Chico con novia

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Capítulo 18 — Chico con novia

—¿Te respondió? —pregunte luego de unos minutos sentados en el mueble de la habitación del hospital.

—Aún no —Martín vio su celular volviendo a revisar

—¿No estaba escribiendo? —pregunto entre pequeñas sonrisas Megan, me gustaba verla así sonriendo aunque sabía que todo eso era superficial que por dentro sentía que se moría quería preguntarle ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué pensó que la mejor solución era esa? ¿estaba verdaderamente dispuesta a dejar todo aquí así como así? Martín volvió mirar el celular en busca de ya haber tenido una respuesta.

—Lo está haciendo —bajo el celular nuevamente— todavía —dijo desanimado— respondió —volvió a decir y se acercó a nosotros para mostrarnos.

Katherine:

Hola, soy Martín el chico de la cafetería ¿Cómo estás? —

—Hola habla con la cafetería del Royal Free Hospital ¿desea ordenar algo? de inmediato le enviare el menú de la cafetería junto a sus postres, comidas, bebidas y sus precios. Si desea ordenar algo coloque los siguientes datos: nombre y apellido, número de habitación, forma de pago y que ordenara, gracias por elegirnos.

¿Es broma?—

Megan y yo morimos a carcajadas mientras Martín negaba y repetía que era broma la cafetería envío un documento como un menú y ahí y solo ahí entendió que no era broma, Martín volvió a ir a la cafetería pasaron pocos minutos para que regresara decepcionado, su chica ya había salido de su horario de trabajo, ya no estaba.

—¡¿Ahora que voy a hacer?! —pregunto martín tirándose al sofá— ya había pensado en un futuro junto a ella —exageró fingiendo llorar— ¡voy a morir! —de inmediato le di un pequeño golpe en su hombro, Megan bajo un poco la mirada pensativa, triste como si hubiese recordado algo y se dio la vuelta dándonos la espalda— ¿Qué? —lo vi molesto, una punzada en mi pecho se acrecentaba cada que miraba como sus ojos café se llenaban de lágrimas y la puerta de la habitación se abrió.

—Chicos ya es hora de irse —expreso la señora Smith con una apariencia triste, decaída, agotada, observe como su cabello castaño tenía algunos destellos blancos, sus ojos y mejillas rojas de tanto llorar su abrigo cubriendo el vestido negro con algunas lentejuelas que brillaban con el destello de la luz ¿aceptaría ella que me quedara aquí con Megan? ¿cambiaría eso el cansancio que observaba en ella?

—Benja ofreció quedarse con Megan ¿gusta que la deje en su casa? —la señora Smith frunció el seño

—¿Eso es cierto Benjamín? —asentí.

—Si se ve agotada debería descansar y regresar en la mañana —respondí casi que sin pensarlo, la señora asintió.

—Cuídala —ambos se despidieron y cuando la puerta se cerró detrás de Martín todo quedo en un absoluto silencio durante minutos veía como su cabello estaba desordenado sobre la almohada y de vez en cuando escuchaba sus sollozos y como sus piernas se movían de forma delicada hacia su propio cuerpo colocándose en posición fetal me acerque a ella con pasos cortos y silenciosos como si el más mínimo ruido pudiese romperla, me senté sobre la cama y coloque mi mano sobre su cintura, me acosté a su lado solo segundos después aun abrazándola, Megan volteó a mirarme, tenía la nariz roja y las lágrimas aún salían de sus ojos me mantuve tocando su mejilla durante segundos esperando a que las lagrimas cesaran en algún momento, cuando se detuvieron supuse que era el momento de hablar.

—¿Has oído hablar del boardwalk bullet en Houston? —ella negó con delicadeza— es una montaña rusa que tiene una caída de 92 pies y da vueltas muy rápido al mismo tiempo —Megan siguió viéndome aun mas interesada en el tema del que le hablaba— la primera vez que me subí David el chico que siempre me pegaba y amenazaba estaba junto a mi y en vez de sentir tranquilidad al ver el lindo atardecer de Houston o de disfrutar de la gran altura a la que me estaba sometiendo tenía miedo, si, también le tuve miedo a una altura y me distraje con el lindo atardecer —ella sonrió levemente— fueron los 2 minutos mas largos de mi vida entre subidas y bajadas aterradoras, intentaba no dejar de ver los colores del fin de ese día, el caso es que nunca dejes que el miedo te haga perderte del hermoso atardecer que tiene al frente y si no hay atardeceres presentes estaré yo para sostener tu mano fuerte —Megan enterró su rostro en mi pecho

—Lo siento

—¿Por qué te disculparías? —pregunte volviendo a ver sus lindos ojos

—Hice una estupidez ¿Qué pensaba hacer con todo esto? —mis ojos se llenaron de lagrimas sabia que debía ignorar el tema pero decidí ignorar lo que me habían pedido

—Megan esto no es una estupidez, no estoy diciendo que esta bien, ni mucho menos que puedes volverlo a hacer, ni que fue la mejor manera de decir lo que sentías pero tus sentimientos importan a mí me importan al igual que a martín y a tu madre —sentí como su brazo volvió a abrazarme rápidamente, paso la noche, Megan solo lloraba mientras yo acariciaba su rostro logró dormir a un aproximado de las cuatro de la mañana, sentí como los rayos del sol del amanecer que se colaba por la ventana de la habitación abrazaba nuestros cuerpos como Megan se movía al otro lado de la cama, me levante hasta la cafetería ha comprar algunas cosas para desayunar cuando llegue Katherine sonrió y se apresuró a atenderme.

—Hola chico con novia en que puedo ayudarte.

—Hola Katherine dame dos croissant y dos jugos de manzana por favor —pedí ignorando lo ocurrido la noche pasada.

—¿Para tu amigo?

—Para mi novia de hecho, Martín debe de estar en camino —ella asintió con una leve sonrisa, pague lo que había pagado y al momento de entregarme el pedido coloco sobre la mesa tres croissant con tres jugos de manzana —perdona ordene y pague dos croissant con dos jugos de manzana.

—Si y aquí solo esta permitido dar el número de la cafetería y tienes dos —se quedó recordando por unos segundos— se lo das a Martín en lo que llegue —sonrió e intento alejarse. tr

—Oye Katherine —ella volteo— perdón por lo de anoche fuimos unos idiotas.

—Tranquilo, me gustan los idiotas como tu amigo, hasta luego chico con novia —reí por lo dicho y volví a la habitación.

—Hola, traje croissant para desayunar, nunca pregunté cual era tu jugo favorito pero traje man... —al terminar de entrar en la habitación las sabanas estaban revueltas pero Megan no estaba— ¿Megan? —fui al baño y también se encontraba vacío mi corazón estaba a punto de estallar solo la había dejado unos pequeños segundos como demonios pude perderla. Mi mente empezó a llenarse de escenarios catastróficos y decidí salir a buscarla en el pasillo, deje los croissant sobre la cama y me acerque a la puerta de la habitación para salir.

—¡Hola! Buenos días ¿Cómo amanecieron? ¿Megan como amaneció hoy? —la señora Smith había llegado mi corazón aun estaba estallando y mi mente estaba hecha un rompecabezas sin final no sabía que responder, en realidad qué respondería "ah hola, perdí a su hija por ir por unos croissant"— Benjamín ¿Dónde está Megan?

Aprendiendo a no amarte ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora