Un paso adelante ♡

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Kinn

Tomo una respiración profunda antes de bajar la perilla de la habitación. Lo primero que noto al entrar es que permanece intacta, como la recuerdo. 

La cama se encuentra al lado del ventanal porque ella amaba despertarse con el reflejo de la luz natural en el rostro. Un escritorio en una esquina, al lado un estante con una mini biblioteca, cuadros de diferentes paisajes, fotos familiares, y pósteres de dibujos animados. Las paredes son de un color verde esmeralda. 

 No puedo evitar sonreír cuando un recuerdo se instala en mi mente. 

Mis padres se encontraban en la oficina que tenían en casa, revisando unos planos. Y yo simplemente pasaba horas observando cómo trabajaban con dedicación y así aprender. 

—Quiero cambiar la decoración de mi cuarto —anunció Mar al interrumpir el lugar. 

 Mis padres la miraron sin entender. 

—¿Por qué? Creí que te gustaba tu habitación —menciona mi madre. 

 —Ya no, odio el rosa —bufó molesta mientras se cruzaba de brazos. 

 —A ver, cariño —comenzó dulcemente mi padre—. ¿De qué color la quieres ahora? La hemos pintado hace poco. 

—Lo sé, pero ya no me agrada el rosado, ahora quiero pintarla de verde —aplaudió emocionada—. Verde esmeralda. 

—¿Verde? Pero es un color un poco masculino. ¿Qué tal un violeta? —intentó el mayor. 

—¡Papá! —exclamó horrorizada—. Eso que acabas de decir es un estereotipo. Los colores no tienen género. La sociedad está acostumbrada y mentalizada para decir que el rosa es para las niñas y el azul para los niños. ¡Eso es completamente absurdo! 

Mi padre se sintió un poco avergonzado al ser reprendido por su pequeña hija. Solté una risa divertida. 

—Tienes razón, lo siento —susurró apenado. 

 —Descuida —ella avanzó hacia él para envolver sus pequeños brazos alrededor de su cuello—. Pero... ¿Podemos pintarla de verde? —batió sus pestañas. 

—Podemos hacer eso —dijo él, besando su mejilla. 

Me posiciono frente al ventanal y observo hacia afuera pensativamente. Me hace daño recordar momentos en los que fui inmensamente feliz, deseo regresar el tiempo atrás para poder disfrutarlos un poco más. 

 Unos minutos después, siento unos brazos envolverse alrededor de mi cintura. Un aroma adictivo entra por mis fosas nasales mientras que siento un calor abrasador en mi espalda. Porsche apoya el mentón en mi hombro y entrelazo nuestros dedos para reajustar el abrazo. 

Permanecimos en silencio unos minutos antes de comenzar a hablar. 

 —Anoche soñé con ellos —comento. 

—¿Otra vez la pesadilla? —lo siento tensarse—. Me dormí tan profundamente que no te escuché, lo siento. 

 —No te preocupes, no fue una pesadilla —digo tranquilo—. Al contrario, fue el sueño más bonito que he tenido en un tiempo. 

 —Oh, me alegra saber eso —besa mi mejilla—. ¿Quieres hablar sobre ello? 

Quiero hacerlo, quiero compartir algo tan especial con mi persona especial y si pretendo que esto funcione, entiendo que debo poner de mi parte. 

—No estoy seguro si era el mar o un río, pero alrededor había mucho humo blanco. Ellos aparecieron. Nos abrazamos y me pidieron que sea feliz —menciono mecánicamente—. Mi muñequita insiste en que Shakespeare es el mejor poeta. 

Sonríeme a mí - SONRIE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora