Capítulo 4

899 93 10
                                    

Beatrix's POV.

Todo fue muy difuso. Recuerdo ese momento en el que Stella descubrió que yo estaba colaborando con Sebastian. Recuerdo su cara de decepción cuándo vio que su mejor amiga había estado haciendo tratos con el tío que le jodió la vida a todas sus amigas. Claro está, lo hice por las respuestas que llevo tantos años buscando, pero no fue suficiente. Porque si algo aprendí de mi amistad con ella, es que la confianza es algo que se gana. Y ella en ese momento la perdió.

Pensé en no volver a la escuela, pues ya sabía el nombre de mis dos hermanas. Podía irme y ser la misma Beatrix cobarde que fui siempre, pero no iba a hacerlo. No cuándo escuché las palabras tan sentidas que me dijo, "me tenías a mí". Nunca nadie antes me dijo que había sido su amiga. Absolutamente nadie. ¿Es difícil de creer, eh?

En ese momento fue cuándo supe lo que siento por Stella. Es difícil de explicar, porque nunca había sentido nada por nadie. Riven para mí era un títere al que podía mover a mi antojo. No lo odio ni mucho menos, simplemente es lo que me enseñaron a hacer. Y a él tampoco parecía importarle que lo utilizase. Con él nunca conseguí abrirme emocionalmente. 

Con nadie en el mundo lo hice. Siempre fui solitaria y busqué mi pasado por mi propia mano, aliándome con el diablo si hacía falta. Soltando mis frases bordes para que nadie se acercase a mí. Para que nadie se encariñase de una persona que estaba totalmente rota desde el momento en el que llegó a este mundo. Joder, es que tenía todo planeado perfectamente. Todas creen que soy buena, Stella se piensa que la quiero ayudar cuando en verdad sólo quiero un poco de compañía y luego irme por mi propia mano. Pero fui imbécil al empezar a sentir cosas por ella.

"Sentir cosas" es decir poco. Joder si es sentir poco. Cada vez que ella hablaba conmigo, se me iluminaba la vista. Aparte de ser una chavala muy atractiva, tiene un gran corazón. Nunca me vio como la Beatrix zorra que quería proyectar al mundo. No. Ella me veía como una persona. Me entretenía, confiaba en mí. Y yo, como una gilipollas, me enamoré. No me pareció extraño que fuese una mujer, llevo sabiendo desde que tengo uso de razón que soy bisexual. Pero me pareció extraño que yo pudiese enamorarme.

Pero ahí apareció Sebastian y su maldita misión. Me dio ese papel con los nombres de mis hermanas y se comenzó a reír. Y me dijo que necesitaba algo a cambio. Y otra vez volví a la coraza de siempre, a la hija de la gran puta. Y fui. Y ella se enteró. Y lo que yo creía que era dolor por un amor que nunca sería correspondido, se volvió en mi mejor amiga diciéndome que la tenía, y que ya no la tengo. Su cara de decepción estará siempre guardada en mi retina, así cómo sus palabras. 

Y me quedé. Decidí quedarme, decidí ser una heroína. Morir como una heroína para no vivir como una villana. Porque sabía que Stella nunca me perdonaría que no me pusiese de su lado. Que por una vez fuese de las buenas. Lo que siempre fui, aunque me intenten hacer creer lo contrario. Y cuándo supe que estaban de camino, me encaré a Sebastian. Sin miedo a morir, porque sabía que iba a ocurrir. ¿Qué sentido tenía vivir como villana si la había perdido a ella en el camino?

Me mató, pero un trozo de mi alma quedó allí. Pude ver el resto de la pelea, la cara de Stella, su transformación. En principio mi vuelta sería cómo la de Dowling. Le hablaría un poco a Stella y me despediría para vivir en paz. Pero Bloom trastocó todo.

- ¿Qué cojones haces? - Exclamé, mientras vi cómo salía del portal - Esto va a dejar un hueco enorme entre los vivos y los muertos. Nunca fuiste muy lista, pero esto es ya el siguiente nivel.

- No controlo mis poderes. Tengo que estar aquí. Será más seguro para todos.

- ¿Me estás escuchando?, te vas a cargar al mundo. Sal ya, joder. Estás viva.

You have me. | StellatrixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora