Capítulo 12

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- Vamos, cariño, abre los ojos – repetía Mew en susurros entrecortados. Gulf poco a poco abrió los ojos. Escuchaba el pecho del alfa como ronroneando, también podía sentir el agarre fuerte y preciso contra su cuerpo. El alfa lo tenía atenazado. Lo olisqueaba como si Gulf fuera a desvanecerse en el viento.

- Alfa – susurró cuando pudo pasarse la lengua por sus labios secos. Estaban en la oficina de Mew. No había ruido, no había llantos – alfa – repitió intentando llamar la atención. Mew estaba concentrado en respirar desde su cuello, sostenerlo y mecerlo.

- Omega, mi omega, mío. Míos – susurraba atropelladamente.

- Mew – llamó.

- Oh, omega, tus ojos. Los abriste – Mew le examinó el rostro. Después tomó sus manos y las besó – me diste un susto de muerte – decía regresando a abrazarlo fuerte – pensé que te perdía, pensé que los perdía – repetía.

- Ey, Mew – Gulf logró sacar sus brazos del fuerte agarre del alfa e intentó atraer su mirada a la suya. Vio las pupilas dilatadas del alfa y solo en ese momento se percató de la esencia protectora que de él brotaba – alfa, estoy bien – dijo profundamente.

- Sí, ahora lo están, aquí estoy, mío, míos – decía el alfa sujetando con una de sus manos el estómago de Gulf. Cuando se percató de eso, el omega retiró su mano soltando una suave risita.

- No estoy en cinta, alfa, es solo el olor de los cachorros que se impregnó en mí- dijo besando en la frente de Mew – estoy bien, es solo el cansancio-

- Espera...- decía negándose a soltar a Gulf – solo déjame...- regresó su mano a donde estaba y después suspiró – dioses, quiero ponerte un cachorro aquí – dijo resignado. Gulf rio más fuerte.

- No, no lo harás, todavía es muy pronto – jugueteo. El alfa levantó la cabeza y lo miró seriamente.

- Me gustas mucho, omega. Quiero tenerte en mi futuro- dijo con voz gruesa. Aquella declaración logró que Gulf detuviera su risa y pensara, por primera vez, que él también quería tener un futuro largo y hermoso con ese alfa de aroma a chocolate.

- Tu también me gustas mucho, Mew – respondió tímido.

- Debo cuidarte – Mew se puso de pie rápidamente, dejándose llevar más por su instinto que por otra cosa – estás muy cansado, todavía estamos en el toque de queda, quédate aquí mientras voy a ayudar en la emergencia. No salgas de aquí y descansa – pidió con urgencia.

- Lo haré, solo cuídate también, por favor – respondió el omega con voz dulce. Pudo ver cómo su alfa se derretía al escucharlo.

- Dioses, hueles tan bien... ¿por qué hueles tan bien? – preguntó Mew con el ceño fruncido – cada día hueles mejor...- se acercó al cuello de Gulf e inspiró todo lo que pudo. Después se alejó como luchando contra su voluntad. Caminó hacia la salida y solo en ese momento Gulf se dio cuenta de que el teléfono de Mew sonaba incansablemente y que los altavoces del hospital exigían la presencia del alfa en la zona de emergencia.

- Uff, qué cansado estoy – susurró acomodándose en una pequeña camilla que había en el despacho de Mew. Se quedó dormido inmediatamente después de descubrir que el alfa le había dejado a su alcance su chaqueta con su olor particular. Cuando la acercó a su nariz, sintió que algo dentro de él se tranquilizaba, llevándolo al sueño profundo.

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Limerencia MEWGULF (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora