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«𝖣𝗂𝖿𝖾𝗋𝖾𝗇𝗍𝖾𝗌 𝗂𝖽𝖾𝖺𝗅𝖾𝗌»
Namjoon juraría haber encontrado al omega más hermoso en toda su estresante y miserable vida como cirujano.
—¿D-Dónde estoy? ¿y m-mi bebé? ¿Dónde está mi pequeño?
El paciente, recién despertado, comenzaba a hiperventilar, y pretendía moverse de la camilla sin importar su herida ya tratada y vendada, que dolería como mil infiernos. Namjoon lo impedía, sujetándole los brazos mientras este se aferraba a sus hombros sacudiéndole con la poca fuera y desesperación que le quedasen.
—N-No le hagas daño... — y sollozó, ocultando su rostro con miedo en el cuello de Namjoon.
Había experimentado miles de situaciones así; omegas en pleno estado de pánico, agonizantes, pero ninguno preocupándose tanto por su cachorro como aquel.
—Cálmate, por favor. Tu hijo está bien, está siendo revisado por un muy buen pediatra.
El omega lo miró inconforme, inseguro, con sus labios entreabiertos y con sus ojos acuosos, desbordando un pequeño brillo.
—Te lo prometo.— aseguró, haciendo que el contrario respirase hondo y dejase de aplicar tanta fuerza en sus hombros.
Namjoon acabó incorporándose, y telefoneando desde un aparato puesto en la pared de aquella sala, pues necesitaba transmitirle absoluta paz al omega.
—¡Hobi! Necesito que te acerques a la habitación 134 con el cachorro de...
Buscó con la mirada el portapapeles que, afortunadamente, YoonGi habría dejado un rato atrás, con la información necesaria y personal del paciente.
—Kim SeokJin.
Completó, quedándose de más fijo en el nombre, soltando el aparato y volviendo a cruzar miradas con el omega postrado sobre su camilla, ambos con tanta atención el uno sobre el otro.
