Te Encontraré

Mansión

Punto de vista de Kara.

Sin avisar había salido volando hacia donde le había dicho Sophie, al llegar la encontró en su casa, entró por la ventana, que Sophie había encontrado abierta. La encontró limpiando y cargando un arma.

- ¿Cómo?

Antes de que Kara siguiese hablando, Sophie se explicó.

- Soy detective aparte de ser un cuervo. Y la mejor. No creerias que unas simples gafas me distraerian, a parte es mucha casualidad que solo Kara Danvers tenga entrevistas con ella, y es casualidad que cuando ella trabaja no se sepa nada de ti. - Le decía alegremente.

- Whoa... No se que decir... - Kara estaba anonadada. Aún estaba aturullada por los acontecimientos previos.

- Enhorabuena y tranquila, no se lo diré a nadie. - Le guiñaba un ojo a Kara - Ahora a lo que hemos venido. Mira. - Sophie dio la vuelta a una pizarra que tenían ante ellas, llena de fotos, recortes de periodico, hilos que unían una información con otra. Un duro trabajo. - A lo que voy, tengo mucha información respecto a Kate, pero ahora está fuera, es el momento de entrar en la mansión. Si mis teorías son ciertas todo cobraría sentido.

- No entiendo. - Kara no entendía porque iba a ir a la casa de la persona que había hecho tanto daño a su relación con Lena.

- Kate no es Kate. Lo que es no es lo que parece ahora agarrame fuerte para que no me desnuque y llévame a la mansión Wayne. Te iré explicando - Kara obedeció aun extrañada.

Cuando llegaron a las puertas. Kara bajo a una armada hasta los dientes, emocionada, y muy alterada Sophie.

- ¿Esto no será una venganza por lo que te ha hecho no? - Kara echó una mirada a la casa con sus rayos láser, toda la mansión era de plomo, aislando sus poderes ¿Quien construiría o recubriría las paredes con plomo? - Lo retiro.

Sophie con unas ganzúas abrió la puerta.

- Ven, por cientos de conversaciones con Jacob el padre de Kate y mi Kate. Se como es esta mansión... Podría recorrerla con los ojos cerrados - Kara la miró asombrada - Eso y que he mirado en los archivos del ayuntamiento. - Sophie se rió un poco.

- Aquí huele a polvo. Cuánto tiempo hace que Kate no viene por aquí - Murmuraba Kara siguiendo a Sophie por los pasillos. - Esto es un laberinto.

- No te separes de mí, si mis sospechas son ciertas ella entra por otro lado. - Dijo entrando en un despacho enorme, con inmensas estanterías llenas de libros y una gran chimenea, justo en el centro del despacho un enorme escritorio de madera maciza con una colosal silla con una gran W en el respaldo tallada.

Comenzó a mover libros, Kara comenzó a tener algo de inseguridad, pero la recuperó cuando Kate activó un dispositivo al mover un libro.

- ¿Qué coño? - Se sorprendió Kara.

- Bienvenida a la cueva del murciélago - Dijo una muy emocionada Sophie.

- ¿Comó? - Bajando por la rampa ambas en nada estaban en una enorme cueva, pero no una cueva húmeda y sinuosa. Ésta estaba llena de tecnología, ordenadores, armas, coches. - Kate Kane es...

- Batwoman - Confirmó Sophie activando un panel que comenzaron a pasar distintos trajes, tanto los de su antecesor Batman como distintos diseños de Batwoman. Y sus diversas armas.

- Era ella desde el principio - Murmuró Kara. Recordando todas las amenazas con los batarangs. - Lo mio lo entiendo pero lo de ella....

- Fue relativamente intuitivo, su primo durante las mañanas estaba ausente - Explicaba Sophie.

- Al tener una vida nocturna - Comenzó a entender por dónde iba.

- Tras una de sus fuertes batallas con Superman, Bruce Wayne comenzó a usar bastón - Siguió Sophie.

- Debido a las lesiones en batalla. Era humano - Entendía Kara.

- Fue escandaloso cuando se presentó a una de las grandes galas de Gotham, la cual la temática eran máscaras él fue sin máscara - Shopie miró a Kara para ver si le entendía.

- Su verdadera identidad para él era Batman, y Bruce su máscara real - Concluyó Kara. - ¿Pero que hizo que Kate cambiara su actitud así?

- A eso... Puedo responder... Yo... - Se oyó el murmullo de una cansada voz, a Kara le recorrio un escalofrío la espalda, esa voz le sonaba de algo.

- ¿Quién anda ahí? - preguntó Sophie apuntando a la nada con su pistola.

- Aquí, estoy encadenada. - La voz se oía a lo lejos.

Una mujer con cabello enmarañado, con ropa que parecían más harapos que ropa, yacía en el suelo con los brazos por encima de su cabeza en una postura incómoda, postura que dejaba ver sus muñecas esqueléticas, con piel blanquecina debido a la ausencia de sol, y una dieta muy limitada casi inexistente.

Kara corrió en auxilio de la mujer rompiendo los grilletes.

La mujer se quejó por el dolor al caer sus brazos por el peso de la gravedad. Kara podría jurar que tendría alguna lesión en las muñecas.

La mujer levantó su rostro para agradecer a la rubia.

- ¿Quien... - A Sophie no le dio tiempo a acabar la frase pues Kara resolvió sus dudas.

- Lilian...