Aprendiendo a no amarte ®

Relatos de un naufrago

Capítulo 7—Relatos de un naufrago

—¿Harry es tu hermano?

—¿Si por qué?

—No se parecen en nada...

—No los dicen muy seguido ¿quieres algo de comer?

—Si, por favor.

—ups, no tenemos sushi lo siento —bromea

—Como lo que sea.

—Benjamín ¿Qué haces aquí?

—Lince me ha invitado espero no te incomode.

—No, está bien ¿te quedas a cenar hoy?

—Vale.

—¿Qué vamos a comer hoy familia? —preguntan Martín entrando a la casa.

—Bueno me voy a mi habitación ¿Benjamín me acompañas? —pregunta Lince bajando la mirada.

—No, te quedaras aquí —mi mente estaba llena de curiosidades sobre Lince y Martín y no me quedaría con las dudas— jugaremos algo y comemos juntos todos.

—Bueno está bien me quedo.

Martín estaba muy nervioso no dejaba de mover sus manos, Lince solo veía su teléfono sobre pasando las fotos en busca de nada, yo estaba en medio de los dos, incomodo mirando a Harry elegir una película del mostrador.

—Harry ¿Qué tienes con Megan? —pregunta Martín para romper el silencio amplificando la incomodidad entre todos— digo, es que, Benja la ha estado observando durante un rato y le gusta, pero no quiere hablarle por respetarte o...

—Basta Martín, ya entendí —Harry toma un banco y se sienta delante del televisor— No tenemos nada, sus padres se están divorciando y vino el día de la fiesta a explicarme porque se había distanciado de todos, es todo.

—¿No tendrías problema si Ben se mete con ella?

—Martín ya, acordamos dejar el tema de Megan atrás, fue la novia de Harry y ya esta simplemente no se va a poder nunca...

—Realmente Benja, soy gay y nadie a excepción de Martín, Megan y mi hermana sabían eso, Megan sabe que fue mi novia para no levantarle sospechas a mis padres, así que si no la lastimas tienes el camino libre con ella —vuelve a buscar la película— si quieres puedo presentártela mañana.

No era algo bueno ni tampoco malo, pero lo intentaría en fin de cuentas que podría pasar.

***

Obviamente no lo intentaría, no caminaría hacia ella aun teniéndola a escasos centímetros de distancia, no podía, su ceño fruncido levemente mirando el mismo libro de ayer en la misma esquina del patio dejando su cabello enredarse en el viento con delicadeza.

—No puedo hacerlo.

—Benjamín por dios, solo camina cuatro pasos a tu frente.

—Me da demasiada vergüenza, no puedo, además... —casi decía lo de aquella noche donde había rechazado mi abrigo— para que querría conocerme.

—¿Por qué eres divertido? Vamos Ben solo una vez luego si no quieres no vuelves a saludarla.

Martín dio un paso hacia el frente indicándome que caminara, seguí sus pasos hasta llegar a la esquina donde se encontraba, mis manos temblaban mi corazón estaba a nada que estallaba.

—¡Megan! ¿Cómo haz estado?

—Estoy leyendo Martín ¿Qué demonios quieres?

—Siento interrumpir tu libro sobre Naufragios pero vine a presentarte a un amigo él es...