¡Así no!

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Capítulo 11—¡Así no!

Martín y yo estábamos jugando play en mi casa mientras desayunábamos en el suelo de mi habitación.

—¿Invitaras a Megan al Green Show?

—Creo que sí...

—¿Cómo que crees Benja? Arriésgate.

—¿Crees que si quiera ir conmigo? ¿Y sus padres estarán de acuerdo con eso?

—Todos los años Megan va con Harry así que si puede ser raro pero hablarían mucho más si ninguno de ustedes dos va con alguien.

—Ok le diré —tome mi teléfono que estaba a un lado de mí, Martín coloco el juego en pausa y arrebato el teléfono de mis manos.

—No Benjamín, así no ¿estás loco? —frunzo el ceño eh intento tomar mi teléfono

—¿No querías que se lo pidiera? ¿Quién puede entenderte?

—Así no idiota ¿ella de verdad te gusta? —asiento— entonces arréglate iremos de compras.

Con toda la pereza del mundo tome todas mis fuerzas y me levante para ir al baño, al terminar de arreglarme sorprendentemente Martín estaba recostado sobre el mueble de mi sala cambiado y listo para salir.

—¿A dónde se supone que vamos?

—Solo lleva tu tarjeta y ya...

Tomé mi tarjeta y Sali de la casa, Martín encendió su auto me subí a el de una forma muy floja solo quería pasar el fin de semana durmiendo en mi casa o jugando play, casi de inmediato estábamos llegando a la floristería central de Hampstead.

—¿Qué demonios hacemos aquí?

—Compraremos flores —Martín bajo del auto y seguido de el yo aun confundido, Martín cerro el auto y nos adentramos a la floristería.

—¿Cómo que flores Martín?

—¡Sí! ¿Sabes cuales son sus favoritas? —pregunta llegando a el espacio de las flores tomando una que otra margaritas.

—Martín tengo menos de un mes viviendo aquí como se supone que voy a saber cuales son sus flores favoritas

—Ok —Martín alzo la mano a uno de los señores que se hacían en el lugar— quiero un ramo de cincuenta flores que tenga gerberas y rosas de tonos rosados y blanco por favor.

—A sus ordenes joven —el señor se perdió de nuestra vista y Martín solo sonrío al ver mi rostro de asombro.

—¿Cincuenta flores Martín? ¿Te volviste loco?

—Ash, cálmate veras que le van a encantar.

—Pues ruega que así sea martín porque no voy a comprar cincuenta flores para tenerlas de adorno en mi habitación.

—Ah, lo olvidaba... vamos a los chocolates

—¿Chocolates?

—Si Benjamín, chocolates ¿piensas solo regalarle flores? —Martín camino hacia la zona de chocolates y alzo su mano para llamar la atención de los trabajadores.

—Buenas tardes ¿en qué lo puedo ayudar?

—Me da esa caja de cincuenta bombones por favor.

—Ok —los baja del lugar y los coloca sobre el mostrador.

—¿Algo más?

—Si, acabo de pedir cincuenta flores.

—Ok, déjeme traérselas —la chica se retiro un momento y en menos de dos minutos había llegado con el ramo más grande que había visto en mi vida— serían trecientos ochenta y un libras.

—¿Todo? —Martín se sorprende eh intenta disimularlo para no preocuparme, la chica asiente y Martín entrega mi tarjeta— páselo todo de aquí.

No tenia la menor idea de lo que estaba haciendo, no sabía cuánto era trecientas libras a mi moneda natal así que solo me dejé llevar permanecí callado solo dando mis datos y asintiendo en ocasiones, luego de que nos entregasen las cosas nos dirigimos nuevamente al auto.

—Espero que aun de tu mesada queden al menos unas doscientas libras —ríe dejando con cuidado las cosas compradas atrás.

—¿A dónde vamos ahora?

—Ahora si puedes escribirle —saca mi teléfono de su bolsillo y lo dejo en mis manos— dile con completa tranquilidad que estabas caminando por ahí y te dieron ganas de conocer el ojo de Londres que si quiere hacerte un tour.

—Ok —lo escribí con tranquilidad y cuando lo estaba enviando reaccione— Joder Martín ¿Todo esto es para el Green Show.

—y que creías ¿Qué le estábamos comprando flores por lo bonita que es? Obviamente es para el Green Show  —Martín comenzó a manejar hacia el supuesto ojo de Londres.

—¡Contesto!

—¿Y qué? ¿Qué contesto?

—Esta cerca de ahí y va en camino.

—Dile que la esperaras en la entrada del ojo.

—No quiero hacerlo —Mis nervios empezaron a carcomerme quería solo salir del auto y correr cada vez que era más visible aquella de rueda la fortuna mis nervios se colocaban de punta— ¿y si dice que no?

—Benjamín ¿puedes dejar la negatividad? Va a salir bien, deja de estar nervioso y pregúntale si está sola —tome mi celular y le pregunte exactamente lo que me había indicado Martín, no dejaría pasar la oportunidad del Green Show para tan solo pasar tiempo con ella.

Llegamos al lugar, y nos quedamos en la entrada del ojo esperando a su llegada, de la nada habían pasado veinte minutos y aún no había rastro de ella.

—No vendrá Martín, es mejor que nos vayamos.

—Claro que vendrá ten paciencia.

Tome la decisión de sentarme en uno de los bancos de concreto de la entrada ya había perdido las esperanzas de que en algún momento llegara, unos minutos después mi teléfono vibro.

Megan.

—Disculpa la tardanza ya estoy llegando y si, si estoy sola.

5:40pm

Me pare de golpe de la silla pues una cabellera castaño oscuro venia caminando a mi dirección con un bonito vestido blanco que resaltaba su belleza natural.

—Hola... —saluda anonadada al verme con las flores.

—Eh... hola Megan —sonrió algo nervioso y Martín me pego por el hombro intentándome hacerme hablar— te invite aquí ya que... quería saber... pues... ¿quieres ir al Green Show conmigo? —Megan sonríe nerviosa y se acerca un poco más a mi lugar, lo que me hizo pensar tantas cosas ¿aceptaría? ¿me rechazaría? ¿ya tenia pensado ir con alguien más? ¿era demasiado todo esto?

—Claramente me encantaría, pero... no era necesario todo esto Benja —en mi estomago se hizo un nudo de felicidad, quería gritar hasta posiblemente quedarme sin voz alguna.

—Solo acéptalo, son lindas flores para una bella flor como tu —ella sonrío algo nerviosa y apenada tomando las flores y los chocolates.

—Gracias, están preciosas —huele el perfume de las flores de una manera delicada la cual la hace ver mas atractiva de lo normal— ¿cómo sabías que eran mis favoritas?

—¿Solo adivine?

—Si, claramente se adivina teniendo a un martín de ayuda —Martín sale de detrás de mi y saluda a Megan.

Solo sonreía de las cosas absurdas que Martín le estaba comentando y reclamando a Megan hasta que vi al fondo del parque, demonios lo había olvidado.

Aprendiendo a no amarte ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora