos la dueña de Elizabeth salía malhumorada con un pote de agua a lanzarselo y Meliodas tuvo que interrumpir su serenata para salir corriendo porque no estaba dispuesto a mojarse y seguro que su amada lo entendería.
Antes de que Meliodas entrara nuevamente a su casa vió como Elizabeth le decía algo antes de irse que apenas logró entender, un “Nos vemos en un par de horas cuando el sol comience a salir, en el mismo lugar de la otra vez”. El corazón del felino se aceleró y entró feliz al cuarto para acostarse junto a la morena.
Oh, cómo amaba a esa gata.
*
¿Les gustó? Yo quedé satisfecha con el resultado a pesar de lo corto UwU
Bien, ahora haremos una dinámica parecida a la del capítulo 3. Va así:
Si éste capitulo o el anterior llega a 25 estrellitas + 150 vistas, no tendrán una, sino tres actualizaciones de ésta historia de una. La primera persona que me avise cuando uno de los capítulos llegue a la meta decidirá de que tratará el primero de los capítulos, la segunda persona en avisarme decidirá si la segunda historia será divertida, erótica, emotiva, etc. Y a la tercera persona le voy a dar dos títulos de dos capítulos sin contexto y elegirá cuál de los dos será el tercer capítulo.
Tienen 48 horas para lograr su cometido. Que empiecen los juegos del hambre, digo-
LittleStar.
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M de Meliodas
FanfictionPorque la M es de Meliodas. También es de Menso, Matilda, Meteorito, Merlín, Mariposa, Moonbyul y Mapache, pero eso no importa, no venimos a hablar de nada de eso, lo único a lo que Meliodas le presta su letra es al Melizabeth. . . . (...) Son situa...