Capítulo 29 ("Donde hay vida hay amor" & "Donde hubo fuego cenizas quedan")

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Narra Adara

-Ya debe de estar por salir-dije anciosa, y una sonrisa se forma sobre mis labios cuando veo a Ivan. Rápidamente me bajo de la camioneta y corro a abrazarlo.

-No sabes cuánto quería hacer esto-dijo Ivan mientras me abrazaba.

-Que bueno que ya estés libre-dije sosteniendo sus manos él sonríe.

-Ahora quiero hacer las cosas bien-dijo Ivan y caminamos hacia mi camioneta. Conduzco y me detengo en un restaurante y ambos comenzamos a almorzar.

*****

-Hola mi amor-dije abrazando a Daniell por detrás.

-Hola mi vida-dijo Daniell dándose la vuelta y deja un beso sobre mis labios.

-¿Como te fue hoy?-pregunté y él me mira.

-No fue muy bueno, pero con solo mirarte ya se me hace el mejor día-dijo Daniell escondiendo un mechón detrás de mi oreja.

-¿Que sucedió?-pregunté y Daniell acaricia mi mejilla.

-Problemas con unas entregas, pero nada de preocupación-dijo Daniell y sonrio.

-Mi melodía favorita es tu voz-dije y el sonríe.

-Eso me recuerda a una canción de Jay Wheeler-dijo Daniell y suelto una carcajada.

-Es que la venía escuchando por el camino y pensé en ti-dije con una sonrisa. (CANCIÓN MULTIMEDIA). Me quedo observando a Daniell.

-No sé en qué momento comenzó esta historia, ni tampoco cómo explicar todo este revuelo de sentimientos. ¿Sabes? Es difícil poner palabras a los misterios del corazón; por mucho que lo intento, tengo la sensación de que siempre me quedo corta, de que nunca es suficiente... Quizás no es que no existan palabras para definirlo, sino que es tan bonito que la idea de reducirlo a unas cuantas líneas se me hace insignificante. No voy a mentirte, también tengo miedo a no saber transmitirte todo lo que me invade por dentro, pero confío en que, cuando me mires, el brillo de mis ojos te cuente todo lo que siento por ti. El paso del tiempo me ha hecho darme cuenta de que la vida está repleta de sorpresas, de pequeños detalles de grandes efectos y afectos, pero sobre todo de personas que dan giros inesperados a nuestras historias, como tú. ¿Quieres saber por qué? Ni tú ni yo nos esperábamos, para qué mentirnos. No contábamos con nosotros en nuestra vida. La cuestión es que aquel día nos encontramos. No sé si fue una coincidencia, una serendipia -como dirían los más románticos- o resultado de una fuerza mayor, pero conectamos.  Y no hablo solo de cruzar miradas... Me refiero a esa sensación que irrumpe desde lo más profundo y te embriaga por dentro sin saber cómo, a esa conexión inexplicable. Lo recuerdo perfectamente. Y desde ahí todo empezó a cobrar cierto sentido. Daba igual a dónde fuéramos, qué hacíamos o de qué hablábamos, desde que te encontré es como si el mundo exterior hubiera dejado de tener protagonismo. Horas y horas de hablar de nosotros, del tiempo, de lo que nos gustaría e incluso de aquello que a otras personas no nos atrevimos a contar. Aunque también había momentos de silencios, pero de los más cómodos que he experimentado en mi vida, de esos que facilitan un juego de miradas y fijan imágenes en nuestras retinas.No sé cómo lo has hecho y cómo lo haces, pero te has convertido en mi recurrencia favorita. Es complicado explicarlo con palabras, pero lo cierto es que esta sensación que experimento me encanta. Y puedo atreverme a decir que nunca antes la había sentido. Eres el motor de mis pensamientos, el eje de mis sonrisas, mi refugio favorito... Te amo-dije y los ojos de Daniell estaban llenos de lágrimas.

-Espero, que lo que tú y yo tenemos, nunca tenga final Adara. Te amo-dijo Daniell y nos besamos y juntamos nuestras frentes.

-Ahora bien, ¿eres consciente de todo lo que me fascinas, me inspiras y me haces sentir? No creo que puedas llegar a imaginártelo... Te has convertido en mi punto de inflexión, en el hilo conductor de mis sentimientos, en esa ilusión que crece a fuego lento para aprovechar cada instante al máximo. Eres todo una revolucionaria... Y por ello quiero darte las gracias. Gracias por ser tú, desde el principio, con miedos y sin ellos, pero sobre todo por mostrarte tal y como eres. A veces sensible, otras divertida y desbordante de amor, y algunas otras un poco testaruda, pero en esencia tú. Gracias porque cuando la inseguridad aparece y el miedo empieza a hacer de las suyas, me ayudas a derrotarlos. Incluso cuando comienzo a quedar atrapado en algunas telarañas o aparecen fantasmas del pasado, eres capaz de sacarme de ahí con tu comprensión y con tan solo darme tu mano. ¿Increíble verdad?  Eres mi ancla cuando la marea pierde la calma, la chispa que enciende el fuego que vive en mi interior y el toque de locura en esos días más tontos. La sorpresa que irrumpe en lo ordinario y que ilumina mis días. Quien me ha enseñado que caminar es algo más que dar unos cuantos pasos y que esto solo acaba de empezar. Juntos hemos creado ese pequeño universo desde el que observar la vida de otro modo, ese desde el que fantasear a través de nuestros sueños, intercambiar secretos y sincerarnos. Es tan mágico... ¿Sabes por qué? Porque tiene un poco de ti y otro poco de mí, y además una parte única conformada por la combinación de ambos, esa que nos recuerda que si alguno de los dos flaquea, ahí esta el otro para sostenerlo -entre abrazos- y seguir caminando. Así de simple y así de bonito. Es nuestro puzzle, nuestro laberinto. Y no solo eso, también hemos creado nuestra propia cadena de seguridad. Esa que nos protege cuando la ignorancia a veces quiere salir a buscarnos, esa que, cuando el exterior pretende tambalearnos, en realidad nos ayuda a ser más fuertes. Es cierto que también habrá momentos duros, otros no tan agradables e incluso algunos llenos de incomprensión, pero no me importa si los atravesamos juntos. No te prometo ser perfecto, pero sí que haré todo lo que esté en mi mano, que daré el ciento por uno y que intentaré desligarme de mi orgullo cuando este aparezca con fuerza para poder empatizar contigo. Es increíble, eres increíble, de verdad. Por una razón o por otra aquí estamos y no puedo dejar de agradecer aquello que hizo posible que tú y yo nos encontrásemos, que conectásemos, que comenzásemos a dibujar los primeros trazos de este sendero.
De alguna manera, todo lo vivido me ha traído hasta aquí, por ello no me arrepiento. Porque cuando el amor llega a nuestras vidas es lo mínimo que podemos hacer: agradecerlo. Porque de cuidarlo y mantenerlo ya nos encargamos nosotros. Y por último, no quiero acabar  sin darte las gracias por aceptarme como soy, por creer en mí y por estar a mi lado, pero sobre todo por ser tú. No olvides que tu sonrisa es mi imagen favorita y mi mayor deseo que seas feliz... Te amo Adara-dijo Daniell y nos volvemos a besar.

-Gracias por hacerme tan feliz, ahora es momento de ver a nuestros hijos crecer y amarlos y sobre todo amarnos como lo seguimos haciendo Daniell-dije con una sonrisa y Daniell me abraza y observamos a nuestros hijos mientras duermen. 

   Y es así como es nuestra historia de amor, la cual aún no a culminado. Pues aún faltan muchas cosas por recorrer, etapas que vivir. Entre otras cosas. Pero no menos importante, seguir siendo felices y demostrarle a nuestros hijos que el amor si existe y que no existe un amor imposible. Que nuestra historia de amor sea un ejemplo para ellos y que ellos se sientan orgulloso de nosotros y vice versa. Porque como dice el dicho "dónde hay vida, hay amor" y "donde hubo fuego cenizas quedan"

FIN

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