Mi película favorita ♡

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Mew 

Me dirijo rápidamente hacia el estacionamiento. La pila de tareas por hacer me tienen maldiciendo por ser tan holgazán y dejarme atrasar. 

Sí, soy un poco despistado en algunas ocasiones y en otras, simplemente me gusta trabajar bajo presión. En eso me parezco a mi padre. 

Cuando llego al estacionamiento, me monto en el reciente regalo de mi padre, una camioneta de última generación, la cual, siento que un gasto innecesario de dinero. No obstante, mi progenitor no piensa lo mismo, él es todo exageración y ostentosidad por donde lo mires. 

Hace menos de un mes que tengo este vehículo, mi padre decidió cambiarlo alegando que el anterior ya es un modelo viejo, lo que es una estupidez teniendo en cuenta que, para el mayor, antiguo, es un par de meses atrás. 

 A veces no sé qué carajo hacer con él. Que sí, que es mi padre y después de muchos años ya debería resignarme. Por otro lado, somos tan diferentes en algunas cuestiones, quiero decir, no niego que me gusta el lujo y las cosas caras, sin embargo, cuando se tornan en exceso, comienza a irritarme. 

 Pongo en marcha la camioneta para salir del lugar, dos cuadras después, diviso una inconfundible cabellera repleta de rizos. Plato una sonrisa a medida que disminuyo la velocidad del vehículo. Me pregunto si acaso todos los libros no le caben en la mochila, ya que siempre está con ellos en sus brazos. 

 —Hola, Gulf—saludo apoyando un brazo en la ventanilla. 

El chico me mira sorprendido. 

 —Uh, hola —responde dubitativo. 

—¿Estás yendo a tu casa? —pregunto queriendo hablar un poco más con él. 

—S-sí... estoy esperando el autobús. 

—Oh, déjame darte un aventón —digo inmediatamente al mismo tiempo que me quito el cinturón. 

—N-no, gracias. El autobús no tarda en llegar y no quiero ser una molestia —dice en voz baja mientras se sonroja. Se ve muy tierno cuando lo hace. 

—Pero qué dices, no es una molestia para mí. Además, somos amigos ¿lo recuerdas? —pregunto bajando de la camioneta para quedar frente a Gulf, el chico levanta la cabeza, sus mejillas están rojas como un tomate. 

—Sí —balbucea. 

—Bien, entonces vámonos —paso un brazo sobre los hombros de Gulf y lo siento estremecerse. 

Rodeamos el vehículo, le abro la puerta del copiloto y lo ayudo a subir. Creo que es demasiado bajito o quizás soy muy alto. 

—Gracias —susurra luego de inclinarme sobre él para ponerle el cinturón de seguridad. 

 —No hay por qué darlas —le guiño. 

Cierro la puerta, rodeo nuevamente la camioneta y me subo al asiento del piloto. 

Gulf me da la dirección de su casa, la cual queda un poco retirada de la universidad. El chico parece ser tímido con algunas personas porque ayer lo he visto socializar desinhibidamente con los chicos, incluso con Kinn, aunque este último no le diera mucha charla. 

 Además, cada vez que le pregunto algo, se ruboriza por completo, haciéndolo ver dulce. Tampoco quiero que se sienta incómodo a mi alrededor. Tal vez sea por mi apariencia "ruda" como suele decirme Chay, cosa que es una reverenda estupidez porque no lo soy, puede que mi apariencia física diga lo contrario, lástima que está lejos de la realidad. 

Detesto eso, cuando se dejan influenciar por cómo se ven las personas. Si tienes tatuajes o piercing, eres un ladrón o un desviado. Si una chica usa ropa ajustada y corta, eres una puta. Y si un chico es femenino, automáticamente asumen que es gay. Las personas se dejan guiar por los estereotipos de mierda. 

Sonríeme a mí - SONRIE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora