Capítulo 5

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La mañana ha pasado rápido, las clases de hoy eran de asignaturas que me gustan, así que no se me han hecho pesadas en ningún momento. Para comer, Yon había preparado espaguetis carbonara, así que no he tenido que ir estresada al mediodía, incluso he podido descansar un rato en el sofá. La tarde en la tienda, por suerte, ha sido tranquila: han habido clientes todo el rato, pero los justos para no ir con el agua al cuello. He podido mimar a los gatos del café y jugar un rato con los más pequeños, quienes, por cierto, ya tienen un hogar. En cuanto cumplan los dos meses se irán con sus nuevas familias. Por suerte, los han adoptado en parejas, y junto a dos de ellos también se va su madre.

Hoy no viene Yon a buscarme al trabajo, está ayudando a Ana y Leo con la mudanza. Para cuando llego a casa, prácticamente han acabado de mover cajas. Me doy una ducha rápida y llamo a Ana para preguntar si necesita ayuda con algo, pero justo cuando contesta, entra Yon por la puerta y me informa de que ya han acabado.

—No me apetecía nada ayudar con la mudanza, sinceramente —digo mientras me estiro en el sofá.

Yon sonríe.

—Normal, llevas todo el día fuera de casa —me da un beso—. ¿Te han gustado los espaguetis?

—¡Estaban increíbles! Llevaban algo nuevo, ¿no?

—Un ingrediente secreto —sonríe, coge mis piernas, se sienta y las pone sobre las suyas—. ¿Qué te apetece cenar?

—Por apetecerme, una tortilla de patatas, pero creo que ninguno de los dos tiene ánimo para cocinar ahora —Yon asiente, también está cansado—. ¿Hacemos las croquetas de cuatro quesos que tenemos en el congelador?

—¡Ni me acordaba que las teníamos! ¡Tienen que estar de muerte!

Me levanto del sofá y voy a la cocina, meto las croquetas en la freidora de aire, y pongo la mesa. Mientras, Yon pone un capítulo de la serie que vemos por las noches.

Corto un poco de pan y lo unto con tomate, lo aliño con aceite y sal, y veo como a Yon le brillan los ojos cuando saco el plato a la mesa. ¡Le encanta el pan con tomate!

—No hacía falta que te pusieras a preparar pan con tomate —me da un beso en la nuca.

—Lo sé, pero solo unas croquetas me parecía poca cosa.

Sobre las once de la noche, cuando ya estamos a punto para acostarnos, llaman a la puerta, miro extrañada a Yon, en principio no esperamos a nadie.

—Ya voy yo.

Sigo a Yon de cerca, y Bigotes se une a la expedición.

Al abrir nos encontramos con mi hermano, que tiene la cara descompuesta, sin siquiera saludar se mete en casa, se sienta en el sofá y suelta como si nada:

—Necesito recuperar a Ana, quiero ver crecer a Asher, me he perdido gran parte de su infancia y no quiero seguir así.

Yon y yo nos miramos, confundidos, sin saber cómo plantearle la situación actual.

—¿No será un capricho? —Yon empieza la conversación con cautela, con un tono suave—. Ahora estás solo, el problema con Sofía te ha dejado tocado, tienes mucho tiempo para pensar y darle vueltas a las cosas...

Teo mira a Yon con seriedad antes de dirigirse a él.

—Si Lis tuviera una hija contigo, y no pudieras estar junto a ellas, ¿cómo te sentirías?

Puedo ver en los ojos de Yon que eso le ha destruido por dentro, le ha tocado la fibra sensible y ha conseguido que se ponga de su lado. Yo entiendo cómo puede sentirse mi hermano, pero alguien tiene que defender a Ana.

—Ni siquiera le has contado la verdad —mi voz es implacable, quiero que entienda que conmigo no va a poder tan fácilmente—. Lo que dices no tiene ningún sentido. ¿Quieres recuperarla? Empieza por ser sincero con ella, y luego ya veremos qué pasa, pero no vengas lloriqueando como si no fueras tú el único que puede solucionar el problema.

—Lis...

Yon intenta calmar las aguas, pero considero que mi hermano debe ser consciente de que este es su problema.

—Tu exnovia causó todo esto, así que es tu responsabilidad y debes hacerte cargo de la situación.

—¿Sabes lo mal que lo estoy pasando? Ver que mi hijo crece sin mi presencia no es agradable.

Frunzo el ceño.

—¿Sabes tú lo mal que lo ha pasado Ana criando sola a Asher? Hasta ahora lo único que ella sabe es que tú no quisiste saber nada de ellos, le ofreciste dinero para abortar y desapareciste de sus vidas. Deja de hacerte la víctima. ¿Lo has pasado mal? No lo dudo, debe ser duro lidiar con una loca, pero tú elegiste meter a esa chica en tu vida. Ana y Asher han recibido los daños colaterales de tu estúpida elección. Desde mi punto de vista, ellos són más víctimas que tú.

Después de eso me doy media vuelta y me meto en mi habitación. Escucho a Yon hablar un rato con Teo, intentando hacerle entender la gravedad y complejidad de la situación. Después le ofrece quedarse a dormir.

Creo que he hecho bien en no decirle que Ana ya está viviendo con Leo, y que está feliz con esta nueva relación. No sé si debo ser yo la que se lo diga, igual debería ser Ana, así que hablaré con ella del tema antes de abrir la boca y cagarla.

Más allá de tu ausenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora