Capítulo 4

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- ¡Ese libro es una mierda, Earth, ni siquiera pude terminar de leerlo, ¿qué carajos es lo que te pasa?! - gritaba a través del teléfono el jefe de la editorial para la que Earth había trabajado como escritor los últimos tres años.

- Ni siquiera lo terminaste de leer...- Earth se sentía cansado.

- ¡Porque no tiene sentido terminarlo, es una cosa horrorosa, la historia no tiene ni pies ni cabeza, no hay coherencia ¿de dónde sale Saraí? ¿por qué parece que la añadiste para tener una excusa de que los protagonistas discutieran?! - gritaba más y más cosas mientras Earth cerraba los ojos y se imaginaba volar por encima de los techos de las casas y observaba todo desde otra perspectiva - ¡Earth! joder, ¿no has escuchado? - el hombre interrumpió sus pensamientos.

- Que es una mierda, ya lo sé- dijo sin ganas.

- ¿Y no te importa una mierda? ¿desde hace tres años que no publicas nada y esa es tu respuesta? -el hombre preguntaba indignado.

- Cuando publiqué hace tres años fue porque mis padres murieron en un accidente y exploté todo mi dolor escribiendo aquella historia. Escribí con mi corazón, por eso fue un éxito... ahora no tengo ni corazón, ni dolor. No tengo nada- resumió.

- Lo único que te falta es inspiración- resolvió el otro sujeto.

- Soy un escritor, si me falta la inspiración entonces estoy muerto- Earth se lamentó.

- Pues muerto será de la única manera en la que podrás liberarte del contrato que tienes con nosotros, te advierto que te hemos pagado tres años para que solo escribas, pero no has hecho nada, Earth. Si no tenemos algo para publicar el otro mes, entonces tendrás que empezar a devolver el dinero, pero con intereses-

- No es como si mañana pudiera despertarme y ordenarle a mi cerebro que me traiga la inspiración que perdí- él intentó explicarse.

- No me importa, Earth, no me importa lo que tengas que hacer para conseguirla. El otro mes es tu última oportunidad. Tráeme algo que no tenga que ver con niños sacerdotes abusados en un monasterio. Dame algo que me desconcierte, pero de buena manera, no que me saque de quicio como eso que escribiste que no tiene ningún sentido-

- Lo he intentado mucho en estos años, he buscado y no encuentro. No sirvo para esto, ya no lo voy a hacer más- Earth soltó un suspiro - te devolveré el dinero, he pagado un seguro de vida. Ese dinero te llegará-

- Earth ¿qué carajos estás diciendo? -

- Lo que entendiste. El dinero, lo que he gastado estos tres años, mejor dicho, lo que tu empresa ha gastado conmigo, lo devolveré. No tienes que preocuparte- terminó de decir y colgó el teléfono.

Él ya lo tenía pensado desde el año anterior. Sabía que, si entregaba ese libro y no gustaba a su editor, no se iba a desgastar más. La inspiración se había ido de su vida el día que salió publicada su anterior obra, la que le había dado la fama suficiente para obtener tres premios y estar nominado a una docena más. Fue cuando se dio cuenta de que el dolor más grande de su vida era lo que más le agradaba a la gente. En los últimos años intentó las cosas convencionales como: enamorarse, observar los pájaros, el cielo, las parejas enamoradas y otro centenar de cosas, pero nada logró darle lo que necesitaba.

Solo, siempre se había sentido solo. Pero no se trataba de que vivía solo, se trataba de que nunca se había sentido verdaderamente acompañado, nunca sintió que alguien lo comprendiera. Se sintió admirado, pero no entendido ni amado. Su lobo estaba apagado, hace años que no lo sentía, de hecho, podía jurarles a sus paredes blancas, que componían su pequeño apartamento, que no sentía su corazón latir, puede ser que esté muerto desde hace tiempo.

Limerencia MEWGULF (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora