Duele más que ayer ♡

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Kinn 

Sucede lento, como si fuera algún tipo de escena puesta en cámara lenta. 

La oscuridad me atrapa y el silencio reina. 

La realidad cae como un balde de agua fría. 

Los gritos estallan y mi infierno se desata. 

¡Maldición! 

Despierto sobresaltado, me siento tan rápido que casi caigo fuera de la cama, estoy completamente sudado. Joder, otra vez esa maldita pesadilla. Este es mi despertar de todos los días y aun así duele tan jodidamente tanto. 

He llegado a un punto en el que me obligo a acostumbrarme, todas las noches antes de dormir me preparo mentalmente para lo que sé que va a pasar, aunque después de un año, toda esta mierda es la misma. 

¿Algún día voy a lograr dormir en paz? 

Menuda pregunta sin respuesta. 

Estoy cansado y cuando pienso que un día será mejor que otro, la realidad me golpea duro y sin piedad. Me siento perdido, en un callejón sin una puta salida. 

Me froto la cara con las manos, el incipiente dolor de cabeza comienza a molestarme. 

Necesito una ducha fría. 

Tiempo después, cuando estoy listo para salir a clases, bajo hasta la cocina en busca de algo ligero para desayunar y como es de esperarse, me encuentro solo. No hay señales de que mi hermano esté presente. Siempre es lo mismo, pues son raras las veces que nos cruzamos. Puede que sea dos o tres veces a la semana. 

Y eso está bien, no me molesta la ausencia de mi hermano, entiendo perfectamente lo que estamos haciendo; lidiando cada uno por su lado con nuestra propia mierda, no sé si es lo correcto, no es como si me importara tampoco. Cada uno ha tomado su camino y no voy a juzgar a mi hermano. Las cosas son de este modo y punto. 

Preparo un cuenco de cereales con leche y me dispongo a comer aunque el apetito no esté presente. 

El nudo en la garganta juega con la comida que logro tragar mientras que mi mente me juega una mala pasada y vuelve a la dichosa pesadilla. 

Un enredo se me forma en la boca del estómago y termina convirtiéndose en una arcada. ¡Infiernos! Salgo disparado en dirección al pequeño baño que se encuentra en la cocina, llegando justo a tiempo para inclinarme sobre el retrete y expulsar lo poco que he consumido. 

Mierda, tiene que ser una broma. 

El escaso apetito se esfuma por completo así que no me queda de otra más que subir a lavarme los dientes y recoger las cosas para marcharme. 

Cuando voy saliendo de casa, el teléfono timbra anunciando la llegada de un mensaje, me paro al lado del Jeep mientras reviso la notificación, es de Mew, mi mejor amigo avisándome que ya va de camino a la Universidad, guardo el aparato sin enviar una respuesta y me monto al vehículo.

Minutos después, me encuentro con Mew en la entrada del edificio. 

—¡Ey! —saluda cuando llego a su lado, Mew arruga la frente al mismo tiempo que me examina—. Joder, luces como la mierda, debo suponer que no has desayunado —muevo la cabeza de manera negativa—. Ve al salón de clases, voy por algo de comer —me da una palmada en el hombro cuando pasa por mi lado para dirigirse a la cafetería. 

No me da tiempo a negarme, tampoco es que mi rechazo fuera a funcionar, Mew es casi tan terco como yo. 

Mew es mi mejor amigo desde que somos muy pequeños, siempre hemos sido muy unidos. Es un dolor en el culo cuidándome todo el tiempo, pero siendo honesto, si no fuera por él ya habría dejado los estudios hace un tiempo. 

Sonríeme a mí - SONRIE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora