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Vidɑ o mueɾte

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Vidɑ o mueɾte

A la mañana de trabajo después de un desastroso fin de semana, sólo estuvieron presentes el horrible aura de cansancio y malestar de Hoseok y él mismo. Daba gracias que el milagroso maquillaje le podía ocultar ciertas imperfecciones a causa de dos noches de descanso que se fueron al garete desde su encuentro con Taehyung. 

En cuanto declaró el hecho de que le estaba concediendo a un alfa una oportunidad, no le hizo falta más que observar sus ojos imponentes y helados, y por consiguiente, perderse en un furioso vacío silencioso que dejó en claro antes de volver a irse por la puerta que había entrado, sin decir nada más. ¿Qué le pasaba últimamente a su dichoso superior? 

Pareciese que el horrible humor se le quedó contagiado, que ninguno tuvo la audacia de molestar al omega, ni siquiera aquellos que alguna vez hablaban a sus espaldas. El hospital volvía a lucir como un hospital, y no una mansión de cotilleos. Aún así, estaba preocupado por YoonGi, por si se le iba a presentar de vuelta o no. No iba a negar que la noche que huyó de él tenía hasta el alma temblando, agradeció que la oscuridad no le dejase ver sus ojos ni cualquier otra parte de su rostro.

—¡Hobi! ¿Y esa cara?— le saludó Namjoon, con el que se topó repentinamente por los pasillos. Su gesto cambió notablemente, pero aún quedaban pruebas de que anímicamente no estaba en el mejor estado.

—Namjoon, hacía tiempo que no te veía. ¿Cómo te va con Seokjin?— forzó una sonrisa y trató de eludir cualquier tema que tuviese que ver con sus sentimientos o pensamientos.

—Bueno, está mucho mejor. Como ya no está por el hospital y te echaba de menos, me dijo que te enviase saludos... Ya sabes, a su loco psicólogo que odia a los alfas.— Namjoon bromeó sin malas intenciones, haciendo gestos de ferocidad que hacían alusión al carácter del omega y que sirvieron para sacarle una risa verdadera mientras le golpeaba en el hombro.

—¡Vamos, Nam! Un mal día lo puede tener cualquiera... — Hoseok sintió tranquilidad después de descargar un poco de peso emocional al reírse, y recordó la amigable compañía de Seokjin que también iba a echar muy en falta.— Espero que al menos él esté bien, ha pasado por mucho y le tomará su tiempo recuperarse del todo, pero parece que contigo es muy feliz.

—Me recuerda a mi difunta Eloise... tiene su misma delicadeza y cariño, pero está claro que ambos tienen su propio brillo y son diferentes.— sonrió dulcemente el cardiólogo.— No puedo tener más suerte de haberle encontrado.

—¡Apartaos! ¡Tenemos una emergencia!— Hoseok y Namjoon quedaron en un lado del pasillo impactados por ver que YoonGi lideraba una camilla con apuro, muy serio. Parecía la primera vez que se le veía consternado de verdad por un caso.

Sin embargo, al omega se le paralizó todo el cuerpo al ver que en la camilla se encontraba un niño de corta edad, quizá unos 7 u 8 años, con toda su ropa llena de sangre. No podía verle el final a sus heridas. ¿Qué podría haberle pasado para acabar en tal fatal estado?

No pudo reaccionar hasta que Namjoon le tomó del brazo y le indicó con la mirada, adquiriendo la misma seriedad y preocupación.

—Vamos, nos necesitan.

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Los nervios y la confusión afloraron por primera vez en el hospital y entre los que recibían el caso del niño. Sin embargo, el que más centrado estaba comprobando las constantes vitales del pequeño seguía siendo el alfa pelinegro, al que acompañaba Namjoon. Le tenía conectado a tantas máquinas que Hoseok se sentía mareado desde la puerta desde la que estaba observando todo, con un terrible sentimiento por dentro que le iba a llevar a la desesperación. Sin embargo, su cuerpo le decía que si dejaba de estar pendiente, aquel niño iba a morir, le imploraba estar allí, aunque dentro de poco se fuese a dar una intervención quirúrgica de emergencia.

El pitido de alarma del monitor que registraba los latidos alteró a todo aquel alrededor.

—¡Está sufriendo un paro cardíaco!

—¡Preparad los utensilios, vamos a comenzar una intervención quirúgica de emergencia! ¡Primero tenemos que recuperar el pulso!— ordenó Namjoon, tensando los guantes en sus manos, sintiendo cierto temor por primera vez en tanto tiempo de su carrera. 

Hoseok sintió que el tiempo se congelaba, y por cada latido, la vida de aquel pequeño se escurría entre sus dedos. De repente las piernas querían fallarle, también la mano temblorosa en el marco de las puertas de aquel quirófano. Encontró la mirada en YoonGi, quien tras haber aportado demasiado con el diagnóstico y deteniendo las hemorragias que traía aquel paciente, dio su trabajo por terminado allí y acudió al omega.

—Dr. Jung...— entre tanto pánico fue capaz de reconocer el aroma que desprendía, pidiendo auxilio.

—N-No le está latiendo el corazón...— Hoseok no volvía en sí, estirando sus brazos hacia las puertas que se le cerraban cuando YoonGi lo alejaba y se lo llevaba consigo para que Namjoon y sus asistentes pudiesen trabajar.— ¡V-Va a morir, va a morir!

 Lo que más pudo dolerle en el alma fue el llanto ahogado que empezó a escuchar y sus mismas lágrimas pesadas marcando el rostro del omega, que luchaba por separarse de él y correr en ayuda del niño que estaba peleando entre la vida y la muerte en aquella sala. 

—¡YoonGi, déjame ir!— pero el alfa lo retenía en silencio, en su pecho, hasta que sus fuerzas se resumieron a llorar allí, oculto entre sus brazos y la tela de su bata blanca.

—Hoseok, escúchame. Tienes que tener confianza en Namjoon.— le susurró sin soltarlo ni un solo segundo, quería que se desahogase y que entrara en razón poco a poco. Sabía que era parte del instinto de un omega el tener tanta preocupación sobre un cachorro, pero jamás había visto una manifestación de esa magnitud, incluso aunque no fuese su hijo ni tuviese ningún vínculo con él.— Él sabe cómo lidiar con esto, va a salvarlo.

La increíble empatía de Hoseok lo enternecía, aunque fuese una reacción común, se sentía diferente. Desde primera hora de la mañana, había estado centrado en su trabajo como le prometió, a pesar de todo lo que había pasado en su primera —desastrosa— cita. Tras aquello, quizá este no había sido el mejor momento para reunirlos de nuevo, pero se sentía tranquilo de tenerlo en sus brazos de nuevo, confiando en poder calmarlo y hablarle.

¿Y el omega se atrevía a preguntarle que si estaba enamorado de verdad de él? Estaba perdido en su sentir como nunca le había pasado con nadie. Pero ya hablarían de aquello, ya tendría oportunidad de aclarar todo, ahora tenían la vida de un pequeño entre sus manos, y quizá una de las situaciones más difíciles en el hospital.

 Pero ya hablarían de aquello, ya tendría oportunidad de aclarar todo, ahora tenían la vida de un pequeño entre sus manos, y quizá una de las situaciones más difíciles en el hospital

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Hey, no. ➝ (솝) YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora