VI

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«𝖠𝗋𝗈𝗆𝖺»

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«𝖠𝗋𝗈𝗆𝖺»

El aparato cayó con más fuerza sobre la mesa y Hoseok sentía que su cuerpo comenzaba a arder, perdería la cabeza.

Jadeó, cayéndose de su silla, y sintiendo además un fuerte dolor en el trasero por ello. Rezaba por lo que más quisiese que Namjoon volviese rápido.

Cerró sus piernas como si pudiese detener el líquido que emanaba de su entrada y la lubricaba, listo y deseoso por la polla de un alfa. Mientras aún le quedase cordura, recordaría su primer vergonzoso celo aquel fatídico día, en el que se presentó como un omega en la sociedad.

Se asustaba ante cada paso que oía resonar cerca, como si fuese el de un alfa que fuese directo a por él. Y fue entonces cuando se le ocurrió gatear débilmente y echar el seguro de la puerta y recostarse contra ella.

Serían unas horas difíciles, pero estaría seguro hasta que Namjoon viniese.

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Namjoon tenía la mano suspensa en el aire, antes de haber podido tocar siquiera un poco a Seokjin, quien se encontraba rezagado con miedo.

El omega se giró a mirarle un poco, aún cubriéndose con sus propios brazos, pero temiendo de su reacción después de haberle propinado un manotazo en la mano que aparentemente lo iba a acariciar.

La mano de Namjoon siguió en movimiento, hasta alcanzar su cabello y acariciarlo con suavidad. El cuerpo del omega se estremeció un poco más.

Entonces, un teléfono vibró y sonó repetidas veces, haciendo a Namjoon detener las caricias para utilizar su única mano libre y atender a los mensajes que llegaban.

Tras leerlos, miró a Jin, quien aún lo miraba arrepentido y asustado por ese acto tan esquivo. Rápidamente se levantó, dejando al pequeño Jungkook por fin en brazos de su padre.

Seokjin se sorprendió al verle tan apurado y preocupado.

—¿A d-dónde vas?

Namjoon colocó su chaqueta sobre su propio brazo y cogió las llaves del coche. El omega lo seguía con la mirada.

—Tengo un amigo en apuros, lo sacaré de ahí antes de que se lo coman vivo.—habló metafóricamente, de forma que Jin no comprendió.

—¿C-Comer? ¿Está entre zombies?

Namjoon rió y se detuvo ante la puerta para mirarlo.

—Ahora sabrás cuando le traiga. Quédate aquí, no tardaré.

Y abandonó el salón, dejando a Jin junto a un silencio sepulcral y un atontamiento del que no lograba salir. Jungkook se alborotó de nuevo en sus brazos, aburrido ya del juguete y salió a la busca de uno nuevo, correteando entre habitaciones.

Hey, no. ➝ (솝) YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora