XXIII

764 96 13
                                    

— Buenos días, YoonGi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Buenos días, YoonGi.

El alfa juró estar soñando, siquiera había despertado de su cama y llegado al trabajo para ser recibido con una dulce y genuina sonrisa de Hoseok.

— Buenos días. Para ser sinceros, ¿te encuentras enfermo hoy? — añadió con cierta socarronería, cubriendo la frente ajena con la palma de su mano. Escuchó un gruñido inofensivo de parte del omega, que le causó risa.

— ¡Hala! ¿Qué se supone que es eso? ¿No puedo decir "buenos días", porque te ofende? — replicó el omega, quién era sumamente fácil de desquiciar, algo divertido y tierno a ojos de YoonGi.

— Más bien, el que lucía bastante ofendido este tiempo de atrás eras tú. ¿Tan fácilmente me has perdonado? — la mano del pelinegro se trasladó hacia su cintura, trayendo el cuerpo del omega hacia sí con una sonrisa más confiada y tranquila, que crecía cuando tenía la oportuna suerte de ver el gesto confundido y avergonzado del omega ante su proximidad.

Agradecía no perder la cotidianidad de sus caracteres tan opuestos y susceptibles al otro, como una sutil sinergia, adictiva a su vez, pues él no había podido dejar de perseguir a Hoseok. El mismo hecho de no verle zafarse pudo confirmarlo, tratar con él era similar a enderezar un adolescente que recién comprendía sobre la vida y todos sus conflictos, aunque en realidad —y fuese más adulto que Yoongi en muchas ocasiones—. Ambos se desplazaban por los pasillos decorados por el resplandor anaranjado que apenas se transformaba en el blanquecino de la mañana, —los días siempre empezaban más temprano— , en la primavera que parecía asomarse tras un largo invierno. De repente se topaban con algunas personas, sueltas, encadenadas o emparejadas en varios grupos de murmullos y habla que los alertó de cierta forma a ambos; Hoseok puso su mano en la del alfa y este comprendió, retiró su brazo de alrededor de su cintura. Sin embargo, para su alivio, la atención no estaba sobre ellos.

En medio de ello se vislumbraban dos cabelleras, una blanquecina con destellos plateados y un moreno que podía contrastarlo. Ambos eran altos y se daban la mano, Namjoon y Taehyung, pero evidentemente el interés recaía más en el segundo individuo. 

Poco complejo resultó reconocer esos ojos azules fríos tan hostiles como el reflejo de un cristal afilado, sin duda, la mirada de Taehyung atravesaba en un corte limpio toda aquella multitud, clavándose en el omega en tan solo unos segundos. El pelirrojo tragó saliva con cuidado, sin perder la postura a pesar de la zozobra que invadía poco a poco su cuerpo; era imposible tener la victoria en un duelo de miradas contra un alfa, de por sí la fila línea de su contorno gritaba "amenaza" en base a cómo querían lucir, o cómo les delataba el humor en el que estaban. Y el albino no parecía nada contento de ver tanta cercanía entre YoonGi y Hoseok.

Era una verdadera faena que sus despachos estuvieran tan cerca de aquella reunión.

El omega tiró de la muñeca del azabache, quién de repente —y aún sacándole bastante altura— se convirtió en una marioneta a dirigir. Hizo que se diesen media vuelta y caminasen hacia el exterior, tratando de pasar desapercibidos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 24, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hey, no. ➝ (솝) YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora