Capítulo 1—Apellido no identificado
—¿Benjamín...? —Escucho a alguien intentar pronunciar mi nombre.
—Solo Benjamín, eh tenido demasiados apellidos, pero ninguno es el que quiero usar ahora.
—¿Y qué apellido quieres usar?
—El de Bobo —dice entrando carcajadas un par de niños cercanos a mi— jamás tendrás un apellido que no sea inventado por ti.
La tristeza llega a mis ojos, la coordinadora intento calmarlos y corregirlos a todos, corrí hasta el baño a ahogarme en mis penas...
***
Mi nombre es Benjamín, eh tenido tantos apellidos que ya no recuerdo cuál era el de mi madre biológica.
Crecí en orfanato para niños, solo niños, niños sin corazón que eran adoptados todos los días, los niños nuevos sabían sobre mis entradas y salidas al orfanato, pues el hijo de la directora se sabía mi vida de pies a cabeza, todos me odiaban en aquel lugar.
Recuerdo ese día como si fuese ayer, a mis ocho años me habían adoptado más de diez familias, quienes me devolvían por mi conducta, era muy callado y los días que permanecía afuera del orfanato no comí casi nada, muchos pensaron que había algo tan malo en mí que tendrían que gastar mucho dinero en el cuidado, por eso volvía a este horrendo lugar donde si podía comer.
Aquel día que fui insultado y nombrado como Benjamín Bobo mis peleas se acrecentaron, era y siempre sería Benjamín Bobo, pero esta vez me defendía las adopciones cesaron gracias a eso, pues quien querría un niño lleno de moretones que ni en el orfanato ni en la escuela se comportaba, nadie absolutamente nadie.
Ya estaba en tercer año de secundaria.
Estaba en media pelea todos repetían "pégale al bobo" di un golpe sobre su nariz la cual empezó a sangrar.
—Benjamín —llamo la coordinadora— ven acá —repitió como todos los días después de las peleas, fui hacia ella con la frente baja intentando ocultar mi vergüenza, al llegar a la habitación empezó a limpiar mis nudillos —Benjamín no puedes seguir en peleas, mañana vendrán tus futuros padres adoptivos.
—Ya no soy un niño, sé que moriré aquí como un viejo estúpido que jamás llegó a ser nadie en la vida.
—No eres bobo y lo sabes —termina de poner la venda— y nunca lo serás si así no lo piensas, tampoco morirás como un estúpido, vas a lograr muchas cosas en tu vida y quiénes se burlan de ti ahora te tendrán celos en ese momento, mañana vendrán tus futuros padres y vas a ver que si te van a adoptar, están muy interesados en ti a pesar de que recalcamos tus conductas y tus problemas para comer en casas ajenas— dice riendo lo último.
—Oye ya no tengo ese problema, bueno no creo volver a tenerlos —digo algo pensativo pues tenía algún tiempo sin ser adoptado— ¿Como son ellos?
—No son como todos Benjamín, son dos personas mayores de cuarenta años que no pudieron tener hijos por su edad ya que cuando eran jóvenes solo pensaban en trabajar y quieren un hijo a quien cuidar y darle todo su amor.
—¿Y si le prestan atención a su empresa y no a mí?
—Se que es cruel decírtelo, pero si te tranquiliza viven solo a una calle y media de aquí, lastimosamente vas a tener que seguir estudiando aquí hasta terminar el año.
—No quiero volver aquí, aunque si me voy la extrañare mucho.
—tu solo se paciente, intenta comer —ríe nuevamente— y adáptate son muy buenas personas, te lo prometo.
—Confío en ti —doy un beso maternal sobre su mejilla para acurrucarme entre mis frías sábanas ella apaga la luz y se va.
Los sonidos por fuera de la puerta me despertaron cuando dos niños la puerta abrieron.
—Vamos párate —dice David bruscamente con otro par de niños como su guarda espaldas mientras me pone de pie.
No, no peleaba con niños peleaba con el hijo de la directora del lugar no podía defenderme o ella me abandonaría.
—Mi madre vio mi nariz, va a sacarte de este lugar, te dejara en la calle —niños ríen mientras su golpe se hace sobre mi ojo mi cabeza se va hacia atrás como la de un peluche y caigo sobre el piso—tus padres adoptivos no vendrán mañana— se separa de mi eh empieza a dar patadas junto a los demás, mis manos intentaban cubrir mi cara y ardían por las patadas, también mi estómago y mis brazos, esperaba la muerte allí acostado sobre el piso frío de aquella noche cuando su voz de salvación escuché.
—Oh dios mío, David Jefferson que haz echo —ella tapa su boca en sorpresa— mira este pobre niño como lo has dejado y te vas corriendo a mi dirección a decir que él te ha golpeado.
—Madre el empezó te lo prometo —David rompió en llanto y su madre lo reprendió.
—Cierra la boca David, escuché tu escandalosa risa hasta el comedor, Coordinadora María llame a una ambulancia.
Fue lo último que pude escuchar de aquella noche de todo permanecía ausente e intentaba no dormirme.
Sentí la muerte cercana, sentí su olor sobre todo mi cuerpo y las manos de la directora, nunca podré olvidar ese olor desagradable y ese color carmesí que tiene la sangre.
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Holisss, espero te esté gustando la historia 💕 no olvides comentar y votar 🙃
Por si a las dudas se escribe David pero se pronuncia Deivid.
Se escribe Benjamín pero se pronuncia Benyamin.
Sin más que decir muchas gracias por leer esta historia que me llena de tantas emociones 🔴
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Aprendiendo a no amarte ®
Teen FictionComo perros y gatos buscando caernos bien, como la noche y el día intentándose conocer, como el lobo aclamando la luna, como yo aprendiendo a no amarte. Aquella noche donde el abrigo quedó aledaño de mis brazos tus cálidos ojos me dieron abrigo y au...