Capítulo 8: El Clan lo es Todo

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Cómo siempre al salir o entrar de un recuerdo, los colores se arremolinaban en torno a ellos. Ana no parecía acostumbrarse del todo. Al volver a aquel lugar gris e inhóspito, sintió cierta nostalgia de aquellos prados tan verdes. Sabía que había miles de años desde que sucedieron esos recuerdos al momento en que estaban, pero le parecía como si, en realidad, fuese como un cuento. Su cuento favorito.

- Ha sido increíble. – dijo Inojin. – una auténtica batalla ninja.

- Sí, lástima que el recuerdo no mostrara bien a nuestras familias. – dijo Chobee. –

- Ojalá pudiera disponer de los recuerdos desde otros puntos de vista, Chobee. – dijo el anciano. – por desgracia, sólo podemos ver lo que Kaitsja vio.

- A veces, ni eso. – dijo Shikazane. – ese momento en que se atraparon Kaitsja y la chica Uzumaki... ¿Cómo pudisteis ver algo? – preguntó dirigiéndose a Ana y Tetsu. –

- No lo se. Simplemente lo vi. – dijo Ana. – sí que hubo un momento en que desapareció, pero luego si lo vi todo.

- Yo igual. – dijo Tetsu. –

- Sabemos que los Uchiha tenían esos ojos que les permitía hacer tantas cosas. – dijo Tôka. - y en este recuerdo nos hemos enterado que los Hyuga también poseían unos ojos especiales. Vosotros sois descendientes de los Uchiha y los Hyuga. Quizá por eso los pudisteis ver y el resto no.

- Es una observación interesante. – dijo Tetsu. –

- Yo voy a ir haciendo los preparativos para la cena. Os avisaré cuando esté todo. – dijo el anciano mientras se levantaba y se disponía a entrar en la casa. –

- La verdad es que no me imaginaba las luchas de ninjas de esa forma. – dijo Mirai. – yo quiero saber más sobre mi antepasado, el tal Sasuke Sarutobi. Por lo que decía Kaitsja de él, debió ser un Ninja formidable.

- A mí también me gustaría saber más sobre Mito. – dijo Menma. – a parte de ser una Ninja genial, se la veía muy simpática.

- La cena está servida, muchachos. – dijo el anciano desde dentro de la casa. –

Los chicos fueron entrando en orden hacia la casa para comer. Muchos de ellos parecían tener muchas preguntas. Cenaban con rapidez, deseosos de preguntarle al anciano más cosas sobre aquellos tiempos o si verían algún recuerdo más antes de irse a dormir. Algunos hablaban animados sobre la pelea mientras cenaban. El anciano los escuchaba en silencio, con una leve sonrisa. Finalmente se decidió a unirse a la conversación.

- Me alegra que hayáis disfrutado este último recuerdo. Al ser más largo temía que pudierais haber sufrido algún efecto secundario de una sobrexposición.

- ¿Puedo preguntar cómo funcionan los recuerdos? – dijo Ichizoku. –

- Si os soy sincero, no tengo ni la más remota idea. – los doce parecían decepcionados, esperaban una buena explicación de parte del anciano. – sólo tengo mis instrucciones. Mi callado, los símbolos que debo usar para acceder a cada recuerdo, el orden en que deben ser vistos... siento no poder contestar a tu pregunta. Me gustaría poder daros más explicaciones, que podáis entender lo importante que es esto.

- Hemos visto ya varios recuerdos y apenas ha pasado un año entre el primero y este último. – dijo Shikazane. - ¿tenemos que ver todos sus recuerdos? Porque eso podría llevarnos años.

- Ciertamente, nos llevará algún tiempo, pero no vamos a ver todos sus recuerdos. Sólo lo que Kaitsja consideró en su momento más importantes para la misión que os ha sido encomendada.

Las Crónicas de Kaitsja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora