Un nuevo comienzo ♡

749 69 5
                                    

Porsche

Son muy pocas las cosas que detesto en esta vida, quiero decir, la vida es simplemente hermosa y existir es lo mejor. Pero, ¡Por amor Cristo y todos los dioses! Odio el ladrido del perro, que me despierta por la mañana.

Como si no fuera suficiente mi celular tambien empieza sonar como loco y en estos momentos dudo en estrellarlo a al suelo debido al tono de la alarma.

¡Un maldito gallo! 

¿Acaso esto es una granja?

Trato de zafarme del desastre que hice en mi cama y como puedo llego hasta la mesita de noche para darle un manotazo a este telefono infernal.

Caigo desplomado nuevamente. Y aunque no me considero una persona holgazán, es un sacrificio el tener que levantarme temprano. Me acostumbré a dormir unas horas extras durante las vacaciones, por lo tanto, será difícil retomar el ritmo. 

Justo cuando estoy listo para dejarme dormir un momento más, logro visualizar mi mochila perfectamente preparada en la silla del escritorio. Abro los ojos de inmediato al darme cuenta de que estoy llegando tarde. 

—¡Jesucristo! Me levanto como si alguien hubiera puesto algo en mi culo. Maldición, estuve toda la noche diciéndome que no llegaría tarde a mi primer día de clases, pero tal parece que gasté saliva en vano.

Luego de una rápida ducha, agarro la ropa, después de tomar mi mochila, salgo de la habitación.

Al bajar las escaleras, un delicioso aroma entra por mis fosas nasales. Cuando entro en la cocina, me encuentro con la risa contagiosa de mi madre que seguramente ríe por alguna ocurrencia de mi padre. 

—Sí, todo muy gracioso, pero ninguno fue a levantarme y ahora estoy llegando tarde —reclamo refunfuñando. 

—Buen día a ti también, cariño —saluda con sarcasmo Prae, mi madre.

—Tu madre no quiso despertarte, bebé —mi padre, Alan, eleva los hombros—. Dijo que es tu responsabilidad.

Lo miro incrédulo. 

—Por Dios, son unos exagerados —suelto un bufido resignado mientras me concentro en desayunar con alguna que otra charla de por medio. 

Mis mañanas son usualmente de este modo. Al observar a mis padres, no puedo evitar pensar en lo suertudo que soy por tener los padres que tengo. 

Luego de desayunar y con una charla amena de por medio, se escucha el ruido de un claxon anunciando la llegada de mi amiga. 

—Isa está aquí... —me bajo del taburete y saludo a mi pequeña, pero feliz familia y luego tomo la mochila para dirigirme a la puerta principal—. Los amo —grito al mismo tiempo que cruzo la puerta de salida y escucho un "te amamos" como respuesta. 

Me subo al mini cooper de mi amiga con todo el entusiasmo que poseo en este instante. Isabella es mi mejor amiga desde siempre, sus mamás y la mía son amigas desde que eran jóvenes y lo mejor de todo es que somos vecinos. Ella tiene el cabello rosa, siempre lo lleva de colores distintos, es como su marca personal. Realmente no imagino una vida sin Isa, somos hermanos, no importa si no compartimos sangre, somos hermanos y ya.

—¡Hola! —me inclino para darle un beso en la frente—. Estoy listo. 

—Creo que eres la única persona en el planeta que se entusiasma un primer día de clases —dice rodando los ojos.

—Vamos, no seas aguafiestas y conduce. 

Ella pone el auto en marcha mientras escucho sus quejas, sin embargo, mi ilusión por esta nueva etapa no disminuye.

Sonríeme a mí - SONRIE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora