Capítulo 3

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Stella's POV

La noche por fin llegó, y esta vez cada una se fue para su cuarto. Flora ya se había quedado totalmente sopa cuándo llegué a la habitación, por lo que tenía vía libre. Cerré los ojos y esta vez quedé en quedarme dormida, nunca antes me había acostado tan pronto. No eran ni las doce.

Hasta que me desperté en un lugar totalmente distinto. Beatrix esta vez me había llevado al barrio en el que conocí a su hermana, Isobel. En la puerta me esperaba ella, con su sonrisa "malvada" de siempre. Nada más la vi, corrí para abrazarla. Ella me aceptó el abrazo y se hundió en mis brazos.

Quedamos un buen rato abrazadas sin saber qué decir, hasta que fue ella quién me llevó hasta un banco que había en la calle para hablar.

- Y no me creías. 

- Bea, ¡estás muerta!, cómo voy a creer que te puedes comunicar conmigo. Entiéndeme. Tú en mi situación me habrías mandado a la mierda.

- Y aquí estás, discutiendo con una muerta. ¿Cómo ha ido?

- Como la mierda. Tu hermana se nota que es tu hermana. - Bromeé, ella se intentaba aguantar las lágrimas - Sé que es una pregunta estúpida pero... ¿Estás bien?

- Es que Stella... 

Y en ese momento, Beatrix se echó a llorar. La abracé con fuerza, sabía que ella me necesitaba. Vaya si me necesitaba. Para ella era algo muy duro, y lo entiendo. Son sus hermanas, su familia. Y quizá el resultado no era lo que esperaba. Sé que ella lo ve todo.

- Puedes desahogar conmigo. - Le agarré la mano con delicadeza - Hazlo.

- Llevo todos estos años buscando respuestas. Aliándome con el mismo demonio para conseguirlas. Que si Rosalind, que si Sebastian. No sabes lo difícil que era para mí ver que todo el mundo sabía de dónde venía y yo no tenía ni puta idea. Años de ser la mala de la historia. Hasta que descubrí que venía de Aster Dell. Que habían destrozado mi ciudad porque les salió de los huevos.

- Lo que hiciste, lo hiciste por sobrevivir. No te representa.

- Hace un tiempo te habría respondido que no tienes ni idea, y que esto es quién soy. Pero...

- Vi quién eres de verdad, Bea. Conmigo no tienes que fingir. Y menos ahora. Por algo me has elegido para que estuviese aquí contigo. 

- Tú también me escogiste a mí para que te hiciese compañía cuándo estabas en la mierda. - Me soltó una sonrisa - Y ahora has ido a ver a mis hermanas. Sabías que era importante para mí, y lo has hecho.

- Obviamente lo he hecho. 

- Y la respuesta no te ha gustado. 

- No, pero voy a conseguir que me cuenten todo. Por ti. Al menos sé cómo es Isobel. ¿Por qué no te apareciste en sus sueños?

- A ella no la conozco. A ti sí. Y por mucho que busque respuestas, llega un momento en el que lo que más deseo es tenerte a mi lado. 

Aquellas palabras me pillaron por total sorpresa. No supe ni qué responder, sólo supe agarrar su mano con aún más fuerza y sonreírle. Ella, que siempre ha buscado respuestas, por fin ha encontrado una persona que le da paz y soy... ¿yo?

- Me acuerdo de cuándo me dijiste que te había tenido a ti. Por un momento, me arrepentí de todo lo que había hecho. Que esto no sirva de precedente.

- Todavía me tienes. 

- ¿Aunque te esté forzando a hablarme en sueños?, creo que no tienes ningún tipo de forma de escaparte de esto.

- ¿Estás de coña?, hoy me he dormido antes de las doce para poder hablar más contigo. A mí también me gusta tenerte a mi lado. En esos momentos en los que sentía que todo el mundo me iba a mirar con pena, tú fuiste una borde de mierda y lo agradezco. Contigo tengo una conexión especial que no me había pasado con nadie antes, te q...

Casi pronuncié aquellas palabras, pero me callé. No sabía cómo decirlo, y me arrepiento, porque en ese momento, me desperté.

Me desperté con la cabeza hecha un lío. Casi le había dicho te quiero a una muerta. Así de loco es. Y para más INRI, estaban todas en mi cuarto, y vieron mi cara de total confusión al despertarme.

- ¿Aquí no hay privacidad o qué? - Exclamé - Echo de menos cuándo esto era mi suite.

- Esta ha discutido con Beatrix en sueños. - Bromeó Flora - ¿De muerta es igual?

- De hecho, estuvimos hablando y todo bien. Y sí, es igualita. Démonos prisa, anda, que hoy tenemos clase.

Me fui del cuarto tras vestirme rápidamente, y escuché cómo cuchicheaban. No le presté atención a las palabras, simplemente quería distraerme. Ellas respetaron mi espacio, y lo agradecí. 

Salí de clase y vi a Musa entrenar con Riven, a Terra quedando con Kat, y a Sky sentado en una roca. Me acerqué a él, aunque es mi ex, sé que tengo confianza con él. Y más que nadie él me entendería esto.

- Sky, ¿podemos hablar? - Dije, él me miró con una sonrisa.

- Claro, Stella. ¿Todo bien?

- Si te cuento una cosa, ¿prometes que no se la contarás a nadie? - Asintió con la cabeza - Estoy viendo a Beatrix en sueños. Y me ha demostrado que es ella de verdad. Y de día, estoy viendo que la echo mucho de menos. No sé...

- Me pasa lo mismo con Bloom. Cuándo me dijo que se quería sacrificar a si misma, se me cayó el mundo a los pies. No sabía cómo reaccionar, pero sabía que ella quería ser una heroína, lo que siempre fue para mí. Pero llega un punto en el que, al ser los buenos de la historia, nos terminamos sacrificando por el bien común. Y Beatrix ha sabido serlo. Al menos se comunica contigo, ¿no?

- Media hora al día. En la que tengo que contarle todo lo que pasa, porque ella se merece saberlo. Y aguantarme las ganas de llorar. Estoy buscando a sus hermanas, y fueron unas bordes conmigo.

- Eres Stella. Nunca te has rendido con estas cosas. Si te eran borde, tú lo eras el triple. Sé tú misma, y verás cómo todo irá bien. Y aprovecha esos momentos con Beatrix. Es importante para ti, se puede ver.

- Más de lo que te puedes creer.

- A mí puedes contármelo, Stella. Estoy aquí, no te voy a juzgar. Ella es importante para ti de la misma forma de la que Bloom es importante para mí. - Me agarró la mano - Estamos en el año 2022. 

Y en ese momento, lo comprendí todo. Cada vez que veía a Terra con Kat, algo dentro de mí se despertaba. Fui la primera en darle un abrazo, la primera en apoyarla. Me sentí comprendida. Y siempre que estaba con Beatrix, también algo dentro de mí se despertaba. Comparar lo mío con lo que sentía Sky era quizá todo lo que necesitaba, pero a la vez lo que más miedo me daba. No sabía encontrar las palabras, pero las había encontrado él por mí. No sé por qué se lo dije a Sky antes que a mis amigas, pero en ese momento, me armé de valor. 

- Lo último que me dijo en este sueño Beatrix fue que prefería estar conmigo y no con sus hermanas en sueños, porque yo le aporto paz. Porque soy importante para ella, porque se siente arropada a mi lado. Y creí que sólo yo me sentía así, pero...

Mi discurso se paró al momento. Estaba encontrando las agallas, las ganas de decirlo, pero tanto Sky como yo levantamos la cabeza, y nos encontramos con algo que nos sorprendió por completo. La calma en Alfea no aguantaba tanto tiempo. Nunca aguantaba tanto tiempo.

Un ejército de personas, todas caminando hacia el mismo lugar. Llevaban armas y tenían poder mágico. Quién cojones nos ataca, fue lo primero que pensé. Sebastian está muerto, Rosalind también, y todavía no tenemos una nueva directora, pero los especialistas nos protegen. Y nuestra magia también. No hay ningún motivo para estar en esta situación, hemos acabado con todo.

Y en ese momento, miré todavía más arriba, al cielo, y me encontré la silueta de una mujer. De pelo castaño, con una sonrisa malvada, y que llevaba a todas esas personas al lugar exacto al que ella quería llevarlas. 

Alfea no estaba a salvo, y había problemas más importantes que mi drama personal con Beatrix.

You have me. | StellatrixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora